Caminamos por la larga calle Real durante 700 metros, hasta su confluencia con la nacional N-432, donde hay una marquesina de la parada del autobús; justo a la altura de la gasolinera (atención a las flechas amarillas) tomamos la acera de nuestra derecha, junto a los bloques bajos de viviendas. Seguimos la calle que encontramos de frente (calle Pintor de la Rosa) durante 400 metros hasta el final del pueblo, donde topamos con la carretera local GR-3408.
1,5 Carretera local GR-3408. La seguimos a la derecha, en ligera subida y sin dejarla en ningún momento, en dirección al norte hacia Tiena y Olivares. Caminaremos con cuidado por su arcén, aunque el tráfico sea escaso. Avanzamos siempre en paralelo al río Velillos, que queda a nuestra izquierda [Nota: antes el camino iba por la orilla contraria, pero ello implicaba cruzar un vado peligroso, pues solía llevar mucho caudal de agua en ciertas épocas del año]. Al cabo de 2 km pasamos junto a una represa del río, y seguimos por el arcén hasta el Cortijo de Búcor.
3,4 Cortijo de Búcor. Aquí dejamos la carretera, girando a la izquierda para coger un camino de tierra que atraviesa el núcleo de casas, la mayoría deshabitadas. Siempre de frente, al cabo de 400 metros el camino se interna en el olivar, donde si ha llovido puede estar algo embarrado. Salimos de nuevo a la carretera y seguimos su arcén durante sólo 70 metros, para tomar a la derecha un camino de tierra, con algún tramo empedrado. El paisaje es muy bonito, entre campos de cereales, almendros y olivos, con el río Velillos siempre a nuestra izquierda. Tras varias subidas y bajadas, con varios tramos por sendero estrecho, nos incorporamos a una pista más ancha, el Camino de la Vega, de tierra y gravilla. Lo seguimos durante 1,6 km hasta la localidad de Olivares. Entramos en el pueblo, cruzamos la carretera GR-4313 y accedemos a una placeta con un pilón, junto al monolito dedicado a dos combatientes republicanos asesinados en el campo de Mauthausen en 1942.
5,8 Olivares.