Desde la plataforma sobre la que se alza la iglesia parroquial bajamos a la ruidosa carretera SP357, provista de aceras. Pasamos ante el curioso monumento naval en recuerdo del acorazado Vittorio Veneto, uno de los tres que dispuso Italia durante la II Guerra Mundial.
Donde concluye la acera comienza una pista peatonal y de bicis que pasa ante la granja de La Medesanese, con venta directa de queso Parmigiano Reggiano y otros productos, y alcanza la zona residencial de La Carnevala. Aquí se alza un pequeño centro comercial que posee una torre rematada en pirámide.
1,7 La Carnevala. Dejamos la carretera para ascender con ganas a la derecha entre las granjas de La Gatta y Turba. Por el cordal de la colina, entre campos de cereal nos dirigimos hacia un solitario y monumental roble, la Quercia del Pellegrino, con un buzón para que dejemos nuestros pensamientos.
Poco después, en el cruce de la Ca’ Pianezza existe un oratorio con zona de descanso donde figuran unos versos del poeta parmesano Pier Luigi Bacchini. Abarcamos una amplia visión sobre la llanura de Parma y, en la bajada, del pueblo de Felegara, el valle del Taro y las colinas y montañas que nos esperan.
Accedemos a la localidad, de gran tamaño y con servicios a pie de ruta, por la Via Repubblica (carretera), que dejamos para desviarnos a la izquierda, bajo la vía del tren por Via Picelli, hasta la iglesia de San Giovanni Battista.
3,8 Felegara.