Etapa 7: Cervera de Pisuerga - San Salvador de Cantamuda | Al Loro

Distancia: 
18,0 km
Duración: 
5 h 15 min
Dificultad: 
3
Paisaje: 
4

Etapa muy variada y con perfil exigente, durante la cual deberemos afrontar cuestas duras y bajadas pronunciadas. Al final de la misma accederemos a la comarca natural de La Pernía, que agrupa los diferentes valles y pueblos de la cabecera del río Pisuerga.

Desde Cervera hasta el pueblo de Estalaya nuestra ruta comparte recorrido con el GR-1 «Sendero Histórico», que recorre todo el norte de España desde el Mediterráneo hasta Fisterra (o viceversa), y que está señalizado con las habituales franjas blancas y rojas.

La salida de Cervera es por la Senda del Oso, ruta muy popular que arranca junto al río, superando la localidad de Arbejal y atravesando después un bonito bosque. Dejaremos dicha senda en un recodo del embalse de Requejada, que bordearemos: nuestro camino prosigue junto a una cantera y pasa por el mirador de Santa María de Vañes.

Ojo a las personas que tengan mucho vértigo: justo después de dicho mirador tenemos un tramo de 100 metros por sendero estrecho, a media ladera sobre las aguas del embalse. La visión desde el mirador engaña: aunque el talud parezca muy inclinado, en realidad la senda tiene anchura suficiente. Podemos ver el tramo en esta foto. Debemos atravesarlo con decisión, mirando al frente y pisando firme.

A la entrada del pueblo veremos una cancha de tierra donde se sigue jugando a los bolos palentinos o bolo llano, modalidad tradicional en esta zona de montaña, en la que se utilizan unas enormes bolas de madera con agujeros para los dedos. El juego, en equipos de cinco personas, consiste en derribar nueve bolos dispuestos en filas de a tres, más un décimo llamado michi que se coloca delante, cada uno con diferentes puntuaciones.

El embalse de Requejada fue construido en la década de 1940 y supuso la desaparición de los antiguos pueblos de Vañes y Villanueva de Vañes, que quedaron anegados bajo sus aguas. A pesar de ser un lago artificial, su ribera presenta gran interés ornitológico, con variedad de aves acuáticas tales como garzas, ánades azulones, cormoranes, somormujos, mirlos y correlimos.

Antes de llegar al pueblo veremos indicaciones de una ruta circular que lleva al Roblón de Estalaya, bellísimo ejemplar de roble albar con 12 metros de altura, 10 metros de perímetro y cuya edad supera los 800 años, motivo por el cual es apodado como «El Abuelo». Queda a apenas 1,0 km del camino, y la visita vale la pena.

Nuestra ruta pasa junto al Bosque Fósil de Verdeña, reliquia geológica con restos de un bosque tropical del periodo Carbonífero, que quedó al descubierto gracias al corte en la roca fruto de una explotación minera a cielo abierto; la trinchera, de 18 metros de altura, permite observar —en negativo— los troncos, tocones y raíces de diferentes especies vegetales que crecieron aquí hace más de 300 millones de años, y que perecieron arrasadas por un enorme tsunami.

Al pie de la carretera hacia Piedrasluengas, muy cerca de nuestra ruta, tenemos la Venta Urbaneja, la Venta Campa (bar y estanco) y la Venta Morena (que mantiene su uso como restaurante y alojamiento rural), lugares de parada y avituallamiento desde tiempo inmemorial de arrieros, comerciantes y peregrinos en su ruta entre Castilla y Cantabria.

Es cabeza del municipio de La Pernía, territorio natural que integra 12 pequeños pueblos. Esta zona de montaña está marcada por su carácter fronterizo, pues desde la antigüedad ha sido lugar de tránsito entre la Meseta y los valles cántabros de Liébana y Polaciones.

No podemos dejar de visitar la antigua Colegiata de San Salvador (iglesia románica del siglo XII, si bien podría tener origen mozárabe), con su fotogénica espadaña con cuatro troneras, cada una con su campana; en el interior destaca el conjunto de columnillas y capiteles que sostienen la mesa del altar mayor. Visitas todos los días de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:00.

En la plaza del ayuntamiento veremos el Rollo jurisdiccional, columna erigida en el siglo XVI alrededor de la cual el obispo de Palencia —que ostentaba además el título de conde de La Pernía— impartía justicia en nombre del rey. Si os gustan los detalles gore, podéis observar que todavía conserva alguna de las argollas que servían para exponer e inmovilizar al reo.

Se come de fábula tanto en el Hostal La Taba como en el Hotel-restaurante Venta Morena, con menú del día (en laborables) y chuletones, menú de cocido o menú degustación los fines de semana; podéis estar tranquilos, que no saldréis con hambre.