Golpes de calor mortales en el Camino de Santiago

Los tres casos citados son extremos y dramáticos, pero las indisposiciones por insolación y calor, y aún más entre los peregrinos de países de clima frío, se cuentan por miles en las rutas jacobeas tanto en verano como a finales de primavera e inicios de otoño. El clima cambia de forma acelerada, aumentan las temperaturas medias máxima y mínima, se incrementa la frecuencia y la duración de los episodios caniculares…

Vivimos en una sociedad realmente extraña: damos el mismo valor a la opinión de un político o un tertuliano de TV, que a las conclusiones de los informes de un grupo de tres mil científicos de alto nivel especializados en clima. Y el último informe del IPCC (con un resumen para políticos), de octubre de 2018, es tan inquietante como fácilmente resumible: o dejamos de quemar carbón, petróleo y gas antes de 10 años, o la próxima generación heredará un planeta irreversiblemente enfermo.

El mundo no es sino la suma de las pequeñas consecuencias de nuestras acciones, y nuestro amor por la Vida, así, escrita con la primera letra en mayúscula, no debería permitirnos dimitir de nuestra responsabilidad individual o delegarla en otros.