A partir de 1991, a través de una asociación, varios municipios y provincias italianos comenzaron a preocuparse por la puesta en valor del itinerario medieval de Sigerico. Ese mismo año lo presentaron en la Bolsa Internacional de Turismo de Milano, y se publicó un documentado libro, de Renato Stopani, sobre el que se fundó la estrategia. En 2001 se creó la Asociación Europea de las Vías Francígenas (Fidenza), así en plural, cuyo objetivo no era recuperar la peregrinación tradicional a Roma, sino crear un producto turístico inspirado en ella de carácter cultural, experiencial y bajo la marca slow. Por supuesto, nada más apropiado y fácil, para lograrlo se inspiró en el modelo del Camino de Santiago, contemplado con envidia por haberse convertido en un referente de éxito. Las oficinas de esta asociación se sitúan en Fidenza, donde cada año se celebra el Francigena Fidenza Festival, y Piacenza.
Una de las primeras iniciativas fue la de crear un logo, en Italia conocido como Pellegrinetto, la puesta en marcha de una credencial y, a través de un convenio con la basílica de San Pedro, la entrega de un certificado, conocido como Testimonium, que aplica las mismas exigencias de la Compostela. Hasta aquí no fueron demasiado originales.
La Francígena ha renovado, en 2015, su candidatura para ser declarada por la Unesco Patrimonio Mundial, distinción que hasta ahora solo han alcanzado unas pocas rutas de peregrinación. Refrescamos la memoria: en España el Camino Francés y los Caminos del Norte, en Francia algunos tramos y monumentos de las cuatro grandes vías calixtinas, en Japón el Kumano Kodo. De conseguir el reconocimiento lo sumaría al del Itinerario Cultural Europeo, otorgado en 1994.
Sin embargo, un trayecto de más de 2.000 km entre Canterbury y Roma que atraviesa cinco estados, con la proyección sur italiana de casi otros 1.000 km hasta Santa María di Leuca (ruta jerosolimitana), es evidente que no resultaba operativo. Por fuerza se había de segmentar en itinerarios menores con sus áreas de sombra, tales los trayectos por Inglaterra (una etapa) y Francia. En la cara iluminada del satélite está la porción italiana norte (Gran San Bernardo-Roma), que es la que adquiere un mayor simbolismo entre los Alpes y la ciudad eterna, y también la mejor nutrida de servicios. Dentro de este camino, aún largo, destaca por su popularidad el sector de la Toscana y el Lazio, sobre todo a partir de Lucca. De hecho, los principales puntos de partida están siendo todos los italianos: Ivrea, Lucca, San Miniato, Piacenza, San Gimignano, Siena, Viterbo y, en Suiza, el Grand-Saint-Bernard —con el rol de Roncesvalles—, y Lausanne.
En Italia se considera que la Francígena, si bien funciona y tiene peregrinos todo el año, está siendo superada por el Camino de San Francesco en número de usuarios. Al carecer de estadísticas rigurosas en Roma, todo son conjeturas y aproximaciones fundadas en encuestas parciales. Estas revelan que el perfil de los peregrinos es similar al de los compostelanos en algunos aspectos: similar proporción de mujeres y hombres, y por edades con casi un 39% en la franja entre 45 y 65 años (un 22% de 55-64 años), aunque también con notable presencia de jóvenes (un 21% de 25-34 años). Sin embargo, en la VF todavía no se ha consagrado la dimensión internacional, y si bien están registradas 60 nacionalidades, la mayoría de los peregrinos son europeos, sobre todo y por este orden: italianos, franceses, suizos y alemanes. Comienzan a llegar también peregrinos de España, Reino Unido, Países Bajos, Dinamarca, Bélgica y, fuera de Europa, de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Argentina, China, Corea del Sur, Japón o Australia.
No por casualidad, sino por tendencia del contagio turístico, se da también el fenómeno de los 100 km, que se completan desde Montefiascone, junto al lago de Bolsena, ya en el Lazio; nada que ver, desde luego, con los emporios gallegos de Sarria o Tui. Eso sí, la VF también está afectada por la deriva del corto recorrido y el virus de la «certificaditis», y así el 49% de los usuarios solo pisa el Lazio, y un 31% solo la Toscana. Como dato curioso, y a la vez significativo, cabe señalar que ¡solo un 43% de los peregrinos concluye en Roma! Por algo no será raro escuchar, a lo largo de la Francígena, que «esto no es el Camino de Santiago» (los más optimistas añaden un… «por ahora»).
Los datos ofrecidos por la asociación de la VF, estimación de parte muy inflada, consideran que en 2019 unas 50.000 personas habían caminado, al menos, una semana por la ruta (aquí lo suman todo, peregrinos, excursionistas, senderistas, marchas promocionales, etc), y en 2021, pese a la pandemia, habrían sido unas 40.000. La cifra no casa con la expedición de credenciales, que en 2021 fue de 11.500. Cálculos más ponderados rebajan las expectativas, y estiman que los llegados a Roma no superarían los 15.000.
Las motivaciones expresadas también parecen diferir algo de las jacobeas: en primer lugar se menciona la convivencia con otras personas, seguida de las espirituales (siempre ambiguas), el turismo cultural y natural, las deportivas y, por último, las religiosas.
Un 55% de los peregrinos hace el Camino en grupo (entre ellos muchos excursionistas que lo parcelan en tramos o en períodos vacacionales cortos), un 32% en pareja y tan solo un 17% en solitario. En cuanto a los meses elegidos, los más frecuentados son agosto y septiembre.
Nuestra aportación, por fuerza somera ante el kilometraje del itinerario, con la dificultad de mantener al día la información práctica desde Suiza, sobre todo ante el cambiante panorama generado por el Covid, pretende ayudar a los peregrinos que afrontan la VF con un criterio similar al del Camino de Santiago. Por ahora centramos la información en el trayecto italiano, con la adenda de la subida a los Alpes por Suiza, eligiendo como punto de partida una ciudad emblemática y bien comunicada, Lausanne.
Ah, y ahora sí la última cuestión. Las guías contienen errores (todas) y con el paso del tiempo van quedando desactualizadas. Te agradecemos tu comprensión, y también tu ayuda opinando sobre los albergues (en su ficha) e informándonos de aquello que consideres relevante para mejorar la información de esta web. Bon Chemin! Buon Cammino!