De León a Oviedo por el Camino del Salvador, 2012
En mi primer camino (Francés) me di cuenta que me faltaba preparación y la primera etapa hasta Larrasoaña se me hizo eterna, el siguiente día hasta Cizur Menor se me hizo algo más corto y a partir de ahí todo fue mucho mejor. Es una experiencia mental más que física y la gente con la que te encuentras ayuda más de lo que podemos pensar, una buena conversacion puede ayudarte a caminar durante horas sin darte apenas cuenta. Los siguientes caminos los he disfrutado más sabiendo que una preparación media ayuda a que los primeros días no sean duros y saber mejor el inglés, el italiano y algo de alemán ha hecho que me lo pase genial con todos y cada uno de los peregrinos que me he ido encontrando. El camino me ha encantado porque saca lo mejor de nosotros... bueno... de algunos...
La mayor dificultad que he tenido ha sido en la etapa de Pajares, estaba todo embarrado y era complicado mental y físicamente. Simplemente el trocito que va desde el Puerto de Pajares por la famosa bajada hasta el pueblo me hizo tener dos esguinces de tobillo, un golpe en la cabeza y casi pensar en retirarme. Pensé en ir por carretera pero con niebla, lluvia, esas curvas, esos camiones y no se que más desistí.
Tuve un pequeño problema en el Santa María de Arbás para llegar a la carretera, salté un portón blanco para llegar pero me parece que no era por allí.
Sonará algo raro pero les invitaría (referido al Camino de Santiago en general) a que no tuviesen reparo ni miedo a hacerlo solo, es una experiencia propia e individual, cada uno tenemos nuestro ritmo de caminar y nuestro tiempo para descansar, si vas con amigos es más complicado, acabamos forzando las piernas y aparecen más dolores y todo parece más duro. En el tema fisico he visto a jóvenes de 20 años como recién salidos del gimnasio y con sus musculitos estar a punto de dejarlo el primer día por una ampolla y al contrario... ver a una mujer alemana bastante grande con rodilleras, tobilleras y mil cosas más tirar hacia delante con una sonrisa en la cara. Es fácil... solo decir buenos días por la mañana con una sonrisa.