Desde el Jardim Municipal y la iglesia matriz bajamos por la Rúa Poeta Tomaz Ribeiro, coincidente con la N2, ante la críptica y sugerente Fonte da Sereia, emblema de la localidad. Poco después podemos aprovisionarnos en el moderno mercado municipal. Seguimos ante la capilla de Santa Eufémia y la Adega Cooperativa, cruzando el río Dinha hasta la antigua estación del tren, ahora Casa do Povo, inicio de la Ecopista do Dão (fuente y área de picnic).
A partir de aquí coser y cantar, pues no hay más que seguir la vía verde hasta Farminhão. Tras cruzar la carretera de Santa Ovaia, la primera cita significada será la iglesia medieval de Santa María de Canas.
6,2 Iglesia de Santa María de Canas. El arbolado autóctono de la Beira va ganando peso y aparecen, dispersas, las primeras viñas del Dão. Cada 500 m ha sido colocado un marco de distancia, algunos tramos disponen de barandillas de madera y estaciones como la de Sabugosa (fuente), que surge tras un ruidoso aserradero, se van sucediendo.
1,8 Estación de Sabugosa. Al sur descubrimos, por un instante y en lontananza, la sierra da Estrêla. La siguiente estación, como todas las de la línea con su antiguo almacén abierto convertido en un refugio en el caso de que llueva, es la de Parada de Gonta.
3,0 Estación de Parada de Gonta. Pasamos bajo la IP3, y entre las casas de Póvoa de Santa Catarina, rodeada por sus olivares, naranjales, higueras y plantaciones de kiwi. Tras el p.k. 18 entramos en un túnel, que precede a un tramo encajado con el que principia el municipio de Viseu. El firme de la ecopista es ahora rojo, el terreno más agreste y salpicado de bolos graníticos, y los robles y pinos dominan el manto vegetal.
Pronto nos abrimos al poblado valle de Farminhão, al que accedemos junto a la capilla da Senhora da Saúde, acompañada de su cementerio, palco y zona de descanso. De este modo llegamos a la estación de Farminhão, con atractivo restaurante.
Si bien se podría seguir sin problema hasta Viseu por la vía verde, algo más larga, el Camino Interior comienza su andadura, y los marcos jacobeos, con la habitual emblemática en azul y amarillo, vuelven a guiarnos.
3,2 Farminhão.