Desde el portón de acceso al recinto monástico bajamos por un camino enlosado. A los 100 m ya encontramos el inicio de la Ruta da Pedra e da Auga, popular y concurrido itinerario de senderismo (PRG-170), de 6,5 km hasta Os Castaños, que acompaña al tumultuoso río da Armenteira, que aquí mismo recibe el aporte del arroyo San Martiño.
Tras cruzar la pista que conduce al albergue municipal, comienza, a la derecha del cauce (a la izquierda existe una variante más apta para ciclistas), el sector más bello y complicado del recorrido, que se escalona en la roca, de molino en molino, al borde de rápidos y pequeñas cascadas.
El agua lo llena todo, y la humedad permanente hace crecer un bosque de ribera repleto de helechos, hiedra y musgo. En cuanto a la piedra, está presente en la arquitectura del aprovechamiento hidráulico y, ya en la parte baja, en la Aldea Labrega (parque de meriendas con bar de temporada), con una serie de pequeños edificios y figuras, labradas en granito, que representan la vida tradicional del campo gallego.
En la parte baja cruzamos varias veces el río, por pasarelas de madera, cambiando de orilla. De este modo alcanzamos el aparcamiento donde los senderistas suelen comenzar la ruta, inmediato a la rotonda de San Martiño de Meis, sobre la que circula la autovía do Salnés (AG-41).
En vez de seguir el río damos ahora un pequeño rodeo, junto al restaurante Peneira, para recuperar la senda fluvial a la vista de la iglesia de Santo André de Barrantes. En este sector, a diferencia del anterior, el río fluye manso, y el camino discurre entre prados, viñas y árboles dispersos. Hasta cuatro áreas de descanso acompañan a cuatro molinos, el primero haciendo pareja con un lavadero público.
Un nuevo parking permite el acceso a la ruta en A Torre, lugar de Os Castaños donde se localizan un chiringuito y un restaurante-hospedaje.