Etapa 17: Lauzerte - Moissac | Al Loro

Distancia: 
27,7 km
Duración: 
7 h
Dificultad: 
2
Paisaje: 
2

Hay un par de tramos peligrosos hoy; el primero al salir de Lauzerte, atravesando la D953; y el segundo el cruce de la D16, próxima a una curva, tras el rodeo posterior a Durfort-Lacapelette. Suspenso para Tarn-et-Garonne.

Hay tres lugares, todos en la primera mitad de la etapa, para recuperar fuerzas: el rústico snack de la ferme du Parry, el hôtel Aube Nouvelle (bocadillos) y la tienda Vival de Durfort-Lacapelette (poco surtida y cara, que cierra el miércoles y la tarde del domingo), localidad que también cuenta con boulangerie (cierra miércoles).

De Lauzerte se debe bajar por carretera hasta la D953, y en la rotonda ir 300 m a la izquierda hasta encontrar la D81. Cuando el Camino se separa de este vial, para eludir un tramo complicado de subida tras Lamothe, se puede continuar por él hasta alcanzar la D57, que se toma a la derecha, por el valle de Barguelonne, hasta confluir de nuevo con el GR.

Tampoco es aconsejable dar el rodeo tras Durfort-Lacapelette, tomando el atajo por la D16, que para quienes no deseen complicarse con tramos embarrados, y sucesión de toboganes y escaleras, puede ser la mejor compañía hasta Moissac.

En Le Chartron, donde hubo una cartuja, en una propiedad privada contemplamos una extraña construcción sobre cuya función suelen discutir los peregrinos foráneos: se trata de un pigeonnier, o sea, un palomar como los famosos de Tierra de Campos, pero en el Quercy se asemejan más, por su estructura sostenida por pilares o columnas anti-roedores, a un hórreo asturiano.

Poco después del palomar, la capilla de Saint-Sernin, románico-gótica, ha sido restaurada por una asociación de defensa del patrimonio.

No os esforcéis en buscar la iglesia, pues en este pueblo no hay; las cinco existentes en el municipio están aisladas, todas en medio del campo.

Antes de llegar a Moissac se encuentra la capilla d’Espis (s. XIII).

Variante de la entrada a Moissac: Parte a la derecha del GR justo donde comienza el cementerio, está señalizada y coincide con la VCR de Malengane. Accede por las colinas al norte, evitando la carretera y una interminable zona urbana con bastante tráfico, pero obviamente con más cuestas y 500 m más. Sin embargo, al estar ya tan próximo el fin de etapa, pocos peregrinos la eligen, porque lo que desean a estas alturas es llegar cuanto antes; además, los servicios se sitúan en la parte baja.

A la entrada del GR en la ciudad encontramos el gran supermercado Super Casino-Leader Price (2 Boulevard du Lycée, de 8:30 a 19:30, domingo hasta 12:45), que para una urgencia cuenta con una lavandería automática. En el centro está el Intermarché Express (24 Rue de la République, de 8:30 a 12:30 y de 15:00 a 19:00, domingo de 9:00 a 12:30).

Los mercados son celebrados en la Place des Récollets, con halle cubierto, tanto el sábado como el domingo (de 7:00 a 13:00).

Del mismo modo que en Conques con el albergue de la abadía, en Moissac constituye un emblema el Ancien Carmel. Aunque la gîte tiene un estilo más propio de youth hostel, y la gestión es bastante fría, cenar en su claustro, abierto en mirador a la ciudad y el Tarn, es algo único en el Camino de le Puy.

Junto a la abadía somos recibidos en la Maison des Pèlerins, donde nos proporcionan información específica, ponen el sello, ofrecen un refrigerio, tienen consigna gratuita para poder visitar iglesia y claustro antes de ir al albergue y es factible usar su microondas. Expiden la credencial.

En la abadía se celebra la misa a las 18:30, y el domingo y festivos a las 11:00. A diario también se puede acudir a las oraciones canónicas: 8:30 Laudes y 18:00 Vísperas.

Recomendamos dos paseos en la ciudad a los peregrinos inquietos: 1. subir al mirador de la Virgen, un poco más alto del Ancien Carmel, y descender luego por el Chemin des Genêts; y 2. recorrer el canal lateral à la Garonne hasta el puente-canal du Cacor, sobre el que los barcos pasan por encima del Tarn, y regresar por los parques que bordean este río y por el quartier Sainte-Blanche (casas Art Decó).

Patrimonio Mundial de la Unesco, la abadía de Saint-Pierre fue consagrada en 1063. Su tímpano, aunque no tan bien conservado como el de Conques, es una obra clave del arte románico. Representa el Apocalipsis, presidido por el Pantocrátor con el Tetramorfos y los 24 Ancianos músicos. En los relieves situados en los laterales se enfrentan el bien y el mal: Huida a Egipto, Anunciación, Visitación…, y los Pecados Capitales.

El célebre claustro, que todo peregrino debe visitar, fue concluido en 1100, aunque los arcos datan del s. XIII. Sus 76 capiteles, en gran medida desgastados por el paso del tiempo, son un compendio de historia sagrada (Antiguo y Nuevo Testamento, vida y pasión de santos y mártires) y solo unos pocos representan imágenes del bestiario o motivos vegetales. La bóveda de la sala capitular es un portento que suele pasar desapercibido ante el claustro.

En la plaza de la abadía han sido colocadas unas originales esculturas modernas, obra de Jean-Louis Toutain (1948-2008), que representan a dos mujeres sentadas en los bancos, acompañadas de sus niños, cosiendo (el pueblo las bautizó como les Tricoteuses); los grandes cuerpos redondos, dotados de diminutas cabezas, son la marca del autor.

En la parte del valle del Tarn próximo a Moissac, que tiene un microclima cálido, se cultiva la uva blanca chasselas de Moisac (AOP desde 1996). De origen oriental y muy dulce, como la Moscatel, se consume como fruto de mesa o en repostería.