Desde la iglesia de Sainte-Foy partimos hacia el suroeste por la ruta principal que se dirige a Pau, pero el GR pronto se aparta de ella para ofrecernos, en una filigrana que consigue encajar diferentes viales, un itinerario que, si bien no coincide plenamente con el histórico Cami Romieu, al menos evita las grandes vías de comunicación, el tráfico y la densidad edificatoria.
Cuesta arriba, por la trasera de una villa torreada y entre chalés, ya a través de la campiña recorremos 130 m por la D206 para bajar por el Chemin de Grabasse, que atraviesa el umbroso y cerrado bosque de Barricoumbes, en el que tiene asiento el château de Sarrabal, invisible para el peregrino. Una vez alcanzada la llanura, antiguas landas de Pont Long, entre prados, dispersas arboledas y cultivos nos aproximamos a la granja avícola Rey. Tras ella cruzamos el arroyo Luy de Béarn y seguimos un buen trecho entre maizales por una pista agraria.
Siempre en línea recta, lo que se torna monótono, ahora sobre asfalto atravesamos el lugar de Larricq, al lado de un roble de enorme copa, la D222. La Interminable recta continúa hasta Cars, ahora con multitud de viviendas dispersas y los aviones aterrizando en el aeropuerto Pau-Pyrénées al frente. Por fin giramos en un ángulo de 90º al sur, y entre invernaderos y campos de cultivo, por una pista de tierra que bordea un centro hípico, alcanzamos la entrada al bosque comunal de Bastard, un auténtico oasis verde.
10,2 Bosque de Bastard (entrada). Prácticamente cuadrado, y con una red interior cartesiana de caminos, atravesamos el bosque, muy frecuentado por deportistas, siguiendo la 3ª Allée Est. Girando por un vial asfaltado, toca luego seguir la paralela 2ª Allée Est ante la Maison Forestiere y con el indicador de 930 km a Compostela. Los robles alcanzan los 7 u 8 pisos de altura, y alternan con castaños, abetos y otras especies. En el tramo final una senda bordea el recinto, al lado de un hipódromo, hasta el puente peatonal que, entre barreras vegetales, supera la autopista (A64) y la antigua nacional (ahora D938).
Al otro lado de este río de tráfico, el GR se topa con un segundo hipódromo, el de Pont-Long (de competición), lo que nos obliga a rodear su fondo oriental para proseguir bajo los plátanos del Bv. Cami Salié. Estamos en el borde urbano de Pau, y en el cruce con la Av. Didier Daurat es posible desviarse al centro, que dista del Camino 4,6 km (a tan solo 200 m hay una panadería).
4,2 Acceso al centro de Pau. El Camino prosigue al frente por Lons, municipio independiente por el que se prolonga la aglomeración de Pau. Somos ahora peatones de acera que transitamos por una extensa zona residencial, de la que pasamos al más desangelado barrio de Farman. Justo después recuperamos un instante el ámbito rural, después de cruzar el regato Ousse les Bois, para pasar junto al parque des Carolins. En este espacio, con un bar-restaurante provisto de terraza, vale la pena dejar un instante la ruta para hacer un alto y acercarse a la laguna, con sus patos y cisnes.
Donde concluye el parque, al pie de un depósito de agua da comienzo la primera urbanización de Lescar, repertorio de fastuosos chalés en los que se reproduce la arquitectura tradicional bearnesa. Siempre en línea recta alcanzamos el barrio de Clos Fleuri, también residencial, desde el que nos desviamos junto al cementerio para, entre pinos, bajar una escalera al paseo fluvial del Lescourre. Por una pasarela cubierta lo cruzamos, iniciando la subida, por un camino de tierra, hasta el casco antiguo (La Cité), pasando ante el Refuge Saint-Jacques antes de alcanzar la catedral.
5,1 Lescar, catedral.