Camino de Santiago vs. Transpirenaica

El Camino de Santiago Francés está homologado como GR-65 y en su paso por España completa casi 800 km entre Roncesvalles y Santiago de Compostela. El objetivo del Camino es llegar a Santiago para visitar los restos del apóstol Santiago, que a su vez es el patrón de España. El Camino es hoy en día y por derecho propio una de las grandes rutas de peregrinación «religiosa» que existen en el mundo. Las motivaciones para hacerlo suelen estar relacionadas con una búsqueda interior de paz o respuestas profundas. El Camino se hace habitualmente junto a otros peregrinos y precisamente este es uno de los grandes atractivos de esta ruta, conocer más peregrinos y ayudarse mutuamente en la búsqueda de respuestas de carácter espiritual.

El desnivel acumulado entre Roncesvalles y Santiago es de unos 12.000 metros, con unos 7.000 metros de desnivel positivo acumulado. Esta ruta, a nivel técnico, es accesible a casi cualquier persona con un mínimo de preparación física. La asistencia de servicios en el Camino es más que suficiente, no habiendo problemas de abastecimiento en prácticamente ningún punto de la ruta. Los únicos peligros que se pueden encontrar los peregrinos serían las entradas o salidas a las grandes poblaciones en horas nocturnas, eventuales encuentros con perros y, por supuesto, los habituales problemas físicos como ampollas, sobrecargas o lesiones normalmente debidas a una falta de preparación técnica o física.

El Camino de Santiago consta de unas 32 etapas «oficiales» con unos 200 metros de desnivel positivo acumulado de media diaria, aunque aquellos que lo hacen entero y de una vez suelen intentar completarlo en un mes natural, haciéndolo coincidir con las vacaciones del trabajo. Podríamos decir que el Camino de Santiago Francés consta de tres partes bien diferenciadas: La primera parte hasta poco antes de la ciudad de Burgos, la segunda hasta el Bierzo y la tercera desde el Bierzo hasta Santiago de Compostela. De una manera no oficial se suele decir que la primera parte es física, coincidiendo con valles y montañas, la segunda parte es emocional, caminando por las planicies mesetarias, y la tercera y última parte es la espiritual, entrando en los paisajes húmedos y ondulantes de Galicia.

La llamada Transpirenaica está homologada como GR-11 y tiene una longitud de unos 800 km. El objetivo del GR-11 es unir el Mar Cantábrico con el Mar Mediterráneo cruzando los Pirineos de punta a punta a través de sus valles y collados más significativos, prácticamente siempre en la cara sur de los Pirineos. Sus otras rutas hermanas serían el GR-10 francés, que hace lo propio en la cara norte de los Pirineos, y el ARP o Alta Ruta de los Pirineos, que ayudándose de las dos rutas antes mencionadas busca hacer las cumbres.

El desnivel acumulado en el GR-11 asciende a unos nada desdeñables 90.000 metros, siendo unos 45.000 metros de desnivel acumulado positivo y los mismos de desnivel negativo acumulado. Para esta ruta no es necesaria una preparación de atletas de élite, pero sí que es recomendable tener cierta preparación mental para las exigencias de esfuerzo que puedan requerirse, no es una ruta para personas sin experiencia en rutas de montaña o largas rutas de senderismo.

Hacer el GR-11 no es hacer una ruta por el desierto, pero sí que es conveniente tener en cuenta ciertas precauciones. El abastecimiento de agua principalmente es a través de ríos, arroyos o pequeños lagos de montaña, también se podría cargar con el agua desde los refugios guardados pero eso incrementaría el peso de la mochila dramáticamente. Lo mismo hay que decir de la comida, una buena planificación es fundamental. La cobertura telefónica más básica también es difícil de satisfacer, podríamos decir que esencialmente es una ruta sin cobertura móvil por lo que no está de más tener en cuenta la posibilidad de hacernos con algún sistema de localización por satélite.

