Camino de Baztan | Información

Se conoce por Camino de Baztan el camino de Santiago que une Bayonne (en el País Vasco francés) con Pamplona (Navarra), siguiendo la traza de una antiquísima calzada romana que atravesaba el Pirineo por los valles de los ríos Baztan y Ultzama. Su recorrido confluye con el Camino Francés en el puente medieval de Arre, a apenas cuatro kilómetros del centro histórico de Pamplona.

Si bien hoy es una ruta minoritaria, en época medieval este recorrido fue tan utilizado como los de Roncesvalles o Somport para franquear el Pirineo, debido a la menor altitud del collado de Otsondo (575 metros de altitud) y el de Belate (938 metros) respecto a los de Ibañeta-Leopolder (1.430 metros de altitud, en el Camino Francés), y por supuesto muy inferior a los 1.632 metros del Summus Portus (collado por el que discurre la Vía Tolosana - Camino Aragonés). 

Por aquí pasaron desde la antigüedad ejércitos, comerciantes, pastores y, a partir del siglo IX, también peregrinos europeos —especialmente aquitanos y bretones— en su periplo hacia Compostela. La mejor prueba de la antigüedad de esta ruta jacobea a través del Pirineo es la existencia de hospitales y monasterios donde los peregrinos se alojaban ya en los siglos XI y XII, y que conocemos no solo por sus restos materiales, sino también por las escrituras de donaciones de tierras y edificios por parte de la aristocracia local. Destacaremos en este sentido el monasterio de Urdax, fundado en el siglo XII por Sancho VI el Sabio como hospital de peregrinos, y el antiguo monasterio de Belate, situado en un punto estratégico junto al puerto de montaña del mismo nombre, donde ya existía un hospital de peregrinos en el siglo XI (anterior o coetáneo, por tanto, al de Santa Cristina de Somport).

Estamos ante uno de los caminos de Santiago más bellos que conocemos, marcado por sus paisajes rurales y la arquitectura tradicional de sus pueblos, y todo ello concentrado en tan solo 5 o 6 etapas; pero es también uno de los más exigentes por su recorrido, que incluye fuertes repechos, bajadas pronunciadas y tramos solitarios por bosques. Una buena preparación física, así como consultar la previsión meteorológica, serán nuestros mejores aliados. 

Independientemente del francés o el español, el idioma propio —utilizado en la mayoría de pueblos y caseríos que cruzaremos, incluso los del País Vasco francés— es el euskera, lengua cooficial en Navarra y cuyo uso, felizmente, es cada día más habitual en todos los ámbitos.

Peregrino entre la niebla, de camino al puerto de Belate

El Camino de Baztan recorre paisajes extraordinarios de la región de Labort-Lapurdi (en lparralde, el País Vasco francés) y del Pirineo navarro, atravesando los valles de los ríos Baztan (cabecera del Bidasoa) y Ultzama. Es un territorio de media montaña marcado por cursos de agua y prados en los que pacen vacas, caballos y ovejas, con bosques de ribera, grandes robles y hayedos tupidos. Nuestra ruta discurre de norte a sur a través de una comarca escasamente poblada, donde la ganadería sigue jugando un papel destacado, y cuyos pueblos conservan la arquitectura tradicional, con caseríos blancos, carpinterías de colores vivos y balcones corridos de madera. La lluvia, la niebla y el rocío propician este paisaje siempre verde… así como la posibilidad de pisar barro en algún tramo por bosque.

Durante la ruta nos tocará cruzar numerosas portillas o cancelas de ganado; os recordamos que siempre hay que cerrarlas después de pasar. Por otra parte, nunca debemos molestar a los animales, y mucho menos a los perros pastores que cuidan de los rebaños. En los tramos por monte podemos encontrar también caballos en libertad, pottokas (la especie de poni propia del Pirineo vasco-navarro), aves rapaces y buitres, ya sea descansando sobre alguna peña o mientras sobrevuelan las zonas despejadas.

La meteorología de la región, marcada por su clima atlántico, será un factor determinante en esta ruta, que recorre la zona más occidental del Pirineo, con valles donde las nubes suelen detenerse tras acumular humedad a lo largo de la costa cantábrica. La llegada continuada de borrascas, junto al relieve montañoso de la zona, provoca un régimen pluviométrico elevado, con lluvias frecuentes durante casi todos los meses del año. La niebla también es un fenómeno habitual, si bien suele levantarse tras las primeras horas de la mañana. Por suerte, al discurrir mayoritariamente por cotas medias y bajas, son poco frecuentes las grandes nevadas, salvo episodios puntuales en pleno invierno. 

