Superado el puente romano, la Francígena evita al máximo las vías principales por una suerte de pasos diversos. La VF discurre ante la capilla de Saint-Erasmo (fuente) y, tras regresar un instante a la SS26, se aparta de ella para subir con decisión, pronto por una senda con escaleras talladas en la piedra, hasta la capilla de San Rocco. Aquí se sitúa el límite entre el Valle d’Aosta y el Piemonte.
El comienzo de la nueva región, en la comarca del Canavese, ofrece una imagen de transición todavía muy valdostana. Lo comprobamos al recorrer el Sentiero dei Vigneti, que avanza por un depurado ejemplo de las tradicionales pérgolas emparradas hasta Carema (fuente). Las retorcidas calles de este bonito, aunque descuidado, caserío nos conducen a la iglesia.