Después de pasar bajo la línea férrea trazamos un giro de 90º a la izquierda para continuar en paralelo a la vía, y otro similar a la derecha para dirigirnos al arrabal de Beauregard, pasando luego bajo la autopista Méridienne (A75).
Al frente divisamos un terreno ondulado, dominado por repoblaciones con coníferas. A través de ellas, pinos y abetos, descendemos hasta una encrucijada con una cruz de piedra, desde la que alcanzamos La Chaze-de-Peyre (fuentes, wc, refugio, bar), con bonita iglesia; vale la pena subir al coro para admirar su vidriera mariana, con los símbolos de las letanías.