Aunque hay algunas señales metálicas, el callejeo siempre puede ser problemático. De la Praça Luís de Camões dejamos el casco medieval por las rúas do Sal y da Tulha, que nos conduce al Largo 8 de Julho. Seguimos por la Rúa 1º de Dezembro ante la capilla de Santa Catarina, de 1681, y luego por el Largo do Terreiro da Cavalaria y su Jardim do Bacalhau. Siempre al frente, la Av. dos Aliados concluye en una rotonda donde se alza un supermercado Continente.
En vez de bajar hacia la antigua estación ferroviaria, atención, se toma la Av. Estádio, que poco después discurre entre el mercado municipal, última oportunidad para hacer provisión (hay también cafés), y el fuerte de São Neutel. Tras bordear el lateral sur del estadio municipal, desembocamos en la Av. do Tâmega, por la que sin muchos alicientes vamos a caminar bastante tiempo.
La larga recta, siempre entre casas (hay panadería), nos recordará a la que nos trajo a Chaves. El río parece querer aproximarse a ella en el lugar de Corceiro, pero la rehúye al llegar a Outeiro Seco, cuya carta de presentación es la aislada iglesia medieval de Nossa Senhora da Azinheira (zona de descanso), muy demandada para que queden bonitas las fotos de las bodas.