Etapa 69: Orio Litta - Piacenza | Al Loro

Distancia: 
17,4 km
Duración: 
4 h 15 min
Dificultad: 
1
Paisaje: 
2

En la salida de Orio Litta la señalización carece de lógica, pues la única existente es la de las bicis, con el cartel oficial marrón, por carretera. Pero justo donde termina la propiedad del palacio Litta Contarini comienza un camino de tierra paralelo, que parte a la derecha y resulta evidente, permitiéndonos evitar el asfalto hasta Corte Sant’Andrea.

El señor Danilo, veterano barquero, lleva trasladando peregrinos desde 1998, lo que nos permite revivir la experiencia histórica de cruzar el Po. Tiene su casa en Soprarivo, un almacén de recuerdos con publicaciones, fotos, imágenes… y un libro de peregrinos con detalladas estadísticas de paso. Su sello es uno de los más demandados de la Francígena. El precio del pasaje es de 10 €. Debe reservarse plaza un día antes (+39 0523 771607, +39 331 8768456).

Aunque la barca del Po carga también bicicletas, que pagan el mismo pasaje que un peregrino, la ruta más recomendable para los bicigrinos es la variante de la izquierda, toda ella señalizada en azul hasta Piacenza.

A 900 m de Soprarivo, desde el dique del Po parte un atajo —ahorra 500 m—, para seguir a Calendasco, antes de llegar a las casas de Masero. Es fácil localizarlo, porque sigue el cauce del torrente Tidoncello entre robles.

Para la compra diaria el mejor lugar, a mitad de etapa, es la tienda de Loredana. Su propietaria es muy amable, y nos ofrece productos frescos de proximidad, así como bebidas frías y helados APL de Piacenza. Además, a la entrada dispone de mesas y bancos con sombrillas, todo un detalle. De 7:00 a 13:00 y de 15:00 a 18:00, domingo solo mañanas.

Otro lugar de obligada visita es el bar Green River, bonito y barato, con terraza junto a un gran parque.

El antiguo burgo de Ad Padum conserva su castillo, junto a la iglesia, construido en ladrillo. Además de la alta torre cilíndrica, de fines del s. XIII o comienzos del s. XIV, se pueden ver el portón de entrada, que dispuso un puente levadizo sobre el foso, y dos salones.

Aunque más alterado en su tramo final, inmediato a la confluencia con el Po, el Parque Fluvial del Trebbia tiene una gran importancia para la avifauna migratoria. El curso presenta grandes áreas ocupadas por arena y cantos de arrastre, terrazas y masas de arbustos.

En Ponte Trebbia se puede coger un autobús urbano, con hasta cuatro líneas, para evitar la terrible entrada en Piacenza (3,5 km del puente al casco antiguo). No obstante, como siempre indicamos, estas pruebas de resistencia física y mental también forman parte del camino.

El camino oficial accede al centro histórico dando un rodeo, por la izquierda, para pasar junto a la basílica de Santa María di Campagna, que podremos visitar por la tarde, pero salvo que vayamos a pernoctar en su albergue, lo más lógico es seguir la línea recta hasta la Piazza del Borgo, donde ambas variantes vuelven a confluir.

El contraste entre sus albergues es considerable: por una parte el Convento de Santa María Campagna o el Ostello Papa Giovanni XXIII, de acogida cristiana, ambos hacia la entrada y muy austeros, y por otra el pulcro y moderno Ostello Teatro, hacia la salida.

Excelente opción para la compra, por variedad y calidad, en el supermercado Esselunga (Via della Conciliazione), próximo al Ostello del Teatro. De 7:30 a 21:00, domingo de 8:00 a 20:00.

Sorprende por su monumentalidad la Piazza dei Cavalli, dominada por los edificios civiles de los palacios Pubblico o Gótico (s. XIII), dei Mercanti (1697) y del Governatore (1787), y por la basílica de San Francesco (ss. XIII-XIV), aunque los elementos más fotografiados son las estatuas barrocas ecuestres que le dan nombre. Representan, además de los corceles, a los duques Ranuccio I y Alessandro Farnese (Francesco Mochi, s. XVII).

El Duomo de Santa Maria Assunta (ss. XII-XIII), aunque muy restaurado a finales del s. XIX, es un notable edificio románico con alta torre de ladrillo, rica portada occidental de los maestros Wiligelmo y Niccolò, y una cripta que posee 62 columnas exentas. Hay misa diaria a las 18:30. Su plaza rezuma un ambiente muy pueblerino con sus cafés, heladerías o fruterías.

Inmediata a la VF, la basílica de Sant’Antonino tiene origen paleocristiano, con rango de catedral hasta el s. IX y reconstruida a partir del s. XI. Al exterior sobresale su esbelta torre-cimborrio octogonal románica, que muestra tres pisos de ventanas geminadas. Pertenece al mismo estilo la Puerta del Paraíso, que fue protegida por un pórtico ojival en el s. XIV. También es parcialmente gótico el claustro (s. XV).

De los otros muchos templos interesantes de la ciudad (San Savino, Santa Maria di Campagna, Sant’Eufemia, San Donnino…) nuestro favorito es el de San Sisto (s. XVI). En su interior, con frescos de Zacchetti, una gran sorpresa: la Madona Sistina de Rafael, más conocida por los dos angelitos situados a sus pies, reproducidos miles de veces en todo tipo de soportes (se trata de una copia, porque los benedictinos vendieron el original en 1754, que ahora se encuentra en el Museo de Dresde). También acoge el mausoleo de Margarita de Austria, hija del emperador Carlos V. Por el claustro se accede al bar Il Giardino, un remanso de paz.

Hasta tres embutidos típicos, todo ellos con DOP, se pueden adquirir y degustar en la ciudad: el salame piacentino, que se produce desde el s. XVI; la delicada coppa piacentina, elaborada con carne del cuello del cerdo; y la panceta piacentina, de forma circular y con bastante cantidad de grasa.