Etapa 8B: La Puebla de Arganzón - Miranda de Ebro | Al Loro

Distancia: 
21,2 km
Duración: 
5 h 15 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
2

A la salida de Estavillo tenemos la gran bifurcación del Camino Vasco del Interior: a mano izquierda, el ramal riojano hacia Haro y Santo Domingo de la Calzada; a la derecha, siguiendo de frente por la carretera, el ramal burgalés (también conocido como Vía de Bayona), hacia Miranda de Ebro y Burgos.

Esta etapa, la primera por el ramal burgalés, resulta relativamente breve y con desniveles moderados. La mayoría de peregrinos deciden finalizar la jornada en Miranda de Ebro; cabe la posibilidad de doblar etapa prolongando la caminata hasta Pancorbo, lo cual supondría un total de 37,7 km (o bien 34,3 km en caso de ir por Rivabellosa).

En Armiñón hay un bar social, pero suele abrir solo en fines de semana y durante el verano; Rivabellosa cuenta con un par de bares; Rivaguda es un núcleo pequeño sin servicios; en Bayas hay dos bares y un restaurante (con menú del día); Miranda de Ebro dispone de todo tipo de servicios.

A lo largo de la etapa superaremos tres ríos: el Zadorra (por el puente medieval de Armiñón), el modesto río Bayas y finalmente el Ebro (puente de Carlos III); por este último se accede al casco histórico de Miranda de Ebro. El río Ebro es el más caudaloso de España.

Su iglesia —como la de Burgueta— está dedicada al santo medieval por antonomasia, San Martín de Tours; fue construida en el siglo XV y responde a la tipología de iglesia-fortaleza, utilizada en su día como torreón de defensa; en su interior se conserva un espléndido retablo renacentista del siglo XVI.

Hasta hace unos años la ruta pasaba por Rivabellosa; es 3,4 km más corta pero presenta tramos por carretera y atraviesa una zona industrial. El camino oficial va ahora por Ribaguda y Bayas, con un tramo muy agradable junto al río Zadorra.

Junto a la entrada, a solo 100 metros de nuestra ruta, hay un dolmen, monumento megalítico con casi 5000 años de antigüedad. Otra curiosidad: durante el recorrido por el pueblo veremos varias figuras de zorros; el motivo es el gentilicio de los naturales de aquí, que reciben el nombre de raposos.

Un kilómetro al sur de nuestra ruta, poco antes de llegar a Bayas, está el yacimiento arqueológico de Arce-Deobriga, poblado de origen autrigón que se remonta a la segunda Edad del Hierro, 300 años antes de Cristo; su superficie era de más de 20 hectáreas y contaba con una muralla de cinco metros de anchura. Hacia el 70 d.C., ya bajo poder romano, el antiguo castro fue desmantelado para construir una ciudad nueva con calles en forma de retícula, por la cual discurría una de las principales rutas del imperio, el Iter XXXIV del Itinerario Antonino, y cuya población llegó a unas 6.000 personas.

La ciudad presenta dos zonas bien diferenciadas, separadas por el río Ebro: al lado este, por donde entra nuestra ruta, tenemos la parte nueva o barrio de Allende, mucho más extensa, donde encontramos la mayoría de servicios y la iglesia del Espíritu Santo (siglos XIII-XIV); el casco antiguo o barrio de Aquende queda al oeste, tras cruzar el puente de Carlos III, donde podemos visitar la Casa Consistorial (siglo XVIII), varios palacios nobiliarios, el mirador del Castillo y la iglesia de Santa María de Altamira (siglo XVI), de estilo renacentista con algunos elementos góticos tardíos.

Entre las especialidades locales destaca la morcilla, en especial una variedad llamada delgadilla, mucho más fina de lo habitual y con sabor intenso.

Los amantes de la buena mesa disfrutarán en La Vasca, casa de comidas fundada en 1926, que ostenta la distinción Bib Gourmand en la Guía Michelin y donde —no os lo creeréis— sirven un menú en días laborables a un precio asequible.