A la salida de Ruesta afrontamos por pista un ascenso el que ganamos 350 metros de desnivel en 6,4 kilómetros, con espléndidas vistas sobre el embalse de Yesa.
Etapa 4: Ruesta - Sangüesa | Al Loro
Al igual que ayer, la mayor parte de la etapa es a pleno sol. El terreno es yermo a partir del collado de Peña Musera, a 6,4 km de Ruesta. | |
La etapa se divide en dos largos tramos sin posibilidad de avituallamiento; el agradable pueblo de Undués de Lerda es la única localidad intermedia, y cuenta con servicios de restauración y un buen albergue de peregrinos. | |
El marco geográfico por el que avanza el Camino sigue siendo extraordinario. Los Pirineos y el Canal de la Berdún van quedando atrás, pero ahora contemplamos al norte la Sierra de Leire, que acoge un antiguo monasterio, y al frente la Foz de Lumbier, la Sierra de Izco y, a lo lejos, la icónica Higa de Monreal y la Sierra del Perdón. | |
Conviene recordar que el albergue es turístico, por concesión municipal, y siempre conviene reservar, sobre todo en fines de semana y períodos vacacionales, porque puede estar ocupado por grupos. | |
Entre Undués de Lerda y Sangüesa abandonamos Aragón para entrar en la Comunidad Foral de Navarra. | |
Pese a no estar señalizada como tal, la variante de Javier no tiene pérdida. Comienza en el límite de Navarra, donde se va a la derecha hasta la carretera de Yesa. Por ella se baja, ya por una pista de tierra que desciende a Javier y su castillo (3,8 km). Desde aquí lo más seguro es tomar la NA-5410; a los 2,4 km nos desviamos a mano derecha por la Cañada de los Roncaleses, que prosigue sin pérdida hasta Sangüesa (4,9 km más). La variante alarga en 3 km la etapa. | |
Destaca el Castillo de Javier, medieval, cuya torre del homenaje es del siglo XI, con su foso y puente levadizo. A él se adosó, en el siglo XIX, el santuario dedicado al santo misionero. Acoge el Cristo gótico que sudó sangre poco antes de fallecer el jesuita. Más info: Castillo de Javier. | |
Su monumento más relevante es la iglesia románica de Santa María la Real (siglos XII-XIII), junto al puente sobre el río (al final de la calle Mayor), en la cual destaca la soberbia portada en forma de retablo de piedra muy rica en figuras y ornamentación. | |
La ciudad es conocida por sus templos y palacios, pero también es sede de un curioso museo: Casa Jenaro. En él se reviven los oficios y objetos cotidianos (ultramarinos, taberna, barbería, taller de costura, juguetería, una capilla, etc.). Más info: Museo Casa Jenaro. |