Etapa 31: Palas de Rei - Arzúa | Al Loro
La etapa de hoy transcurre en un continuo sube y baja, sobre todo a partir de Melide, debido a los numerosos arroyos que corren transversales a nuestra marcha. Seguimos el eje de la nacional N-547, que cruzamos varias veces. | |
A lo largo de la jornada hasta en dos ocasiones se ofrecerán variantes, con los mojones señalando una ruta principal y otra complementaria. En cada caso apuntamos (ver Recorrido) la alternativa más conveniente, ponderando factores como la distancia, el desnivel, el paisaje o los servicios. | |
En Melide confluye el Camino Primitivo; y, en Arzúa, el Camino del Norte. Más gente. | |
Hoy disponemos de servicios de restauración cada pocos kilómetros. | |
Entre Palas y Melide, con un decidido apoyo del gobierno gallego, la multinacional portuguesa Altri pretende instalar una macro celulosa a tan solo 2 km del Camino. A lo largo del tramo comprobaréis que la contestación social es enorme. | |
A 4,4 km fuera del Camino, dentro del concello de Palas de Rei, se encuentra el soberbio Castillo de Pambre (siglo XIV), el mejor ejemplo de arquitectura militar gallega del medievo. Para visitas: www.castelodepambre.com. | |
En O Coto entramos en la provincia de A Coruña, la última del Camino. | |
Al entrar en la provincia coruñesa el eucalipto comienza a dominar el paisaje. No obstante, tanto en las comarcas de Ulloa como en las de Terra de Melide y Terra de Arzúa, el bosque autóctono y las praderas, sostén de la cabaña ganadera, siguen teniendo un peso relevante. Al borde del Camino, aunque solo sea un decorado, no se pueden cortar robles y castaños, por lo que la sensación será un tanto irreal. | |
Varios puentes se suceden en la etapa, pero el más notable, poco antes de llegar a Melide, es el puente de Furelos. Datado en el siglo XII, consta de perfil alomado y cuatro arcos. Su reciente restauración, a todas luces excesiva, ha sido puesta como ejemplo de cómo no se debe actuar en el patrimonio. |
La villa atesora un pequeño casco antiguo en el que destacar la iglesia de San Pedro, que combina varios estilos, el Museo da Terra de Melide y la Obra Pía de San Antón. A la entrada del itinerario se encuentran la capilla de San Roque, con una puerta gótica arcaizante, y un antiguo cruceiro (siglo XIV). | |
Reviste gran interés, saliendo de la ciudad, la iglesia románica de Santa María (siglo XII); su cabecera está cubierta de murales góticos. | |
Como en la etapa anterior, el queso Arzúa-Ulloa es producto destacado de la jornada, aunque con competidor: El pulpo de Melide. Algunos establecimientos que lo sirven se han convertido en auténticos lugares de peregrinación, como las pulperías Ezequiel y A Garnacha, que cuentan cada una con acérrimos devotos. | |
Para añadir el toque dulce, la ciudad nos ofrece sus dulces típicos: unas rosquillas glaseadas con almíbar llamadas melindres, o los ricos, unas galletas de mantequilla cocida. |
Uno de los lugares mágicos del Camino gallego, reiteradamente comentado y muy compartido en Instagram, es el paso del arroyo Catasol por la variante principal. El cruce se realiza, por unas rústicas losas de piedra, envueltos por el bosque de ribera. | |
En la iglesia de Boente, que tiene por patrón a Santiago, además del sello a los peregrinos nos obsequian con una estampa en la que figura la simpática imagen del titular. | |
Tres kilómetros antes de Arzúa pasamos por Ribadiso de Baixo, un bucólico conjunto formado por el río Iso, un puente medieval, y un antiguo hospital medieval de peregrinos, ahora rehabilitado como albergue por la Xunta. |