Desde la catedral retrocedemos por la Via B. Gatti y la Strada Nuova hasta encontrar a mano izquierda el rectilíneo Corso Garibaldi, por el que pasamos ante la basílica de San Michele, que podemos visitar si aún no lo hemos hecho, y de la iglesia también románica de los santos Primo e Fabbiano. En ella hay varios cafés y panaderías para desayunar.
Siempre al frente, dejamos atrás el casco antiguo cruzando el canal Naviglio Pavese, y proseguimos por el Viale dei Partigiani ante la iglesia en ladrillo de Santa Maria delle Grazie. Ya como Viale Montegrappa, la ruta se convierte en una carretera del extrarradio que bordea una gran fábrica abandonada.
Atravesamos ahora el barrio de San Pietro in Verzolo, con su templo y todo tipo de servicios. Después de superar el torrente Roggio Vernavola nos desviamos a la derecha, junto a la señalizada ruta degli Abati, por la Via Francana, que pasa ante la capilla románica de San Lazzaro.
3,0 Capilla de San Lazzaro. Al final de la calle (supermercado), pisamos un camino de tierra que coincide un instante con la ruta entre los ríos Ticino y Po. Pero no nos hagamos ilusiones, pues pronto regresamos hacia las casas ante la iglesia del barrio de Montebolone, dedicada a San Carlos Borromeo, con estética fabril.
Atravesamos ahora un parque público que concluye en la Strada Scagliona, continuando la VF por una carretera que bordea algunas urbanizaciones para cruzar la SP617 y tomar la SP13. Se trata de un feo tramo que hasta cuenta con un Saloon dedicado al Diablo (en realidad es un restaurante mexicano), como salido de un filme de los hermanos Coen, en el parque empresarial que precede a San Leonardo. El contraste, en el pueblo, lo pone su iglesia barroca y neoclásica, con frescos en el interior.
4,7 San Leonardo.