Los peligros asociados a esta ruta van desde los más sencillos como una ampolla o una lesión hasta aquellos que pueden comprometer la vida del caminante. Una lesión en un lugar inaccesible, la falta de agua o un problema de orientación pueden llevarte a una situación no deseada. Estar federado como montañero es algo sencillo y casi obligatorio para este tipo de rutas, los costes de un eventual rescate pueden acabar en una factura abultada. La duración del GR-11 se estima en unas 47 etapas «oficiales», lo cual la hace difícil de completar para aquellos que dispongan de unas vacaciones convencionales de 30 días, a no ser que se pretenda hacer una hazaña deportiva, hay que tener en cuenta que haciendo 47 etapas el desnivel positivo medio diario es de casi 1.000 metros.

Esta ruta está dividida en tres partes y se puede hacer en sentido oeste/este o al revés, siendo el más común oeste/este aunque cada una de ellas tiene sus ventajas e inconvenientes. Las tres partes serían el Pirineo vasco/navarro (Cabo Higer/Isaba) con una gran humedad y preciosos bosques atlánticos, los Pirineos centrales (Isaba/Molló) con un paisaje eminentemente alpino donde raramente se baja de los 2.000 metros de altitud y finalmente el Pirineo Mediterráneo (Molló/Cap de Creus) donde predominan los bosques y la escasez de agua. En esta ruta de largo recorrido es habitual coincidir con todo tipo de animales e insectos, desde las queridas marmotas hasta los pequeños roedores que nos harán compañía en algunos refugios libres.

Es curioso que las dos grandes rutas que acabo de describir constan de unos 800 kilómetros divididos en tres partes aunque el esfuerzo requerido para el GR-11 es considerablemente mayor. Otra curiosidad es que no he encontrado que hubiese una conexión clara entre aquellos que hacen estas dos rutas. Raramente verás en el GR-11 a un gran caminante al igual que no es muy común ver a auténticos montañeros en el Camino. Podríamos decir que existen ciertos prejuicios entre aquellos más asiduos a estas rutas.

Los puristas de los Caminos dirán que el GR-11 no tiene un significado espiritual (y tienen razón) y los aguerridos montañeros dirán que el Camino es un paseo sin atractivos naturales relevantes (también tienen razón). El Camino de Santiago es inigualable si se pretende una búsqueda espiritual a través de las personas, a su vez el GR-11 hará lo propio si la pretensión es elevarse espiritualmente a través de la naturaleza. El patrimonio cultural del Camino ayuda, y mucho, a que tu alma se eleve intelectualmente. El GR-11 hará que tu cuerpo y tu mente se fusionen con una naturaleza absolutamente espectacular; el asombro y lo sublime está garantizado.

No son dos rutas que se puedan comparar fácilmente aunque sí he encontrado dos puntos en común muy interesantes. El primero es que las personas que los recorren son esencialmente iguales. Tanto el Camino como el GR-11 están poblados de personas intelectualmente por encima de la media, respetuosas y con elevados principios de solidaridad. El patrón humano es intercambiable entre las dos rutas. La segunda apreciación es que estas dos rutas son iniciáticas, es decir, son experiencias humanas que te hacen cambiar de forma dramática la forma en que percibes la vida. El GR-11 está transitando principalmente por montañeros, pero para ellos (independientemente de su nivel) supone una ruta con un significado muy especial, incluso puede ser el sueño de toda una vida. Los montañeros están habituados a hacer rutas de 4/5 días, así que hacer una ruta de 47 días en alta montaña tiene una atractivo innegable. El Camino Francés es también otra gran ruta iniciática pues suele ser la puerta de entrada a otros grandes Caminos o al menos acostumbra ser un punto de inflexión espiritual en aquellos que lo hacen por primera vez.

Espero que os haya resultado entretenida esta pequeña presentación de estas dos rutas que tanto cariño y tantas alegrías me han regalado. Os agradezco de nuevo a todos por la compañía y los buenos consejos que me habéis dado en el Foro de Gronze.

P.D: Me dijeron no hace mucho que el nombre de Gronze viene de GR-11 (GRonze en catalán), no sé si es cierto, pero me gusta pensar que así es ;)

Nota de Gronze.com: La palabra Transpirenaica fue acuñada por Josan Maside, guía profesional de montaña, a inicios de los años 80, mientras que la creación y señalización del GR-11 —Senda Pirenaica— fue a mediados de la misma década. Eran dos caminos distintos. Llamar Transpirenaica al GR-11 fue un proceso posterior, fomentado por algunas editoriales, y ahora plenamente consolidado.