El sur se mueve: Los Amigos del Camino de Santiago de Málaga

Los datos de la peregrinación a Santiago desde Andalucía, y de los caminos que allí se han recuperado, son apabullantes. Según los datos aproximativos de la Oficina del Peregrino de la catedral compostelana, en 2016 recibieron la Compostela 24.952 peregrinos procedentes de Andalucía, un 20% del total de los españoles, y en 2017, 27.472 peregrinos, el 20,73% de los españoles. La progresión ha sido espectacular en el último decenio, y en 2018, según parece, se volverán a batir los resultados. Quede simplemente aquí un dato: si Andalucía fuese un país independiente, ¡sería el primer emisor mundial de peregrinos compostelanos!, pues sus cifras son superiores a las de, por ejemplo, los italianos, o los alemanes, llegados en un año.

Si hablamos de itinerarios, Andalucía suma en su territorio 1.262 km de caminos señalizados hacia Santiago, con conexiones desde las ocho capitales de provincia y desde la mayoría de ciudades y poblaciones relevantes. Por el momento contamos con los siguientes: la Vía de la Plata (88 km en la provincia de Sevilla); como enlaces con la anterior la Vía Augusta de Cádiz a Sevilla (175 km) y el Camino del Sur por la provincia de Huelva (187 km); y en tercer lugar el gran conjunto de los que han venido en ser denominados como caminos mozárabes (264 km en Córdoba, 164 km en Granada, 96 km en Almería, 95 km en Jaén y 93 km en Málaga).

Además, la comunidad autónoma cuenta desde abril de 2010, en que fue constituida en Antequera, con una Federación Andaluza del Camino de Santiago, a día de hoy compuesta por las asociaciones jacobeas de Sevilla, Jaén, Córdoba, Cádiz y Málaga, de la que actualmente es presidente Jacinto Fuentes, presidente a su vez de la jienense.

El año ha comenzado en la ciudad de Málaga con una buena noticia: el estreno de la señalización del Camino de Santiago, que afecta a la totalidad del término municipal, con punto de partida en la iglesia de Santiago. Este trabajo, tan demandado por quienes siguen el ramal malagueño del Camino Mozárabe, contribuirá a popularizar más esta ruta, que enlaza con el eje procedente de Granada. Se ha optado por un modelo discreto pero efectivo, con la colocación de conchas metálicas de vieira en muros y paredes de edificios, a una altura que permita localizarlas a simple vista, y en el suelo con el recurso de placas de mármol con el sintético emblema creado en su día por el Consejo de Europa, todo ello completado con algunos paneles verticales en lugares significados, y a partir del río con mojones. La señalización ha nacido de la colaboración entre la Asociación de Amigos del Camino de Santiago local y los departamentos municipales de Turismo y Medio Ambiente.

Buen momento, por lo tanto, para charlar con el presidente de los Amigos del Camino de Málaga.

Guerrero exhibe las estadísticas que hemos reflejado, y no puede disimular su optimismo sobre el papel de Andalucía en el Camino de Santiago, que en gran medida responde al trabajo desarrollado por las asociaciones jacobeas, entre ellas la de Málaga, que en el presente tiene unos 180 socios. Asimismo loa el papel de la Federación Andaluza, y sus aportaciones en el ámbito de la sinaléctica, o en la comisión de trabajo que asesoró al Parlamento de Andalucía en su reconocimiento de los itinerarios históricos a Compostela.

Desde Málaga ya hace años que la asociación viene desarrollando, en colaboración con el Xacobeo, el Invierno Jacobeo. Se trata de una serie de conferencias y exposiciones que cada edición está dedicada a un tema, en la primera, por ejemplo, al Códice Calixtino. En la que se va a celebrar en 2019 han confirmado su asistencia Marcelino Oreja y José María Ballester, artífices de la declaración del Camino, por parte del Consejo de Europa, como Primer Itinerario Cultural en 1987. Las conferencias son acompañadas de exposiciones, que suele ceder la Xunta de Galicia, presentaciones de libros (en esta ocasión toca la novela de Santiago Blasco), conciertos, etc.

También se ha destacado la asociación en recuperar el Camino Mozárabe de Málaga a Córdoba, del cual desde 2017 existe una detallada guía práctica editada por la Diputación de Málaga. Perfectamente señalizado, el GR-245 discurre por cinco etapas a través de la provincia, como ya hemos indicado desde la iglesia de Santiago, en la capital, hasta Encinas Reales, prosiguiendo hacia Córdoba por Lucena y Baena, donde desemboca en el procedente de Granada, Jaén y Almería. Basta señalar que tan sólo en 2018, la asociación ha repartido para este itinerario alrededor de 900 credenciales.

Entre los grandes logros del colectivo se debe citar la celebración del XI Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas de Málaga (18-21 de octubre de 2017), al que tuvimos la suerte de asistir, que bajo el lema “Camino de Santiago, Camino entre mares”, estuvo especialmente orientado a celebrar el XXX aniversario de su declaración como I Itinerario Cultural Europeo, promoviendo un balance de lo acontecido desde entonces. La organización resultó perfecta, y Unicaja se ha comprometido a publicar las actas, que verán la luz este año.

Otra línea de actuación, cara a las asociaciones de Amigos del Camino, es la de la hospitalidad. En este cometido, los voluntarios malagueños han trabajado, a través de Hosvol (Hospitaleros Voluntarios de la Federación), en los albergues de Zamora, Grañón, Ponferrada, Nájera, El Burgo Ranero, Bercianos del Real Camino o Castilblanco de los Arroyos, dando también apoyo a otros de Andalucía.

A la pregunta de para cuándo un albergue de peregrinos en Málaga, Juan reconoce que en una ciudad tan turística resulta problemático por la picaresca a gran escala que podría generar –modelo San Sebastián–. Además, para quien desee partir de la capital ya existen un albergue juvenil y varios hostels que hacen un precio razonable, de entre 12-14 euros, a los peregrinos.

La asociación de Málaga, premiada por la Axencia de Turismo de la Xunta de Galicia con el Primer Premio de Asociaciones Camino de Santiago en 2016, es miembro de la Federación Española de Asociaciones Jacobeas, y Guerrero uno de los encargados para renovar sus estatutos, algo que considera muy necesario para su operatividad.

Recuerda Juan su primer Camino, que tuvo lugar entre 1972 y 1973. En aquel entonces “no había nadie”, y al llegar nos alojamos en el ya desaparecido Burgo das Nacións, ahora ocupado por una residencia universitaria. Regresó en 1993, el primer año santo de la nueva era, con la familia. ¿Diferencias con el Camino actual? Desde luego ahora es mucho más cómodo hacerlo en todos los sentidos, el éxito es indudable, pero también coincide con nosotros en que es llegado el momento de cuidar ciertos aspectos frente al desaforado “mercantilismo”, que es “hambre para mañana”. Nos confiesa, visto lo que hay, que en lugares como O Cebreiro “pasa de largo”.