En general hoy caminamos por cómodas pistas de tierra y, a la entrada de Logroño, por carriles peatonales asfaltados a través de un territorio urbanizado y degradado. Una auténtica pena la entrada a Logroño. Por otra parte, hay un tramo entre Torres del Río y Viana que presenta una orografía abrupta, con alguna bajada pronunciada.
Etapa 7: Los Arcos - Logroño | Al Loro
Excepto los últimos 4 kilómetros, el camino sigue el eje de la nacional N-111 (en Navarra renombrada NA-1110), que cruzamos varias veces. | |
Todas las localidades de la etapa de hoy cuentan con servicios de restauración. | |
Los ciclistas deben evitar tanto el tramo de Sansol a Torres del Río como el trayecto de la Virgen del Poyo a Viana, con alternativa clara por la carretera NA-1110. | |
Destaca la iglesia románica del Santo Sepulcro (visitas de 9:00 a 13:00 y de 16:30 a 19:00; precio 1 €). Para profundizar podéis leer el artículo de Antón Pombo: Santo Sepulcro de Torres del Río: Un templo enigmático. | |
A la entrada de Viana (hay una fuente) el camino sube por la derecha al casco antiguo, dando un rodeo. La localidad merece sin duda una visita; aún así, quien lo prefiera, puede atajar por la carretera y enlazar con el camino (que la cruza) 1,8 km más adelante; el ahorro es sólo de 300 metros. | |
Cabe destacar el conjunto de su casco antiguo y, en especial, la iglesia de Santa María (siglos XIII-XIV), gótica. | |
A escasos 4 km del final de la etapa abandonamos Navarra para entrar en la comunidad autónoma de La Rioja, de fama internacional por la calidad de sus vinos. | |
Entramos en Logroño cruzando por el Puente de Piedra el mayor río del Camino Francés: el Ebro. Antes de cruzar el puente vemos la escultura Arco del Camino (2004), del escultor gallego Cándido Pazos, que tiene otra parecida, también de gran formato, a la entrada de Compostela. En el inicio del puente existe una oficina de información al peregrino. |
Si bien la ciudad no alcanza la monumentalidad de Pamplona, León o Burgos, su casco antiguo es interesante, contando con varias iglesias y palacios. La concatedral de Santa María de la Redonda, con sus elegantes torres barrocas, guarda un cuadro atribuido a Miguel Ángel. Góticos son los templos de San Bartolomé, con su monumental portada, y de Santa María de Palacio, coronada por una singular aguja en forma de corona imperial. | |
La iglesia de Santiago el Real (s. XVI), con un famoso Matamoros en la portada que compite «en atributos» con el caballo de Espartero, acoge a la Virgen de la Esperanza, patrona de la ciudad. Durante muchos años fue párroco de este templo José Ignacio Díaz, gran promotor de la hospitalidad jacobea en lugares como Logroño, Grañón o Tosantos. | |
La ciudad posee algunas curiosidades que hacen un guiño al Camino y sus peregrinos. Por ejemplo, al lado de la iglesia de Santiago, un juego de la Oca representado en el suelo (se dice que la Oca nació con el Camino de Santiago), y muy cerca un gran mural que representa a un anciano tatuado con sellos del Camino, todos reales salvo uno, licencia artística, de Darth Wader. | |
El mejor entretenimiento peregrino en Logroño es ir de pinchos. Las calles Laurel, San Juan y las colindantes son las más cotizadas. La mayoría de locales tienen su tapa estrella, por la que son reconocidos, desde los clásicos champiñones con salsa a elaboraciones gourmet sofisticadas; las tapas deben de ser acompañadas por vinos de La Rioja, sean cosecheros, jóvenes y frescos, o crianzas, con su sabor a madera. La OT edita la Guía de pinchos y platos La Laurel. | |
Podemos visitar bodegas tradicionales, como las Bodegas Francoespañolas y las bodegas Viña Ijalba, que ofrecen catas y demostraciones. |