Etapa 2: Saint-Privat-d'Allier - Saugues | Recorrido

Abandonamos la localidad evitando la carretera D 301, y obtenemos buenas vistas desde un plano elevado, pero poco después será inevitable confluir con ella y, tras salvar el arroyo de la Planchette, volver a cruzarla antes de entrar en Combriaux por una calzada empedrada.

A través de una senda, paralela a una pista, recorremos un bosque mixto de frondosas y coníferas hasta Rochegude, que aparece coronando un roquedal con su torre y capilla (refugio). Dispone de fuente, wc y área de descanso.

El GR gira ahora al sur, a través de una senda pedregosa por un robledal, que dada su pendiente nos obligará a agarrarnos a troncos y ramas. De este modo llegamos a La Ribeyre, con su chambre d’hôte y gîte, y cruzamos la aldea de Pratclaux.

Desde la encrucijada de Le Vivier, dejando atrás de nuevo la D 301, continúa el descenso hasta el encajado valle del Allier. Zigzagueando entre afloraciones basálticas alcanzaremos, en su lecho, el pueblo de Monistrol, parada casi obligatoria (fuente, wc).

El camino pasa primero por el barrio de la estación de tren, que presta servicio a la línea de Clermont-Ferrand a Nimes, y cruza el río Allier por el puente Eiffel, de 1888, pintado de verde. Más tarde discurre cerca de la iglesia de Saint-Pierre para iniciar un duro ascenso, entre visibles órganos de basalto, hasta la capilla de La Madeleine, excavada en la roca. Las vistas sobre el valle son excelentes, pero la subida no nos da tregua.

Pasada la aldea de Escluzels el camino cruza la D 589 para introducirse en el bosque, un interminable y empinado zig-zag que no concluye, junto a una cruz de piedra, hasta la aldea de Montaure.

Una pista agraria, entre praderas, cultivos y al lado de una granja, asciende más suavemente hasta Roziers (fuente, zona de picnic).

Por campos abiertos y en primavera floridos accedemos a la encrucijada de La Garde (1.009 m de altura), cruzando el arroyo des Asses antes de entrar en Le Vernet, aldea con sus casas de piedra cubiertas a dos aguas. Tiene fuente de 1909 (el agua puede beberse) y el chiringuito de Chez Nene, decorado con la escultura de un peregrino.

A la salida de la aldea veremos un área de descanso y una cruz hincada sobre la roca. Tras atravesar un modesto bosque la senda, entre muretes de piedra, nos deja en Rognac (fuente). Chez Josy ofrece bebidas y tentempiés caseros, y una casa muestra en su entrada la escultura de un búho.

La pista de tierra nos aproxima a una granja, donde es preciso seguir al frente por una senda que desciende entre pinares dispersos hacia Saugues. Ya con la villa a la vista, pasamos junto a unas curiosas esculturas de Jean-Pierre Coniasse que se han adaptado a la forma de troncos de madera secos, dándoles forma de tótems y un candelabro por los que trepan animalillos del bosque.

Al cruzar la D 589, a 120 m a la derecha vemos una gran escultura de madera que, aunque de lejos parece un cocodrilo, representa a la célebre bête du Gévaudan. La tour des Anglais nos guía hasta el centro urbano, que situamos en la colegiata de Saint-Médard.