La temporada más aconsejable para acometer este camino es, en nuestra opinión, desde finales de primavera hasta bien entrado el otoño (a partir de principios de mayo y hasta octubre o noviembre, aproximadamente), época en que el clima suele ser fresco y con alta posibilidad de lluvias, en especial en los valles orientados a norte; cabe recordar que, aunque haga buen tiempo, aquí siempre refresca por las noches, incluso en agosto.

Por tanto, ante la variabilidad meteorológica característica de esta ruta, tanto en época veraniega como en estaciones más frescas deberemos llevar en la mochila alguna prenda de abrigo así como, por supuesto, un paraguas o una buena capa impermeable, siempre a mano por si arranca a llover. Además, dado que transitaremos por bastantes tramos por bosque o sobre hierba, muchos optan por incluir unas polainas (también a mano, y que sean fáciles de poner y quitar), que pueden ser útiles ante el rocío de la mañana, la lluvia y también en algún recodo con barro.

El Camino de Baztan recorre una distancia de 108,4 kilómetros y pasa por 20 poblaciones con algún servicio (tiendas, bares o restaurantes). La mayoría de los pueblos son muy pequeños y cuentan apenas con un único establecimiento. 

Las distancias más largas sin posibilidad de avituallamiento serían: desde Ustaritz a Souraïde o Espelette (aprox. 10 km), desde Urdax a Amaiur (9,6 km que corresponden a la travesía del puerto de Otsondo), desde Venta de San Blas a Lantz (10,1 km, atravesando el solitario puerto de Belate) y desde Olagüe a Sorauren (13,7 km, durante los cuales pasaremos por varios pueblecitos, si bien carecen de servicios).

Las únicas ciudades se hallan, como es lógico, al inicio y al final del recorrido: son Bayonne, con 53.000 habitantes, y Pamplona, con 204.000 habitantes; en el ecuador de la ruta pasaremos por la villa de Elizondo, centro administrativo y comercial del valle de Baztan, que cuenta con 8.500 habitantes.

El Camino de Baztan discurre por dos estados, Francia y España; cruzaremos la frontera administrativa entre ambos países en Dantxarinea. Cabe indicar que hoy en día, en aplicación del Tratado de Schengen, ya no existe aduana física como tal y el paso de ciudadanos es libre.

La parte francesa de la ruta corresponde al departamento de los Pyrénées Atlantiques, integrado en la actual región de Nueva Aquitania; Bayonne-Baiona es una de sus sub-prefecturas o distritos, que correspondería culturalmente a la antigua provincia vascofrancesa de Labort.

Respecto a la parte española, nuestra ruta discurre por una única comunidad autónoma, en este caso uniprovincial: la Comunidad Foral de Navarra, cuya capital es la ciudad de Pamplona.

Por supuesto, se puede traer de casa o bien adquirirla en Bayonne, ya sea en la catedral, donde los voluntarios de la Association des Amis du Chemin de Saint Jacques des Pyrénées Atlantiques disponen de un punto de información (de lunes a sábado de 9:00 a 12:00, excepto festivos), o bien en el albergue de peregrinos Refuge Saint-Jacques (Rue Gosse 7, en pleno casco antiguo de la ciudad), regentado también por dicha asociación; son estos los puntos habituales donde poner el primer sello en la credencial.

El recorrido está bien señalizado con flechas amarillas en las etapas navarras, pero no tanto en la sección francesa (con algunos postes, pequeños adhesivos sobre farolas y, en ocasiones, marcas de GR); a pesar de ser un tanto minimalista, resulta una señalización efectiva y discreta, que te obliga a estar siempre atento. 

Durante los tramos por bosques tupidos (como los hayedos de Belate y de Lantz), las flechas están pintadas sobre algunos de los troncos y su vivo color amarillo permite distinguirlas incluso bajo la niebla. Si nos perdemos, deberemos volver atrás hasta la última señal e intentar localizar de nuevo la siguiente; os sugerimos, en caso de duda, consultar la pestaña Recorrido de cada etapa o nuestra app Gronze Maps.

El Camino de Baztan cuenta con una red suficiente de albergues y alojamientos, lo que os permitirá organizar la ruta en función de vuestra condición física o vuestras preferencias, destinando por lo general entre cuatro y siete jornadas para realizar el recorrido completo (nosotros os sugerimos hacerlo en cinco etapas, distribución que consideramos asequible para un senderista medio, sin prisas).

Este camino discurre por un territorio rural, donde no siempre encontraremos bares, restaurantes ni tiendas donde abastecernos; estas, además, suelen presentar un horario restringido, o permanecer cerradas según el día de la semana o la época del año, además de los festivos. Hay etapas sin apenas alternativas de alojamiento ni de restauración, salvo al final de la misma. 

