Etapa 6E: Caminha - Tui | Recorrido

Desde el chafariz do Terreiro tomamos la Rúa en curva de São João hasta la rotonda de acceso al puente. Accedemos a él por el Jardín Bento Coelho, y luego cruzamos el río Coura, ya en su desembocadura en el Minho, divisando las aves que ocupan las marismas. En la orilla gallega sobresalen el embarcadero de Camposancos y el monte de Santa Tegra.

Al otro lado un cartel señala 11 km a Vila Nova de Cerveira y 26 km a Valença por la EN13, pero serán más por nuestro Camino. Tras pasar ante la capilla da Senhora da Ajuda nos desviamos de la carretera, por un camino de tierra arbolado, hasta cruzar la vía férrea. Luego, entre casas continuamos a la izquierda por la Estrada das Faias.

De regreso a la EN13 vamos por su arcén derecho hasta encontrar el desvío que nos conduce, adentrándonos en Seixas por la Rúa Alfredo Cruz, hasta el santuario de São Bento.

Por el parque de São Bento (fuente y wc; hay hasta tres cafés cruzando la nacional) ante el quiosco de la música y el albergue de peregrinos nos dirigimos, tras la modernista Villa Idalina hasta la iglesia de São Pedro (s. XIX).

Poco después, justo tras la capilla da Devesa, pasamos bajo la EN13 por un túnel y sobre la vía del tren hasta el lugar de São Sebastião (capilla y casonas), donde coincidimos un trecho con la Ecopista. Pronto la dejamos para cruzar de nuevo la vía férrea (paso a nivel) y la carretera. Seguimos por ella 200 m hasta encontrar el desvío, que enseguida discurre sobre una antigua calzada, denominada da Rabada.

Siempre en línea recta llegamos a la capilla de Santo António de Couto. Por el Caminho de Entre-Muros, que hace honor a su nombre, proseguimos hasta Lanhelas (tienda de alimentación, restaurante), con su capilla de São Sebastião y la iglesia de São Martinho con el cementerio (fuente).

Subimos a la derecha hasta la Casa do Povo, y poco después utilizamos, cosa insólita, la escalera de una casa para proseguir entre huertas. Una empinada pista de tierra y piedras se dirige al monte, entre acacias, pinos y eucaliptos, para a través de un evidente rodeo superar la A-28 sobre un túnel.

Desde la posición elevada ya divisamos a lo lejos Vila Nova de Cerveira. El camino herboso desciende hasta la aldea de Gouvim, precedida de un área de descanso.

Junto a una casa con su torre almenada nos introducimos en la parroquia de Gondarém, en la que se suceden numerosos cruces. En un momento dado aparece doble señalización: la oficial a la izquierda por la Rúa da Chaozinha, que conduce al largo con el busto de la escultora Mª Amélia Carvalheira da Silva.

Por el lugar de Souto alcanzamos una nueva capilla de São Sebastião (s. XVII), en el centro de Gondarém.

Comienza ahora una nueva cuesta por la Estrada de São Pedro, que circula junto a varios solares destacados, todos ellos con alojamiento. El primero es la Casa da Loureira (s. XIX), luego vienen el de A Boega con sus jardines (s. XVII) y la Casa do Mirante (s. XVIII). Apartado del Camino, con acceso por una interminable escalinata, se encuentra el Santuario do Senhor do Calvário (s. XVIII), pequeño trasunto del Bom Jesús de Braga. A lo lejos, en el río contemplamos las islas da Boega y dos Amores, donde algún zoquete ha propuesto construir un parque de atracciones.

A continuación, rodeamos una vaguada dejando en lo alto la iglesia de São Pedro de Gondarém. Por un tramo arbolado entramos en la feligresía de Loivo, cuya iglesia también queda, desde un cruceiro, a 250 m del Camino.

Una pronunciada cuesta nos deja en la capilla da Senhora do Porto (s. XVIII-XIX) desde cuyo atrio se admira un estupendo encuadre sobre el Miño, con las islas fluviales da Boega y Os Amores, y a lo lejos Santa Tegra.

Ahora procede descender, entre naranjos y limoneros, muy abundantes por la zona al igual que las hortensias, hasta la capilla do Senhor dos Esquecidos, situada junto al arroyo de São Gonçalo.

A partir de aquí ya transitamos por los arrabales de Vila Nova de Cerveira, ante la capilla de San Roque y llegando al centro por la Rúa da Calçada, donde se conserva un tramo de esta. Luego se pasa bajo la EN13 para acceder al centro en la Praça da Liberdade, presidida por la iglesia de São Cipriano y el castillo. Un marco de piedra, modelo gallego, indica 134 km a Santiago.

