El Camino abandona la villa del jazz cuesta arriba, deparándonos una última visión de la bastida, con su perfil de casas bajas rasgado por las dos torres de sus iglesias. Un fuerte descenso por un bosquete nos lleva a cruzar el río Laüs, punto a partir del cual se suceden las praderas y tierras de labor (maizales), por las que el GR se adapta a los ángulos rectos de las pistas agrarias.
Después de pasar por la aldea de Bugar y al lado de la granja de Pachet, ascendemos de nuevo con brío por la Côte de la Chapelle, hasta el lugar de Samazan. Aquí tuvieron asiento una villa medieval, la de Pardiac, y una abadía, ambas desaparecidas.
3,6 Samazan. Desde la capilla (s. XVIII), que formaba parte del recinto del castillo, y su cementerio, descendemos suavemente entre robles, y al lado de un par de granjas antiguas, hasta la extensa planicie regada por el Arros. Tras cruzar primero un canal, y luego el caudaloso río junto al molino de Samazan, nos dirigimos al norte por una larga recta sobre la que circulan los tractores, divisando a lo lejos la torre de la iglesia de Auriébat.
En el momento de recuperar el tránsito hacia el oeste, dejamos el Gers para entrar en el departamento de Hautes-Pyrénées, con capital en Tarbes. Marca la divisoria el modesto río Lascors. En compañía de varias granjas, así las de Le Forgeron o Angledous y, tras cruzar la D31, las de Pépille, Le Nain y Bouquet, nos disponemos a superar el tercer escalón de la jornada. A través de un robledal, que nos depara bonitos encuadres sobre la iglesia, alcanzamos el casco antiguo de Auriébat, al que accedemos por una antigua puerta.
6,7 Auriébat.