De Ribadeo a Santiago, 2016
Experiencia muy positiva a todos los niveles (humano, físico, mental e incluso gastronómico). Repetiré sin duda.
En general, no ha sido especialmente duro. Sólo dos momentos de bajón que coincidieron con las etapas más largas.
Sorprendentemente buena la señalización. En cada cruce, en cada lugar que se pudiera prestar a la duda, había un mojón con la concha o con flechas amarillas. Muy buena la señalización en todo el camino.
Los albergues excepcionales. Todos los albergues en los que pernoctamos eran privados porque permiten reserva. Todas las experiencias han sido muy satisfactorias, con personal muy amable y atento.
Reservar con antelación albergues privados si no quieren entrar en una "competición" con el resto de peregrinos para no verse fuera de los albergues privados, especialmente, en meses de mayor afluencia.
Cuidado con la mochila. Llevar sólo lo estrictamente necesario. En todos los albergues se puede usar la lavadora por un módico precio.