Partimos de la Piazza Plinio Pellegrino bajo el arco del Comune, que nos deja en la plazuela de la loggia o mercado del Grano. Por Via Arezzo desembocamos en Via Tiberina, siendo posible continuar por ella o, mejor, por el ajardinado y paralelo Campo alla Badia.
Ante el hotel Santo Stefano alcanzaremos el desvío a la izquierda, indicado a Mignano, de la Via della Casina. Aún entre casas, la ruta pasa ante el oratorio de la Madonna della Rinascita y comienza a ascender para discurrir bajo la SS3bis.
Dejando atrás un instituto, y la hacienda agraria Belvedere, ya por la campiña llegamos a una bifurcación con doble balizado del CSF. Dejamos a la izquierda el acceso a Mignano y seguimos de frente por el camino oficial, que tras subir una cuesta depara una buena vista sobre Mignano, con su torre medieval, y en lo alto Montalone. Poco después ya estamos en las casas de Grigliano, con una nueva encrucijada junto al centro de equitación AsvaNara.
2,6 Grigliano. Elegimos de nuevo el camino a la diestra, una pista forestal de tierra y piedras que se empina hacia arriba entre arbolado. La subida se realiza escalonadamente, a través de fuertes repechos que alternan, afortunadamente, con descansillos para recuperar el resuello.
Dejando a la derecha unas antenas, una cadena cierra el paso a los vehículos y da paso a una zona boscosa, más densa, en la que identificamos pinos, abetos y hayas. Al este queda el montículo Poggio Castellaccia que rodeamos un buen trecho.
3,5 Poggio Castellaccia (922 m). En un momento dado nos apartamos a la derecha de la pista para subir de repente, por un camino, una durísima rampa de 150 m. Ya como senda prosigue por el pinar, con umbroso y rico sotobosque, que ocupa el monte della Modina.
2,0 Monte della Modina (1.181 m). Un camino pedregoso e incómodo baja y sube entre nuevas masas caducifolias. Por él confluimos en la encrucijada del Passo delle Pratelle, a donde llega la variante de Montalone.
2,1 Passo delle Pratelle (1.177 m). Por un bello hayedo resulta necesario abrir un par de cierres de alambre para ascender de nuevo con decisión. Llegados a un extenso claro del bosque, a través de una cancela accedemos a un bello prado de altura; un cartel, tranquilos y sin miedo al rojo, avisa de la presencia de toros sueltos. Campo a través por la hierba, en el extremo opuesto buscamos la portilla de salida. Este punto aparece señalizado como monte Calvano.
2,4 Monte Calvano (1.258 m). Una bajada rápida y repleta de guijarros nos deja al pie de un peculiar monte de perfil cónico, el Penna. En la base del pico se localiza una alta cruz de madera, la Croce della Calla.
0,8 Croce della Calla (1.140 m). Rodeando el monte Penna llegamos a una pista que se introduce en un vetusto e impresionante hayedo, sin duda el más monumental de la jornada.
Pronto localizamos el muro que cierra la propiedad del convento, totalmente cubierto de musgo, y entre helechos pisamos ya la calzada que, junto a una escultura de San Francisco con un niño, nos deja en el aparcamiento que precede a La Verna.
1,6 La Verna.
Hemos llegado al final de nuestro camino en un santuario que tiene algo de oriental, o al menos de templo ortodoxo de las Meteoras o el Monte Athos, pues se halla colgado de un tajo de la montaña y abierto a la contemplación de un amplio territorio surcado, cómo no, por los omnipresentes Apeninos.
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