Todo ello nos obligará a realizar una planificación previa de las etapas, estableciendo el número de jornadas de ruta y aquellos lugares donde pernoctar; será conveniente informarse in situ de los establecimientos abiertos para desayunar, comer o realizar compras.

El Camino de Baztan arranca en pleno centro histórico de Bayonne, ante la puerta de la catedral, y comparte sus primeros kilómetros con otras dos rutas jacobeas: el Camino del Norte (que abandonaremos a los 2,7 km), y una variante de conexión que conduce a Saint-Jean-Pied-de-Port (que abandonaremos en Ustaritz).

Al final de la etapa 1 de nuestra guía disponemos de dos opciones: continuar a mano derecha hacia el pueblo de Souraïde o tomar una variante que lleva a Espelette, con distancias similares; ambas localidades disponen de servicios y alojamientos. Además, en ningún caso será necesario volver atrás, pues ambos recorridos convergen unos kilómetros después, en el Col de Pinodieta (etapa 2).

Existe desde 2023 una nueva variante (etapas 1 y 2) señalizada por la Association des Amis du Chemin de Saint Jacques des Pyrénées Atlantiques. Más información: Variante por Saint-Pée-sur-Nivelle.

No os engañaremos: el Camino de Baztan no es una ruta adecuada para las bicis, y menos con alforjas o transportín, salvo que seas un auténtico campeón sobre la BTT. Aunque los primeros kilómetros de esta ruta discurren por carril bici, los problemas para los ciclistas comienzan nada más salir de Ustaritz, con algunos tramos por senderos muy cerrados, y quizás con barro y charcos; lo peor serían las duras travesías de los puertos de Otsondo y Belate, sin hacer mención de otros tramos intermedios por sendas, la mayoría impracticables sobre la bicicleta. No existe ningún trazado alternativo señalizado para bicis y las carreteras —tanto locales como principales— son sumamente peligrosas (debemos evitar circular por ellas). Por lo tanto, quien pese a todo lo dicho decida hacer esta ruta en bicicleta, que esté preparado para empujarla o cargarla a hombros…

Estamos convencidos que este camino satisfará a aquellos que gusten de entornos rurales, bosques y paisajes de montaña, lejos de la masificación y el bullicio. La belleza de la ruta y su nivel de exigencia son factores que atraen a peregrinos repetidores y a senderistas curtidos. Respecto a la dureza del recorrido, en nuestra opinión sería equiparable a las primeras etapas del Camino Primitivo; cabe indicar que no hay pasos peligrosos o aéreos, ni dificultades mayúsculas, pero sí sendas con bastante piedra, también con raíces de árboles, tramos con vegetación cerrada y caminos que, tras episodios de lluvias, pueden presentar barro; a ello hay que añadir los desniveles propios de una zona de media montaña.

No sería prudente acometer la travesía del puerto de Belate bajo previsiones de temporal de lluvia, o si hubiera avisos de nevadas o viento fuerte; por lo tanto, recomendamos la previsión meteorológica el día anterior y actuar en consecuencia, siempre con prudencia. Aún en estos casos, podremos continuar el resto de ruta: es tan simple como solicitar un taxi que nos lleve hasta Lantz u Olagüe.

En las dos últimas etapas hay algún tramo breve que puede presentar ortigas y zarzas (las brigadas municipales suelen desbrozar estos senderos varias veces al año, pero la maleza vuelve a crecer); ello no debería suponer mayor problema, salvo algún rasguño a los que lleven pantalones cortos. Aquellos peregrinos alérgicos a las plantas, o con piel muy sensible, será mejor que lleven pantalones largos durante todo el recorrido. 

Cabe indicar que la duración de las etapas que aparece en la guía-web es una mera estimación, y a la misma deberemos añadir el tiempo dedicado a las paradas: el ritmo de cada peregrino debe ser acorde a sus aptitudes, sin forzar la marcha, pero la hora de llegada también dependerá de las paradas que haga. 

Unos últimos consejos: ante aquellas etapas que se prevén largas y exigentes, las recomendaciones son obvias: deberemos salir temprano pero siempre con luz solar (totalmente desaconsejable arrancar antes del alba, éste no es un camino para andar de noche), y si hubiera mucha niebla tal vez sea bueno esperar a que escampe; adoptaremos un ritmo regular, sin forzar la marcha, haciendo breves paradas para descansar, beber y contemplar el paisaje; y, por supuesto, es imprescindible llevar suficiente provisión de agua y alguna vitualla de reserva para comer algo durante el recorrido.