Masificación en el Camino de Santiago

La Vanguardia ha publicado hoy un reportaje sobre el Camino de Santiago Francés bajo el título Peregrinos de la crisis: El turismo barato de la aventura jacobea desborda el camino de Santiago. En él se trata de una forma parcial y deficiente la problemática de la masificación en el Camino de Santiago, resaltando algunas anécdotas nimias y soslayando cuestiones de fondo.

La primera conclusión a la que llega es que la crisis está detrás del aumento del 14% del número de peregrinos respecto al año anterior, conclusión absurda teniendo en cuenta que es más o menos el mismo crecimiento que ha experimentado el camino en los últimos diez años, cuando no había crisis. Sí es cierto es que la crisis económica no parece afectar al Camino de Santiago, lo cual se puede explicar básicamente por tres factores: el primero porque el presupuesto es relativamente bajo y fácilmente adaptable, el segundo por el fuerte impulso que experimentan todas las actividades relacionadas con la naturaleza y el aire libre respecto al turismo convencional, y tercero por el enorme éxito de libros sobre el camino en países como Alemania y Corea.

En uno de los subtítulos del reportaje pone literalmente: “El gasto mínimo es de 20 euros al día por cabeza y el medio, de 80 para una pareja”. Tal y como está escrita la frase no hay por dónde cogerla. Luego, en el cuerpo del artículo, especifica que los 80 euros al día son para una pareja que duerma en hoteles.

El reportaje distingue entre peregrinos religiosos y no religiosos, como si fuera una frontera nítida, confunde la religiosidad con la espiritualidad (muy propio de los religiosos), y dice algo tan sorprendente como que hay más peregrinas religiosas que peregrinos.

Entre los distintos tipos de peregrinos incluye el mendigo, que vaga a menudo sin una dirección clara. Son pocos los mendigos que deambulan por el camino, pero desde luego no viven básicamente, como dice el reportaje, de la caridad de curas y lugareños, sino que viven de que un peregrino les pague el desayuno y otro la cena.

Cuenta el reportaje que el sexo está muy presente en el Camino, y yo creo que está presente en la misma medida en que lo está en la vida. Allí donde hay hombres y hay mujeres hay sexo, y el camino por supuesto no es ninguna excepción.

El artículo hace mucho énfasis en los problemas que acarrea la masificación, como por ejemplo la dificultad de encontrar plaza en los albergues y la apertura de polideportivos como dormitorios masivos. Cierto, pero sólo ocurre durante 2 ó 3 semanas al año y, en general, durante la mayor parte del año los albergues disponen de plazas suficientes.

Precisamente hace un par de meses estuve hablando con algunos hospitaleros, y se quejaban de los pocos peregrinos que pasaban en aquellas fechas. Y también como dato significativo, el año paso hice durante la tercera semana de agosto el Camino Aragonés, y a parte de Jaca donde éramos unos 20, en los demás albergues sólo coincidimos 3 ó 4 peregrinos.

Por cierto, ya que La Vanguardia es un periódico catalán y habla de las guías alemanas, japonesas y coreanas, recordar que en lengua catalana también hay una guía del camino, una buena guía del Camino de Santiago en catalán.