Etapa 4V: Viladerrei - Xinzo de Limia | Al Loro

Distancia: 
15,7 km
Duración: 
3 h 30 min
Dificultad: 
1
Paisaje: 
2

Durante el verano, el sol y las altas temperaturas pueden ser el peor enemigo del peregrino en A Limia, donde la sombra escasea: conviene tenerlo en cuenta para planificar la hora de inicio.

Si queremos visitar los templos románicos de Trasmiras, Zos y Boado, tendremos que desviarnos unos metros del camino, pero vale la pena.

A apenas 1,0 km de Valderrei disponemos de cafetería y tienda en la estación de servicio (abre a las 7:00), a pie de camino; también hay bares a pie de nacional a la entrada de Trasmiras, 300 metros más adelante. De Trasmiras a Xinzo no disponemos de servicios a pie de camino; en Lobaces, a 450 metros del camino, venden empanadas y pizzas en una panadería, y en Abavides hay un bar (abre a las 8:00) a 800 metros del camino, a pie de nacional.

A Limia es el paraíso del ciclista, que avanzará raudo por sus pistas, y podrá unir al menos dos etapas de las recomendadas a los caminantes.

Ligeramente apartada de la ruta (300 metros) se localiza la iglesia románica de Santa María (comienzos del siglo XIII). Muestra dos portadas: la de poniente, con decoración de motivos geométricos y un pelícano labrado en un capitel, y la sur, con un singular entrelazo en el tímpano.

Para evitar el rodeo por Boado, que además nos obliga a superar dos veces la nacional y la autovía, a la altura del almacén de patatas Paz es posible dirigirse directamente a Xinzo. Para ello basta con seguir cualquiera de las dos pistas que conducen hasta la senda fluvial del Limia (justo antes del almacén, o en paralelo a la N-525), prosiguiendo por su bosque de galería, al sur del río, hasta alcanzar el puente que lo cruza y entra en la población por la avenida de Portugal (OU-304). Esta alternativa carece de cuestas, va todo el tiempo sobre firme de tierra, tiene más sombra y nos permite ahorrar más de 1 km. ¿Por qué no la han marcado como opcional? Preguntadle a la Xunta.

Mucha prudencia —a los que no sigan la variante del punto anterior— en los cruces de la N-525 (antes y después de Boado).

La iglesia de San Pedro (a 150 metros de la ruta oficial) conserva dos portadas de transición del románico al gótico (siglo XIII), ambas decoradas con ajedrezado y otros motivos geométricos, y una de ellas con una cruz de aspas calada en el tímpano.

El parque do Toural es el gran pulmón verde de la ciudad, y un lugar recomendado para el paseo y el reposo vespertino (también con terrazas).

En el casco antiguo, pleno de vitalidad en el entorno de la Praza Maior, encontramos un gran número de cafés, bares y tabernas para el tapeo.

Su templo de Santa Mariña es un compendio de varias épocas y estilos. De la obra románica mantiene la portada occidental y el cuerpo inferior de la torre.

Al igual que en Verín y Laza, el carnaval o Entroido mantiene su carácter tradicional, y se prolonga un mes con los domingos Oleiro, Fareleiro y Corredoiro. Lo protagonizan las pantallas, tocadas en blanco y rojo, con sus máscaras de diablillos que hacen sonar campanas en la cintura y portan vejigas de vaca hinchadas. Un monumento a la pantalla se puede ver a la salida de Xinzo por el camino.

Como curiosidad, una de las especialidades culinarias son las ancas de rana, pervivencia de las muchas que ocupaban la desaparecida laguna de Antela.

En el recuerdo, desbaratada la leyenda de una ciudad sumergida, permanece la laguna de Antela. El gran humedal, con cerca de 3.600 hectáreas, fue desecado a cargo del Instituto Nacional de Colonización, durante la dictadura franquista, desde 1958.