La etapa más dura del Camino Francés

En base a los datos objetivos, que se traducen en un torrente de comentarios en publicaciones de todo tipo, incluido el foro de Gronze y diversas redes sociales, vamos a comentar aquí las que se consideran como etapas clave de este particular Tour (por el de Francia) peregrino.

1. Primer día para muchos, lo que sin duda condiciona la apreciación, la etapa de Saint-Jean-Pied-de-Port a Roncesvalles, o si preferimos de Donibane Garazi a Orreaga, figura en todas las quinielas. Y sobre todo la Ruta Napoleón, que como ya hemos comentado con anterioridad ha entrado a formar parte de los mitos del Camino.

Su distancia no es excesivamente elevada, 24,2 km, pero cruzar los Pirineos siempre asusta, máxime en un sector de la cadena montañosa próximo al mar, lo que provoca que las condiciones meteorológicas cambien con frecuencia, y que las nieblas se instalen muchas veces en gran parte del recorrido.

Los puertos encadenados a superar son los de Bentartea (1.337 m) y, ya en Navarra, el collado de Lepoeder (1.430 m).

Una de las peculiaridades de esta subida es que las rampas más duras se sitúan al comienzo de la etapa, justo al salir de Saint-Jean-Pied-de-Port, suavizándose bastante después de Orisson.

En cuanto al descenso a Roncesvalles, por momentos precipitado y resbaladizo a través de un hayedo, también entraña sus riesgos.

Los datos de la pendiente acumulada son rotundos: casi 1.400 m de ascenso —de los cuales 600 m han de superarse en los primeros 8 km— y unos 500 m de descenso.

Volviendo al inicio, aquí se suele pagar el efecto novatada, o sea, el llegar a la partida posiblemente tras un largo viaje y no en las mejores condiciones físicas, tal vez con más peso del debido en la mochila y con algún defecto en la equipación, que en muchos casos suele estar para estrenar.

2. Curiosamente, en la provincia de León la etapa que más asusta no es la que incluye el ascenso a Foncebadón desde Astorga (25,8 km y un desnivel próximo a los 600 m), sino el descenso desde Foncebadón a Ponferrada (26,8 km).

Esta jornada incluye un pequeño tramo de subida hasta uno de los techos del Camino, los 1.500 m que se alcanzan en la Cruz de Ferro y los 1.505 m poco después de Manjarín, pero esto no es lo más relevante, ya que el puerto se ha subido en su mayor parte el día anterior.

La larga bajada al Bierzo, para la que algunos incluso han pedido una limpieza de guijarros y pedruscos (¡toma ya con las peticiones, por qué no escaleras mecánicas con moneda!), ha sido el escenario de numerosas torceduras, contracturas y tendinitis, cuando no de graves accidentes de bicicleta.

Los percances ocurren porque en general nos solemos confiar en las bajadas, que por principio se consideran ventajosas, sin tener en cuenta que sobre todo las rodillas, pero también la espalda y los pies, sufren más que subiendo, sobre todo si no llevas un buen apoyo, sea bordón, bastón o dos bastones, o un calzado con buena amortiguación, y más aún si te lanzas a tumba abierta como queriendo recuperar el tiempo dedicado al ascenso.

Durante la bajada se suceden algunas rampas muy empinadas, superando en algún caso el 12%, y llegando puntualmente al 18%. La pendiente acumulada descendente es de 1.000 m, lo que no es moco de pavo, aunque podríamos recordar que del Grand San Bernardo a Aosta, en la Vía Francígena, se dobla esta cifra.

3. Entre quienes se contentan con caminar en Galicia (ni siquiera los que parten de Sarria), la candidata a etapa más dura es, obviamente, la que de Villafranca del Bierzo conduce a O Cebreiro. Bastante larga (27,8 km), el puerto propiamente dicho, en el pasado conocido como de A Faba, principia tras completar el amable recorrido por el desfiladero del Valcarce, exactamente al salir de Las Herrerías.

La subida es bastante sostenida, con una pendiente del 7-9%, hasta llegar a O Cebreiro, y el desnivel positivo de 654 m, pasando de los 682 de Las Herrerías a una cota máxima de 1.308 m en el albergue público de O Cebreiro.

Pues bien, estos son los tres candidatos y cada quien, si realmente ha hecho los tres y puede compararlos, podrá votar al suyo. ¡Perooo…, atención, que llega un cuarto!