Etapa 2: Hernani - Tolosa | Al Loro

Distancia: 
19,5 km
Duración: 
5 h
Dificultad: 
2
Paisaje: 
2

Etapa básicamente llana, si bien el entorno es montañoso. A partir de Andoain seguiremos el curso del río Oria, que nace en la sierra de Aizkorri y vertebra un valle densamente poblado y con fuerte asentamiento industrial; este río será nuestro compañero en las dos próximas jornadas.

Buena parte del recorrido discurre por diferentes bidegorri, expresión en euskera que puede traducirse como camino rojo: son carriles de asfalto exclusivos para caminantes y ciclistas, segregados del tráfico rodado; tienen mucho éxito entre los vecinos, que los utilizan a diario para pasear y mantenerse en forma.

Hoy encontraremos tiendas, bares y restaurantes en todas las localidades del recorrido.

En Hernani arranca la variante de Saiatz, muy dura y con escasos servicios, que pasa por Lasarte y discurre por monte en dirección a Bidania, Zerain y Zegama (final de la etapa 4 de nuestra guía). Es una alternativa poco transitada, con perfil quebrado y paisajes bellísimos, apta solo para caminantes muy bien preparados. La ausencia de alojamientos puede solventarse mediante autobuses locales que comunican con las poblaciones del valle.

Nuestra ruta recupera, en la medida de lo posible, el trazado del Camino Real, vía que comunicó durante siglos la Meseta castellana y los puertos del Cantábrico, atravesando antiguas poblaciones fortificadas como Tolosa, Ordizia y Segura (estas dos en las siguientes etapas); todas ellas recibieron condición de villa en el año 1256, bajo el reinado de Alfonso X el Sabio, lo cual conllevaba determinados privilegios comerciales, en especial el de celebrar mercados.

En la entrada a la localidad nos incorporamos a la traza del antiguo tren del Plazaola (popularmente conocido como Tren Txiki, que puede traducirse como el tren pequeñito), hoy reconvertido en Vía Verde o Camino Natural para ciclistas. Funcionó entre 1905 y 1958 comunicando las ciudades de Pamplona y San Sebastián, con tráfico de pasajeros y mercancías.

Nada más acceder a dicha Vía Verde atravesaremos el angosto túnel de Arantzazunea, de 117 metros de longitud. No es necesaria iluminación, puesto que ya desde la boca de entrada se ve la luz al final del túnel.

En 2019 cerró el albergue de peregrinos. En el centro de la villa disponemos de hoteles convencionales y algunas pensiones con precios moderados.

En el casco histórico destaca la iglesia de Santa María (Andre Maria Eliza) construida entre los siglos XVI y XVIII, en sustitución de otra iglesia que había ardido en 1503 durante el incendio de la villa; su ábside, abocado al cauce del río Oria, se levanta sobre un tramo de la muralla medieval.

En la plaza Euskal Herria destacan las pinturas modernas en los techos de sus soportales, realizadas en 1988 por cuatro artistas tolosanos: José María Hernández, Koldobika Jauregi, Iñaki Epelde y José Luis Longaron.

En la misma plaza Euskal Herria os recomendamos visitar el museo Topic dedicado a las marionetas y los títeres, que aquí reciben el curioso nombre de txontxonguillos.

No podemos dejar la villa sin haber probado sus famosas alubias, de color oscuro y alto precio. A diferencia de otras legumbres, esta variedad se cuece solo con berza, ajos y cebolla, añadiendo al final el resto de sacramentos: costilla de cerdo, morcilla de verduras y guindillas de Ibarra.