Hospice du Grand-Saint-Bernard - Comentarios

Seguro que en su día fue un sitio de gran acogida. Ya no. Ahora es puro negocio. Se les ha olvidado lo que es la acogida cristiana, que no es ir a misa. El cura (Rafael) hizo ciertas bromas de mal gusto (esto puede ser subjetivo, aunque fue opinión bastante general de los peres del día) y dio después de la cena una ristra de normas sin sentido para peregrinos. Habló del parking y otros temas aptos para excursonistas y turistas que se alojan allí también. Quizá ese sea el problema, la mezcla de público. Incluyen lavar la ropa. Eso sí, te la dan cuando les parece a pesar de decir a las 20 h. nos la dieron a las 9 h AM con imposibilidad de hacer mochila antes, claro... la cena: sopa de sobre, una pasta de boniato y pescado, postre un trozo de tarta (lo único que se salvó). Desayuno muy justito y a las 8 h. A pesar de ofrecer la posibilidad de ser antes, como éramos 2 fue imposible, todo fueron pegas (igualmente lo habría sido por la ropa). El precio no merece ni lo que ofrecen ni el trato recibido. Prepotencia del personal (no de los voluntarios). Camas cómodas. Nos habían avisado... no hicimos caso. A evitar. Eso sí, vistas de alrededor brutales y llegar un logro. Afortunadamente no representativo del resto de acogidas religiosas o no.

Albergue muy representativo de la Via Francigena y que recomiendo conocer. Se encuentra en el mismo Col con unas vistas del paisaje impresionantes. Diferentes tipos de habitación. 37€ dormir comunitariamente y 55€ media pensión. La cena es comunitaria y correcta. Posibilidades de asistir a los actos religiosos del Monasterio.

Es algo especial, no puede describirse la emoción de estar a esta altitud tras el esfuerzo realizado y en este entorno tan emblemático. Acogida hospitalaria, habitaciones de 4 literas y con todos los servicios, ah incluso wiffi

Nadie debería renunciar a la experiencia de pernoctar en una hospedería que no solo es clave en la historia de la peregrinación, sino que ya forma parte de la leyenda. Acogida perfectamente organizada, y con la posibilidad de acudir a las oraciones o a la misa con bendición de peregrinos.