Etapa 60: Pont-Saint-Martin - Ivrea | Al Loro

Distancia: 
21,4 km
Duración: 
5 h 30 min
Dificultad: 
3
Paisaje: 
4

Los cinco lagos de Ivrea (Sirio, Pistono, Cascinette, Nero y San Michele) tienen origen glaciar, pues se formaron en la amplia morrena del valle del río Dora Baltea cuando el hielo se fue retirando. Actualmente constituyen un vergel, poblado por bosques de castaños y robles, y turberas (el terreno es por momentos inconsistente, de ahí que se diga que el bosque baila), en los que habita un gran número de aves.

Desde Carema cambio de tercio en la señalización, pues concluye el amarillo aostano de la ruta 103 para dar paso a la estándar de la VF: marcas blancas y rojas del GR pedestre, blancas y azules para las bicis, y carteles marrones en ciertas encrucijadas. Y además el Pellegrinetto, tanto el amarillo oficial como el blanco, pintado por los amigos del Camino.

Tanto en Borgofranco d’Ivrea como en Montalto Dora, a 300 m del camino disponemos de sendos Carrefour Express (de 8:30 a 12:45 y de 15:30 a 19:30, domingo de 9:00 a 12:30, en Montalto solo hasta las 12:30 de lunes a sábado).

La partida de Pont-Saint-Martin por el camino no es apta para las bicis, por lo que proponemos rodar por la SS26, si se quiere haciendo sendos desvíos de ida y vuelta a Carema y Settimo Vittone, hasta Montestrutto.

Con el fin de las montañas, desde Montestrutto ya es posible seguir hasta Borgofranco d’Ivrea, y también es aconsejable bordear el bello Lago Pistono, ello pese a que será obligado transitar por algunas sendas pedregosas.

La ruta azul oficial, por la orilla derecha del río Dora Baltea y en gran medida inmediata a la A5, carece de encanto y sentido.

La capilla de San Rocco de Carema (s. XVII), hasta la que se llega tras un duro ascenso por una senda encajada en la roca, es un lugar muy especial, pues marca el comienzo del Piamonte. Descansar bajo los robles de su atrio, divisando los viñedos y el valle, constituye un privilegio.

Muy ingrato y peligroso resulta el tramo por la SS26, 1 km interminable, entre Carema y Airale. Al discurrir por dos amplias curvas, los vehículos van lanzados y pisan el arcén. ¡Conviene ir con paso ligero y extremar la precaución!

Reviste gran interés, encaramado en una colina, el conjunto formado por la iglesia románica de San Lorenzo y el baptisterio octogonal carolingio (s. IX). Además, en el interior del templo se conservan pinturas murales góticas. Se visita el domingo de 15:00 a 18:00, o con reserva previa.

Los balmetti de San Germano y Borgofranco son bodegas, excavadas en la morrena glaciar del Mombarone, muy frescas y bien ventiladas para la conservación del vino o los quesos. Actualmente muchas de ellas se han convertido en restaurantes y tabernas.

La traza en el acceso al lago Pistono fue modificada en 2021, y ahora pasa junto a la capilla de San Rocco, dando un pequeño rodeo. Como no tenemos información precisa del nuevo itinerario, y además alarga el camino, en nuestro track mantenemos el antiguo, por ahora, a la espera de que algún peregrino nos ilumine al respecto.

Para quien disponga de tiempo existe la posibilidad de contornear el lago Pistono (Anello del Lago, de algo más de 2 km), ya que el camino tan solo lo roza en su cara meridional.

En el lago Sirio, al que la VF se aproxima, es posible alquilar una barca para dar un paseo por sus aguas.

Los amigos de la Vía Francígena de Ivrea cuentan con un quiosco informativo de madera en el Corso Botta (parque Freguglia, saliendo del casco antiguo). Expiden la credencial, sellan y nos dan un poco de charla y ánimo. Laborables de 8:00 a 12:30.

En lo alto de una colina se alzan el castillo de los Savoia (s. XIV) y la catedral de Santa Maria Assunta, que pese a las reformas mantiene la cripta, la girola, la torre y fragmentos del claustro románicos. El resto corresponde a la reedificación barroca, salvo la fachada neoclásica.

Adriano Olivetti, apellido que a los maduritos les sonará por las máquinas de escribir, concibió la ciudad industrial de Ivrea al sur del Dora Baltea. Construida entre los años 30 y 60 del s. XX, su ejemplar diseño le ha valido ser declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. Se proponen visitas guiadas para entender un poco de qué va el complejo. Más información: Ivrea Città Industriale del XX Secolo.

Más vale que no pasemos por Ivrea durante el Carnaval. La fiesta, durante tres días, es una batalla a naranjazos: 400 toneladas de munición, cascos y muchas magulladuras. Al parecer la cosa viene de la costumbre, instaurada por los aristócratas en el s. XVIII, de lanzar naranjas al pueblo como obsequio. Al parecer éste, un tanto ofendido y aprovechando el libertinaje carnavalero, se las devolvía con ganas y apuntando a la diana.

En Borgofranco, Ivrea y contorno son típicos los canestrelli, de origen bajomedieval y parecidos a las ostias: naturales, con vainilla o con cacao.