Etapa 60: Pont-Saint-Martin - Ivrea | Recorrido
0,0 | |
2,7 km | Superado el puente romano, la Francígena evita al máximo las vías principales por una suerte de pasos diversos. La VF discurre ante la capilla de Saint-Erasmo (fuente) y, tras regresar un instante a la SS26, se aparta de ella para subir con decisión, pronto por una senda con escaleras talladas en la piedra, hasta la capilla de San Rocco. Aquí se sitúa el límite entre el Valle d’Aosta y el Piemonte. El comienzo de la nueva región, en la comarca del Canavese, ofrece una imagen de transición todavía muy valdostana. Lo comprobamos al recorrer el Sentiero dei Vigneti, que avanza por un depurado ejemplo de las tradicionales pérgolas emparradas hasta Carema (fuente). Las retorcidas calles de este bonito, aunque descuidado, caserío nos conducen a la iglesia. |
2,7 | |
2,8 km | Ante la capilla de San Matteo (s. XVII) y la medieval Grand Maso proseguimos por un camino herboso entre las viñas. Por desgracia hemos de abandonar tan sugerente sendero para bajar hasta la peligrosa carretera general, para más incordio a través de un parque de empresas. Huimos de este pequeño infierno tomando el desvío que nos lleva a Airale, con capilla. Luego hemos de atravesar el camping Mombarone (fuente) hasta el templo parroquial homónimo, en el núcleo de Torredaniele, con buena área de descanso. |
5,5 | |
1,3 km | Salimos bajo un arco entre casas de piedra. Guiados por la presencia del castillo de Cesnola, uno más de los apostados en el valle, entre más viñedos entramos en Cesnola (fuente). |
6,8 | |
1,3 km | Por una pista de hormigón lavado transitamos junto a la capilla de San Rocco para rodear la dispersa localidad de Settimo Vittone, con fuente ante la iglesia de la Madonna delle Grazie. |
8,1 | |
1,9 km | Partimos al lado del B&B que ocupa un antiguo castillo para admirar, justo después y encaramada en una colina, la antigua pieve de San Lorenzo con el baptisterio de San Giovanni. El tramo que sucede es uno de los más atractivos de la VF: primero pasamos entre los poyos, ya sin uso, que sostenían las pérgolas de los viñedes; poco después bajo el pórtico de un edificio arruinado y cubierto por la hiedra; y a continuación utilizamos estrechos callejones enlosados, sendas y escaleras entre peñascos junto a la capilla de San Giovanni y al pie de un enésimo castillo, que a la sombra de los castaños nos llevan a Montrestutto. |
10,0 | |
2,2 km | Al borde del parque existente a la salida del pueblo, a la vista de los últimos derrames montañosos que flanquean el valle, cada vez de menor altura, hacemos camino por una campiña cultivada de viñas y maíz. La planicie, que tanto ansiábamos pero de la que acabaremos renegando, se presenta ante nosotros y el caserío se dispersa. Tras las casas de Ivozio, con su capilla, fuente e higueras, viene la de San Germano con su templo y albergue (otra fuente). |
12,2 | |
1,9 km | Desde aquí damos un considerable rodeo para pasar ante las tradicionales bodegas excavadas en la roca, denominadas balmets o balmetti, que se suceden en la Via del Buonumore, apropiado nombre. Un camino rectilíneo prosigue entre campos hasta Borguetto y Borgofranco d’Ivrea, dispersa y expandida villa-jardín con su centro en la iglesia de San Maurizio. |
14,1 | |
2,5 km | Entre Borgofranco y Montalto se interpone un denso y gratificante bosquete. En Montalto Dora, tan solo a 251 m de altura sobre el nivel del mar, llegamos a la Piazza del Comune con su monumento a los peregrinos (fuente y servicios); para la compra hay una tienda a 100 m y un supermercado a 300 m. |
16,6 | |
4,8 km | Giramos ahora al este por la Via Casana, ante un palacio, para ascender entre plataneros hasta la iglesia de San Rocco (el abogado contra la peste siempre presente) y el acceso al castillo. En este lugar encontramos un espacio para el pícnic con fuente. Un camino empedrado con canto de río nos introduce en el singular paisaje generado por el glaciarismo y ahora cubierto de bosque. Las colinas son en realidad una morrena, y los lagos, entre ellos el lago Pistono que ahora bordeamos en parte, el testimonio más evidente de aquel proceso erosivo. Lago, bosque y castillo componen un paraje delicioso, pero es llegada la hora de proseguir, por una senda pedregosa ascendente, hasta la capilla de Santa Croce (área de descanso y fuente). Entre casas dispersas con sus jardines, y nuevas masas arboladas, subimos y bajamos por la morrena hasta la capilla de San Pietro Martire. Desembocamos en la carretera a Castellamonte para, muy cerca del lago Sirio, tomar la Via Sant’Ulderico ante Villa Gatta, con su capilla. La ruta desciende suavemente a la vista de Ivrea, con el castillo, la catedral y otros templos en lo alto. Dos puertas nos permiten acceder a su recinto murado y alcanzar la Piazza Castello, aunque el centro se sitúa en la Piazza Ferruccio Nazionale. |
21,4 |