En Alar del Rey, localidad donde nace el Canal de Castilla, decimos adiós a sus paisajes bucólicos y a los caminos en llano junto a su cauce. Durante la etapa descubriremos la comarca de la Ojeda, territorio de lomas y vaguadas, con bosques de pinos, encinas y algún chopo. Nos espera una sucesión de pequeños pueblos con escasos servicios e interesantes iglesias: destacan el monasterio de San Andrés de Arroyo —a 1,3 km del camino—, la ermita de San Pelayo y la iglesia de la Asunción en Perazancas de Ojeda.