Etapa 15: Castrojeriz - Frómista | Al Loro

Distancia: 
24,7 km
Duración: 
5 h 30 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
4

Hoy accedemos a la palentina Tierra de Campos, de infinitas llanadas cerealistas en la que los árboles solo crecen junto a los ríos, y donde las torres de las iglesias son como faros. Verde en primavera, al brotar el trigo, amarillea pronto y adquiere un aspecto menos agradable tras la siega y en invierno, cuando los rastrojos son quemados para generar abono.

Como en las etapas precedentes, la exposición al sol es casi total.

Todas las localidades cuentan con servicios de restauración.

La única dificultad orográfica es el fuerte repecho al Alto de Mostelares, a la salida de Castrojeriz; ascendemos 145 metros en 1,7 kilómetros. Desde arriba las vistas son una maravilla: una meseta se extiende sin fin frente a nosotros. Y aún hay lelos que aconsejan saltar en bus el tramo de Burgos a León...

El pueblo de Itero del Castillo, que cuenta con un albergue municipal de peregrinos, cae un kilómetro fuera del camino; el desvío está correctamente señalizado.

La bonita ermita de San Nicolás, junto al Puente Fitero, ha sido maravillosamente rehabilitada como albergue por la Confraternita di San Jacopo, de Perugia, que mantiene el ancestral rito del lavado de pies y la costumbre de servir un buen plato de pasta a los peregrinos.

Al cruzar el Puente Fitero, sobre el río Pisuerga, abandonamos la provincia de Burgos y entramos en la provincia de Palencia, en la comarca natural de Tierra de Campos.

El albergue En el Camino, con años de solera, cuenta con un jardín y una piscina muy apreciados por los peregrinos.

Detrás de su iglesia se encuentra su rollo jurisdiccional (s. XV) —espectacular columna profusamente tallada—, uno de los más valiosos del Castilla. Era donde se ataba a los condenados con cadenas antes de que ser juzgados.

El Canal de Castilla es la mayor obra de ingeniería de la España del siglo XVIII. Bajo el impulso del Marqués de la Ensenada, ministro ilustrado del rey Fernando VI, este ambicioso proyecto pretendía crear una red de transporte fluvial para dar salida a los cereales y la lana castellanos hacia el puerto de Santander. Las obras se iniciaron en 1753 y continuaron de forma intermitente hasta 1849; en total se construyeron 207 kilómetros en forma de «Y» invertida a través de las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid.

En el paisaje de la Tierra de Campos nos sorprenden unas pequeñas construcciones, de planta cuadrada, rectangular o circular, construidas en piedra y adobe, dispersas aquí y allá. Se trata de palomares, donde antaño eran criadas estas aves para el consumo, y en el presente constituyen un emblema de la comarca.

SOBRE FRÓMISTA:

Antes de entrar en la localidad cruzamos el Canal de Castilla justo por encima de un enclave muy fotogénico, con cuatro saltos en cascada que se corresponden con las esclusas; enfrente tenemos la antigua Casa del Esclusero, ahora Oficina Municipal de Turismo, donde nos sellarán la credencial y nos informarán de las visitas a los diferentes monumentos.

La joya cultural de la etapa es la iglesia de San Martín, del siglo XII y una de las mejores muestras de arquitectura románica en el Camino de Santiago. Se halla en pleno centro de la localidad y abre todos los días, en horario de mañana y tarde. No podéis marchar sin contemplar sus capiteles y canecillos, toda una enciclopedia esculpida en piedra.

La iglesia de San Martín eclipsa a las otras dos: la de San Pedro, que acoge un impresionante retablo flamenco del siglo XV, y la de Santa María del Castillo, donde se expone un audiovisual sobre el Camino.

Es típica la menestra de verduras, con la particularidad que aquí se elabora con un sofrito a base de magro de cerdo, ternera y cebolla.

Uno de los manjares de la Tierra de Campo es el queso curado de oveja, un producto de gran calidad y mucha materia grasa. En la Venta Boffard, junto a la iglesia de San Martin, se puede probar su queso en la tienda.