Abandonamos la población al lado de una zona de descanso (fuente, wc) y de la grande imagen de un Crucificado; un cartel indica que faltan 12,4 km hasta Somport. Junto a una cascada, canalizada bajo un viaducto de la nacional, iniciamos la Promenade de la Via Romana en descenso hacia el hermoso alto Valle de Aspe. Pasando bajo la vía férrea, dejamos la que fue calzada imperial para desviarnos a la derecha por una senda, cruzar el río por una pasarela de madera, y traspasar un par de portillas.
Después de atravesar un prado, ascendemos entre robles y hayas en zigzag para tomar un camino superior más ancho que vuelve a cruzar, a lo largo de 150 m, otro prado para bajar hasta el Quartier Naudin.
Proseguimos al borde de un barranco, por un túnel de boj, alcanzando por fin una pista asfaltada que sube hasta el disperso barrio de Lourbu, situado a 920 m de altura. En la última casa nos dispensan la última muestra de hospitalidad gala: al borde del camino, bajo un abeto y con unos asientos rústicos, dejan a diario un termo de café con tazas, dentro de un cubo, con una libreta y un sello para la credencial.
3,1 Lourbu. Por un pedregal cruzamos una torrentera, y luego otra por medio de una pasarela, para alcanzar entre robles, bojes y hayas, salvando como podemos otros regatos que se precipitan desde el monte, la cota de los 1.000 m. Se suceden las portillas y, ahora entre brezos, descendemos de nuevo por el lugar de Fouillassar.
2,1 Fouillassar. La ruta de peregrinos va por una senda pedregosa y resbaladiza, muy mala de caminar, hasta rodear una casa abandonada de piedra. Los problemas de paso continúan en la bajada al bosque-galería del Aspe, desde donde de inmediato ascendemos por un prado hasta la N134, en el lugar de Campagne.
Tan solo la pisamos la nacional 200 m, hasta el desvío a la izquierda que, a 1.015 m de altura, se introduce bajo un último puente del ferrocarril en la zona de máxima protección del Parque Nacional del Pirineo. Desde aquí aún faltan 2,30 h de marcha hasta la cumbre.
Una bella senda asciende, primero suavemente, luego con más pendiente, saltando regatos por el impresionante hayedo de Lazarque, uno de los bosques más bellos de la Vía Tolosana. A la vista del alto valle, donde aparece un embalse, e intuyendo el inicio del túnel de Somport, a los 1.500 m alcanzamos un claro, desde el que percibimos al frente los solemnes picachos calizos nevados, a más de 2.000 m de altura, que rodean el paso Somport.
A continuación viene uno de los tramos más duros, ya que el camino se difumina entre los pedregales, y tan solo algunos guijarros van marcando la ruta, cada vez más agotadora. De este modo desembocamos en la vieja nacional, siendo preciso descender 150 m por ella a la derecha para proseguir hasta el lugar de Peynarène (Centre René Soubré a mano derecha).
5,0 Peynarène. Al pie de los desmontes de la carretera, de nuevo por el pedregal generado por los arrastres, cruzamos un modesto arroyuelo, que desemboca en la Gave d’Aspe, por un puentecillo de madera. Siempre cuesta arriba, por una zona arbolada llegamos de nuevo a la carretera, que cruzamos para transitar por un gran aparcamiento de camiones ahora desolado. Un último esfuerzo, a través de una pradera, nos permite coronar el puerto. Allí será preceptivo hacerse una foto ante el cartel que indica los 1.640 m de altura, y el paso de España a Francia, antiguo paso fronterizo ahora desangelado.
2,2 Somport. Hemos concluido el Camino de Arles. Felicidades, aunque la tumba del apóstol aún queda lejos.