Partimos de Muros, uno de los pueblos costeros mejor conservados y con más encanto de Galicia. El itinerario procura seguir en todo momento un camino real que no siempre discurre al borde del mar, sino a media altura y ofreciendo, eso sí, variados encuadres sobre la deliciosa ría de Muros y Noia. Los tramos por el litoral y junto a los arenales alternan con otros por bosques mixtos de frondosas, pinos y eucaliptos, perdurando algunos tramos de calzada. El hilo conductor, como cuentas de un rosario, lo marcan las iglesias parroquiales de Abelleira, Tal, Esteiro y Sabardes. En las aldeas atravesadas, que son muchas, podremos ver numerosos hórreos, algunos totalmente de piedra, otros mixtos de piedra y madera. Cruceiro de Roo es un pequeño núcleo, pero bien dotado de alojamiento a un precio razonable.