El Camino de Santiago desde O Cebreiro, 2013
Es una experiencia maravillosa, cogimos buen tiempo, lluvia, un poco de todo, pero el final es muy reconfortante, es como si tuvieras una recompesa a la llegada, indescriptible, hay que hacerlo y vivirlo para saber cómo es.
Sí es duro, pero hay una fuerza que te empuja a seguir, con dolor en los pies, que al final ya no te duelen. Los peores tramos, cómo no, son subir al Alto do Poio y la bajada a Triacastela, por lo demás es llevadera, sobre todo para los que estamos acostumbrados a Galicia.
La señalización es bastante buena, menos en Melide, que tuvimos problemas para llegar al albergue municipal y lo triste de la llegada al albergue es que estaba cerrado por obras, y no se molestaron en señalizarlo por el camino o a la entrada del mismo pueblo. Había un polideportivo adjudicado en lugar del albergue, problema, no estaba indicado para nada, yo me enfade mucho, por estar sin señalizar a la entrada del pueblo, ni se molestaron en hacerlo, imperdonable. Para mí Melide fue un fracaso y como yo hubo mucha gente que tuvimos que echar mano del albergue privado, por falta de información por parte del Ayuntamiento, lo siento pero tenían que señalizarlo en español y otros idiomas, pues eran muchos los peregrinos extranjeros, yo en particular le eché una bronca a un chico de Protección Civil, el cual se portó de maravilla, pero el pobre le cayó toda la bronca, al cual le dije que se lo hiciera saber a los altos cargos del Ayuntamiento o de la Xunta, eso no se les puede hacer a la gente del camino.
Nos perdimos en el tramo de O Pedrouzo a Santiago, a la altura de Lavacolla, nos despistamos y en vez de coger el camino que cruzaba la carretera, seguimos esta carretera como un km y pico, y luego al volver al punto de coger el camino, que por cierto ahí se pierden los típicos kms del camino, los echamos en falta, y se nos hizo muy larga la vuelta que hay que dar para bordear el aeropuerto, destruyendo el camino autentico...
Encontramos los albergues tanto públicos como privados, los cuales casi confunden al utilizar la flecha amarilla para que caigas en ellos, deberían utilizar otro color para señalizar los albergues privados, no la típica señal amarilla del camino que te hace confundir a veces.
Entrenarse antes de empezar el camino, nosotros lo hicimos y con todo los pies aún sufrieron. Que lleven lo imprescindible nada más, pues al tener lavadora y secadora en los albergues no es necesario llevar mucha ropa (sí los sacos de dormir evidentemente), así evitamos peso en nuestras mochilas. Y que cada uno se tome el camino de la mejor manera que sepa y dependiendo del aguante que tenga cada uno, será mejor o peor.