Etapa 70: Piacenza - Fiorenzuola d'Arda | Al Loro

Distancia: 
31,9 km
Duración: 
7 h 15 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
2

Para evitar la desagradable y peligrosa partida de Piacenza, de forma excepcional se puede recurrir al transporte público para llegar a Pontenure, lo que reduce la etapa en unos 10 km. El tren llega en 6 minutos (precios y horarios: Trenitalia), mientras que el autobús (línea E50, con destino Alseno) tarda 13 minutos desde la parada en Via Cristoforo Colombo, 142, a pie de camino hacia la salida (líneas y horarios: SETA).

Las tiendas y grandes supermercados se concentran en la primera parte de la etapa, o sea, en la salida de Piacenza y Pontenure. Más adelante tenemos algunas pizzerías y trattorias en Valconasso y Chero.

Recomendamos, para descansar, dos puntos de la etapa: el paseo que conduce a la iglesia de Valconasso, que dispone de bancos y fuente, y el atrio del templo de San Blasio de Chero (a la entrada a la localidad), inmediato a un arroyo.

Toda la jornada es apta para las bicis, por lo que desde Chero no vale la pena seguir las marcas azules que proponen un itinerario alternativo a Fiorenzuola.

En la partida de Piacenza el desvío hacia el barrio de San Lazzaro, ante el supermercado Conad, no está bien señalizado.

El tramo de la SS9 entre Montale y el desvío a Pontenure, de 1.500 m, es el más peligroso de toda la VF. Caminamos por un arcén casi inexistente, a veces de hierba y lleno de porquería, con la esperanza de que ningún conductor se despiste, porque en ese caso tendremos que lanzarnos a la cuneta. El único consuelo es que a primera hora los atascos de entrada en Piacenza suelen ser habituales, y el tráfico lento. Resulta inaceptable que un itinerario histórico pueda pasar por una carretera como ésta.

El castillo de Cerreto Landi (s. XIII), al borde del camino, perteneció a los Landi. Aunque desfigurado para convertirlo en palacio, muestra planta rectangular con tres torreones cuadrangulares, uno de ellos sobre una de las puertas, que estuvieron dotadas de puentes levadizos. Se conserva perfectamente el foso.

Entre Cerreto Landi y Chero no temáis seguir los caminos de servicio, paralelos a la carretera, de las fincas; lo agradecerán vuestros pies, hartos de tanto asfalto.

Resulta curioso el monumento a los Caídos, compuesto por una columna, rematada por la Virgen, rodeada de obuses.

La oferta para pernoctar es amplia y variada, y de ella cabe reseñar el pequeño albergue parroquial, muy peregrino y bien gestionado.

Magno edificio, la colegiata de San Fiorenzo está dedicada a este santo peregrino y obispo de Orange en el s. VI, que también pasó por aquí, camino de Roma, resucitando a una niña. El templo fue reedificado en los ss. XIV y XV, y muestra partes románicas, góticas (la mayoría) y renacentistas, así como capillas repletas de frescos y pinturas, entre ellas la del SS. Sacramento, muy suntuosa y cupulada. Reparemos, en la capilla mayor, en los frescos del s. XV presididos por una Crucifixión, que también narran la vida del titular. La torre exenta, provista de un gran reloj, desmerece en altura de la fachada.