Tras atravesar el puente románico de A Ramallosa, los que decidan seguir el camino alternativo por el litoral –marcado con flechas verdes– deben girar hacia la izquierda (viniendo de Baiona), en paralelo al río Miñor y al carril bici, a lo largo de la Avenida Torrente Ballester; lo primero que veremos será un cruceiro, una capilla y una caseta-oficina de turismo.
Caminaremos por un paseo peatonal que han habilitado junto al río, en dirección hacia su Foz (desembocadura), con tramos por pasarelas de madera que nos recuerdan las primeras jornadas a la salida de Porto. Siguiendo las flechas verdes superamos la pequeña península de Monte Lourido y llegamos a la playa América.
1,4 Playa América. Arenal extenso y muy popular, con aguas turquesa y casas a lo largo de la avenida. Al final de la playa pasamos sobre la desembocadura del río Muíños, y por el paseo peatonal y la Rúa Cidade de Vigo arribamos a la playa de Panxón.
2,0 Playa de Panxón. Esta playa en forma de arco resulta más urbana, con edificios en todo su frente. Al final del arenal enfilamos la Rúa Tomás Mirambell y salimos a otra playita más tranquila. Siempre por la misma calle, tras ascender una loma con casas, bajamos a la playa de Patos.
1,6 Playa de Patos. Estamos en una preciosa ensenada entre dos puntas rocosas, con las siluetas de las islas Cíes bien definidas en el horizonte. Por el paseo da Areosa pasamos a la pequeña Praia das Canas, al final de la cual tomaremos una calle en franca subida (Rúa do Caranquexo) hasta girar a la izquierda por la Rúa de Coba, que va en paralelo –por debajo– de la carretera PO-305. Seguimos el Camiño do Portiño, entre casitas y campos, hacia la zona marítima del barrio de Saiáns, ya en el término municipal de Vigo.
2,4 Saiáns. Su costa es rocosa salvo dos bonitas calas, la playa de Portiño y la de Muíños do Fortiñón, por las que en principio no pasaremos pues las flechas deciden subirnos hacia la carretera.