Etapa 6E: Caminha - Tui | Al Loro

Distancia: 
32,0 km
Duración: 
7 h 45 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
3

El camino oficial solo puntualmente coincide con carreteras, en particular con la EN13, que tiene bastante tráfico, aunque cuenta con un buen arcén.

La etapa está perfectamente señalizada con los mismos postes de acero corten del Caminho da Costa que vimos desde Porto, siempre acompañados de las imprescindibles flechas amarillas.

Gran parte del firme de la etapa consiste en adoquín o la más irregular calçada portuguesa: ¡atención a los pies!

Por el camino oficial en casi todos los pueblos hay tiendas o servicios de restauración.

La gran variante de la jornada es la Ecopista do Minho —de uso mayoritario hoy en día—, que constituye un trazado alternativo e independiente. Sus ventajas: carece de desniveles apreciables y va siempre junto al río, a la sombra de sus bosques de ribera. Inconvenientes: es menos jacobea, ya que evita la estrada real, los núcleos de población y sus templos, y dispone de menos servicios.

La Ecopista, en la que circulamos casi siempre por una senda de hormigón, es la opción aconsejada —sin duda— para los ciclistas.

La foz o estuario del Minho/Miño, y su último tramo, constituyen un espacio natural de gran valor. Se trata de uno de los humedales más importantes de la península ibérica, y entre sus ecosistemas se encuentran marismas y junqueras, incluidas en la Red Natura 2000 y como Zona de Especial Protección para las aves.

Uno de los espacios más entrañables del río Minho es el formado por las islas Boega y dos Amores (Gondarém), la segunda así denominada por haber sido lugar de encuentro y fiesta entre los habitantes de una y otra orilla.

La localidad cuenta con dos templos grandes: el santuario de São Bento y la matriz de São Pedro. Reviste mayor interés el primero, con muchos devotos y romeros desde el Medievo, que fue reedificado en el siglo XIX.

Junto al Camino nos llama la atención Villa Idalina, construcción típicamente indiana y brasileira edificada desde 1908. De carácter ecléctico, destaca por su torre mirador.

Recomenamos el restaurante de D. Lima (Rúa 25 de Abril), por su carácter tradicional, económico, familiar y de abundantes raciones. Cierra lunes.

Si el loro es el emblema de Gronze, el ciervo, lógico, lo es de Vila Nova de Cerveira. Podremos ver ciervos por todas partes, en logos, títulos, murales, esculturas… Sin embargo, el más llamativo se encuentra en lo alto del monte que domina la localidad (Serra da Gávea). Es una obra de José Rodrigues (1985) que representa al mítico Cervo Rei.

El patrimonio de la villa es notable, comenzando por su castillo (ss. XIV-XV), en el que fue instalada una Pousada, y continuando por la iglesia matriz (s. XIX), la brasileira Casa Verde (s. XIX), la capela da Ajuda (s. XVII), el rollo o pelourinho (s. XVI) y otros solares y edificios de su casco histórico. Fruto de la Bienal de Cerveira (www.bienaldecerveira.pt), que le ha valido el calificativo de “Vila das Artes”, es la presencia de numerosas esculturas en sus espacios públicos. En la ribera del Miño, junto a la Ecopista, se sitúa el Aquamuseu (aquamuseu.cm-vncerveira.pt).

El puente de Chamosinhos (Vila Meã) tiene un origen romano, pues se cree que formaba parte de la vía Per loca marítima, aunque fue reparado en la Edad Media y a posteriori; consta de un arco de medio punto. El mismo origen y tipología posee el puente da Veiga de Mira, situada entre São Pedro da Torre y Cristelo Côvo.

No te puedes perder el Café Mineiro, que José António ha convertido en un auténtico santuario del Camino repleto de fotos de peregrinos y recuerdos. Ofrece menú del peregrino.

Sobre Valença:

Los restaurantes económicos se encuentran fuera de la Fortaleza, mientras que los de dentro no son tan baratos y a veces están llenos. Entre estos últimos, y para quienes deseen obsequiarse con un merecido homenaje de despedida de Portugal, existe por ejemplo el Solar do Bacalhau, con un estupendo bacalhau à brás. Y para un homenaje de bandera recomendamos, también dentro de la Fortaleza, la Pousada de Valença (el equivalente de un Parador español), con deliciosa comida portuguesa y vistas impresionantes sobre el Miño.

Para desayunar, en la Rúa de São João encontraremos dos pastelerías, con café, apetecibles: Petinga Doce y Caminhense; la segunda abre muy temprano.

La Fortaleza, construida en el siglo XVII (aunque ya se fortificó en los siglos XII y XIII), cuenta con 4 puertas de acceso y 12 baluartes. Es un importante ejemplo de arquitectura militar y fue escenario de diversos conflictos bélicos a lo largo de la historia, como la Guerra de Restauración portuguesa, la Guerra de la Independencia Española y las Guerras Liberales. Está formada por dos polígonos, la Magistral (la más antigua) y la Coroada, separados por un foso.

Sobre Tui:

El albergue de la Xunta da prioridad de plaza a los peregrinos que llegan caminando de Portugal. La ciudad también cuenta con varios albergues privados, además de otros alojamientos a buen precio.

Es el punto de partida de muchos peregrinos, sobre todo españoles; distante de Santiago en algo más de 100 kilómetros, permite conseguir la Compostela.

Fue una de las siete capitales de provincia del antiguo Reino de Galicia. Su monumento más importante es la catedral de Santa María, de estilo original románico (siglo XII) aunque con numerosos elementos góticos de reformas posteriores (información para la visita en el sitio web de la catedral).

La gastronomía en Tui está marcada por la proximidad de las Rías Baixas y el río Miño, así que los mariscos gallegos son una buena apuesta de las cartas en los restaurantes. Aun así, la angula, o meixón en gallego, es el producto más cotizado de la zona. Tui le dedica una festividad anual a este producto de lujo, una buena oportunidad para degustarlas a precio más asequible, aunque no barato.

Las monjas del convento de Santa Clara elaboran el dulce más conocido de la población: los pececitos de almendra.