Mujeres que hablan sobre el Camino de Santiago

En el empoderamiento de las peregrinas, que en el pasado fueron víctimas propicias y recurrentes de una sociedad machista en muchos aspectos más salvaje que la actual, aunque también menos sofisticada en la ejecución de los delitos, podríamos citar a muchas pioneras que dejaron memoria de su viaje, con Egeria como precursora en su larguísimo periplo a Tierra Santa. Ahí están Gerberga de Flandes, que acompañó a Aymeric Picaud; la reina santa doña Isabel de Portugal, enterrada en Coimbra con sus queridos emblemas de peregrina; o la inglesa Margery Kempe, que llegó por mar e hizo el camino de A Coruña a Santiago. Marta González Vázquez, actual portavoz del PP en el Congreso, en sus años mozos publicó un par de libros (Las Mujeres en la Edad Media y el Camino de Santiago, Xunta, 1989 y 2000; y Mujeres y peregrinación en la Galicia Medieval, CSIC, 2010), muy interesantes para quien desee profundizar en el tema.

Sin embargo no es nuestro objeto hablar hoy del pasado, sino del presente, y más concretamente de algunas peregrinas “enganchadas” que escriben a menudo sobre el Camino de Santiago.

La valenciana Nieves nos provoca desde el inicio con su blog, El Clímax del Caminante, fruto de la inquietud de una senderista, bregada en las montañas (el Pico Viejo de Tenerife o el Pirineo, sobre todo el aragonés), que se convirtió en peregrina y, como Pablo de Tarso, pasó a ser una entusiasta divulgadora de los itinerarios jacobeos.

Los comienzos en la montaña, con su dimensión natural y relativamente impoluta, actúan como un tatuaje difícil de borrar, y otro tanto cabe decir de su formación como psicóloga. Es así como Nieves, por ejemplo, odia el asfalto, desvalorizando las rutas en las que abunda (lo suscribimos, porque el Camino del siglo XXI ya no es aquel de ir como sea más rápido hacia la meta), y constantemente se está cuestionando el porqué de esa necesidad innata, ¿una llamada interior para la superación?, que nos impulsa a peregrinar.

El recurso a los vídeos en YouTube es un aliciente, y valoramos con simpatía su proximidad, la camaradería propia de la peregrina que, incluso siendo veterana, reconoce que algunos de sus consejos o comentarios pueden ser subjetivos, y por lo tanto no válidos para el común de los mortales, pues como dice el refrán cada persona es un mundo. Lo que hace con soltura es transmitir experiencias que a otros puedan, o no, servir. Al tratar el tema de la dieta, por ejemplo, señala que “en el Camino, no sé por qué, el cuerpo me pide carne, supongo que a lo mejor porque me da más energía” (confieso que coincido plenamente contigo). Gusta asimismo, como hacen las personas juiciosas, de relativizarlo todo, huyendo de la imagen de prescriptora sabelotodo: ¿cuál es el Camino más fácil o difícil?; pues, a lo Jarabe de Palo, “depende”, y así en la mayoría de contestaciones. Versus el permanente cuelgue del móvil, por caso, ella se manifiesta partidaria de la desconexión cibernética cuando se camina, cada tiempo para su cosa, porque al dispersarnos la experiencia pierde intensidad.

Autora prolífica y de fácil verbo, su tutorial sonoro no deja en el tintero ningún tema que pueda generar dudas, siendo especialmente recomendable para peregrinos novatos por llegar, con familiaridad, al detalle en muchos aspectos, desde el tipo de saco a la seguridad, de las ampollas al líquido que se debe ingerir al día, del riesgo de los golpes de calor al síndrome del post-Camino, de la intimidad en las duchas de los albergues al coste medio de cada etapa en la ruta,… y así hasta el infinito, contando con un amplio archivo desde marzo de 2016 y con docenas de colaboraciones externas.

Compromiso, permanente actualización y, sobre todo, mucha pasión definen El Clímax del Caminante, que en palabras de su autora “es la posibilidad de seguir caminando después de tomar una decisión”, algo así como “el instinto vital” que nos invita cada día a superarnos.