Etapa 8B: A Ramallosa - Vigo (por litoral) | Recorrido
0,0 | |
7,4 km | Tras atravesar el puente románico de A Ramallosa, los que decidan seguir el camino alternativo por el litoral –marcado con flechas verdes– deben girar hacia la izquierda (viniendo de Baiona), en paralelo al río Miñor y al carril bici, a lo largo de la Avenida Torrente Ballester; lo primero que veremos será un cruceiro, una capilla y una caseta-oficina de turismo. Caminaremos por un paseo peatonal que han habilitado junto al río, en dirección hacia su Foz (desembocadura), con tramos por pasarelas de madera que nos recuerdan las primeras jornadas a la salida de Porto. Siguiendo las flechas verdes superamos la pequeña península de Monte Lourido y llegamos a la playa América. 1,4 Playa América. Arenal extenso y muy popular, con aguas turquesa y casas a lo largo de la avenida. Al final de la playa pasamos sobre la desembocadura del río Muíños, y por el paseo peatonal y la Rúa Cidade de Vigo arribamos a la playa de Panxón. 2,0 Playa de Panxón. Esta playa en forma de arco resulta más urbana, con edificios en todo su frente. Al final del arenal enfilamos la Rúa Tomás Mirambell y salimos a otra playita más tranquila. Siempre por la misma calle, tras ascender una loma con casas, bajamos a la playa de Patos. 1,6 Playa de Patos. Estamos en una preciosa ensenada entre dos puntas rocosas, con las siluetas de las islas Cíes bien definidas en el horizonte. Por el paseo da Areosa pasamos a la pequeña Praia das Canas, al final de la cual tomaremos una calle en franca subida (Rúa do Caranquexo) hasta girar a la izquierda por la Rúa de Coba, que va en paralelo –por debajo– de la carretera PO-305. Seguimos el Camiño do Portiño, entre casitas y campos, hacia la zona marítima del barrio de Saiáns, ya en el término municipal de Vigo. 2,4 Saiáns. Su costa es rocosa salvo dos bonitas calas, la playa de Portiño y la de Muíños do Fortiñón, por las que en principio no pasaremos pues las flechas deciden subirnos hacia la carretera. |
7,4 | |
3,0 km | Seguimos junto a la carretera (aquí se denomina Avenida Ricardo Mella), que dispone de carril bici y un andadero para peatones. Superamos una rotonda y seguimos de frente durante 2 km hasta Oia, otra parroquia costera de Vigo (si bien las flechas verdes proponen tomar una calle a la derecha en ascenso, dando un rodeo bastante absurdo por el Camiño da Volta, Rúa Bouzo y Avenida Cesáreo Vázquez, que nos devuelve finalmente a la misma carretera PO-325). |
10,4 | |
10,4 km | Después de una rotonda, junto al café-bar Canido, tomamos la Avenida Cesáreo Vázquez por la que bajamos a la playa de Canido y, acto seguido, a la Praia do Vao, de arena blanca con algunos pinos y dunas, donde vemos el puente que la une con la cercana isla de Toralla, un enclave idílico pero –incomprensiblemente– de propiedad privada. 0,9 Playa do Vao - Isla de Toralla. Pasamos ante las excavaciones de una villa romana del siglo IV d.C., y detrás de ésta arranca el puente que lleva a la isla, convertida en la década de 1970 en urbanización privada con acceso exclusivo y restringido a sus 600 habitantes; para colmo, en el skyline de la isla destaca un edificio de apartamentos de 20 plantas, un verdadero atentado al paisaje. Seguimos en paralelo a la costa, donde vemos un cruceiro al pie de las rocas, hasta llegar a la desembocadura del río Lagares, que cruzamos por un puente, junto al campo de fútbol de Samil. Nota: Desde este punto tenemos la posibilidad de dejar la costa y remontar el río por su margen a lo largo de la bonita senda fluvial del Lagares, utilizada por muchos paseantes, runners y ciclistas locales, que nos llevaría hasta Vigo por Balaídos y el parque de Castrelos, donde enlaza con el camino oficial. Los que decidan proseguir por el litoral avanzarán de frente y llegarán enseguida a la gran playa de Samil, la más popular y concurrida por los vigueses. 2,1 Playa de Samil. A partir de aquí tal vez ya no veamos flechas, pero tampoco las necesitaremos porque el recorrido es intuitivo y cualquier ruta nos llevará hacia el centro de Vigo. Siempre habrá tramposillos que prefieran tomar un autobús, pero quien prosiga la ruta probablemente continuará a lo largo de toda la Avenida de Samil hacia la entrada de la ría de Vigo; tras superar la punta do Muíño, lo más fácil será tomar, en ascenso, la Avenida da Atlántida hasta su final y seguir durante 2,7 km por diferentes barrios de la ciudad, siempre en paralelo a la ría y por encima del puerto. Una vez en la Ribeira do Berbés, cualquier calleja en subida nos dejará en el casco viejo, donde podemos visitar la concatedral de Santa María y la Praza da Constitución. 7,4. Vigo. Porta do Sol. |
20,8 |