Delante del que fue el albergue Aysa, a pie de la carretera de Candanchú, hay un monolito de piedra que indica el inicio del camino en la comunidad autónoma de Aragón.
Bajamos por unas escaleras a la izquierda de la carretera y seguimos un bonito sendero, que a tramos desciende con fuerza. Pasamos por las ruinas del antiguo hospital de Santa Cristina (siglo XIII), importante centro de acogida de peregrinos en la Edad Media, y seguimos hasta la urbanización de la estación invernal de Candanchú. Salvamos el río Aragón por el Puente de Santa Cristina, en la antigua carretera, y seguimos un sendero en ligera subida.
Cruzamos, con precaución, la nacional N-330 y tomamos un sendero, en algunos tramos muy deteriorado, en firme bajada a través de bosques de abetos y pinos, al lado de un bunker que puede servir de refugio ocasional. Antes de llegar a Canfranc Estación vemos, a la izquierda, sobre una colina, la fortaleza de Col de Ladrones, que el rey Felipe II mandó construir en el siglo XVI, y que fue reconstruida en el siglo XIX. Finalmente, llegamos a Canfranc Estación, al lado de la boca sur del legendario túnel ferroviario de Somport.