Me gustó el camino, después de haber hecho el Camino Francés con la consiguiente masificación, este camino con menos peregrinos me pareció gloria. Lo que sí me decepcionó un poco fué Fisterra, allí además de peregrinos había muchos turistas, sobre todo en el faro. Vale la pena subir al faro al anochecer para ver la puesta de sol en el Atlántico, impresionante.