Desde la ajardinada Praça da Liberdade, repleta de terrazas, reanudamos la marcha, ante la Casa Verde, por la bonita Rúa Queiroz Ribeiro, con varios restaurantes. Al concluir cruzamos la EN13 (semáforo) para continuar por su margen derecho, provisto de aceras.

Tras pasar junto a la Quinta de Santo António de Lourido, con sus tres leones, nos desviamos a la derecha por la Estrada Velha, antigua EN13. Pasamos al lado del hotel Minho Belho, y volvemos a desviarnos a mano derecha por la Estrada Real.

Recorremos el núcleo de Cruzeiro, de la parroquia de Lovelhe, siempre en línea recta hasta el Largo do Medio da Breia, y luego a la derecha por la Rúa Nova. Junto a una casa decorada con un panel de azulejo de flamencos comienza una fuerte subida hasta la capilla de Santo Amaro (ss. XVII-XIX), que fue un peregrino en busca de la eternidad. La rodeamos por la derecha para proseguir hasta la vecina iglesia matriz de São João Baptista de Reboreda (s. XVII), cuyo entorno está muy bien arreglado y dispone de fuente y wc.

Del templo retornamos a la EN13, que cruzamos para seguir, poco después, por la pista que arranca junto a la Junta de Fregresía de Reboreda e Nogueira. Entre casas dispersas con sus huertas y jardines, según la tónica de la jornada, transitamos ahora por un terreno llano, introduciéndonos en un tramo boscoso, con firme de calzada portuguesa, que cuenta con un área de descanso.

Una nueva capilla de São Sebastião, el mártir asiduo de la etapa, precede a las aldeas de Sobreiro, Rego y Outeirinho, en la freguesía de Campo.

A partir de aquí el ambiente se deteriora por la presencia de un parque empresarial. Donde concluye el polígono, una pista local conduce a Chamosinhos, en la freguesía de Vila Meã, con su Largo 25 de Abril ajardinado (fuente).

La siguiente encrucijada es la del Largo do Cruzeiro, donde hay hasta tres restaurantes. El puente al que alude el topónimo se cree romano y medieval; al cruzarlo sobre el río Torto, que separa los barrios de Além da Ponte y Ponte, subimos hasta la iglesia de São Pedro da Torre.

Tras descansar en cualquiera de los parques que se sitúan antes y después del templo (fuentes), una estatua del patrón y un cruceiro nos guían por el núcleo, que se estira en una larga rúa. De camino van quedando la Cruz da Independencia y el oratorio de São João da Lagoa.

En el horizonte hacen acto de presencia las altas torres de los edificios modernos de Valença. Hacia ella nos dirigimos por un camino, tras las últimas casas con firme de tierra, que avanza paralelo a la vía del tren.

La historicidad de la vía se apoya en el puente da Veiga de Mira, de un solo arco de medio punto sobre el arroyo de Cerdal, aunque parece ser de la Edad Moderna. Desde aquí volvemos a coincidir un tramo con la Ecopista.

Cuando el sol cae a plomo la marcha se torna pesada, ya que los árboles han desaparecido en esta vía doble: Ecopista de hormigón y camino de tierra. A mitad de una desangelada recta pasamos bajo la vía férrea y, abandonando la Ecopista, continuamos en paralelo a la vía por el lado opuesto, pero ahora por un camino de tierra entre juncos, prados y árboles.

A las puertas de Cristelo Côvo se alza el Cruceiro do Senhor do Socorro, protegido por un templete. 250 m después se encuentra la iglesia de Santa María.

Después de contemplar una Piedad policromada, bastante naif, emplazada bajo un nuevo templete, enfilamos la localidad, que se prolonga a lo largo de la vía con muchos edificios abandonados y en venta. En ella un tercer templete protege al Senhor dos Aflitos.

El Café Mineiro, orientado a los peregrinos, es la última alternativa para tomar algo antes de Valença. Llegamos a la ciudad bajo la autovía, superando una rotonda para ascender por aceras entre los supermercados Intermarché y Continente. Entrando en el recinto de los Bombeiros Voluntarios alcanzamos el albergue de peregrinos São Teotónio. Desde el albergue podemos seguir el camino que —junto a tres grandes piedras pintadas— conduce a las puertas del recinto da Coroada, por el que accedemos a la Fortaleça, o bien seguir la carretera hasta la rotonda de la EN13.

Desde la rotonda seguimos de frente la avenida de España.

1,0 Entrada al puente internacional (1886) sobre el N13. Lo cruzamos por su pasarela peatonal, entrando así en España. A la salida del puente nos desviamos a la derecha hacia el paseo del Miño, desde el cual iniciamos la subida al casco antiguo de Tui por la calle Obispo Maceira. A la altura de la nacional, por la derecha, tomamos las calles Piñeira y Sanz; al final de esta última giramos a la derecha para acceder a la plaza del Concello, en la que se encuentra la catedral.

1,8 Tui, catedral de Santa María.