Etapa 1P: Porto do Son - Noia | Al Loro

Distancia: 
16,3 km
Duración: 
3 h 30 min
Dificultad: 
1
Paisaje: 
3

SOBRE PORTO DO SON:

En el Museo Marea (Rúa Espíritu Santo, 27; lunes de 10:00 a 14:00, de martes a viernes de 10:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:30, fin de semana de 10:00 a 14:30 y de 17:30 a 21:00) nos venden o sellan la credencial.

El pueblo, que no es de los más conocidos de la costa gallega, conserva muchas casas marineras, la capilla da Atalaia desde donde se avistaban las ballenas, el puerto con su paseo y la reproducción de los secaderos de pescado, la playa urbana, los jardines y un museo de la cultura marinera, titulado Marea, digno de visitar.

Si bien no forma parte del Camino, no se puede decir que uno ha estado en Porto do Son si no ha visitado el castro de Baroña, uno de los más famosos de Galicia. En la villa existe un centro de interpretación, y luego en bus o taxi podemos desplazarnos a la citanía, que solo dista 4 km. Completamente amurallado, el castro se sitúa en un istmo costero. Impresionará a sabios y profanos.

En recuerdo del Prestige, aquel petrolero que naufragó frente a Galicia en noviembre de 2002, dañando el litoral con su marea negra, en Porto de Son fue colocada una estatua sedente del Apóstol Santiago (Campo da Atalaia). El santo es particular, pues lleva una mascarilla química, en vez de bastón sostiene el barco hundido y en su cartela reza un “Thanks”, dedicado a los voluntarios de la marea blanca.

SOBRE LA ETAPA:

Nuestra bestia negra va a ser, por tercer día consecutivo pero hoy con mayor intensidad, la AC-550. Además de los tramos, por fortuna pequeños, en que será necesario caminar por su arcén (se espera una pronta solución), habrá cruces y tramos peligrosos como los situados a la entrada de Cans, llegando a Portosín y, sobre todo, entre Taramancos y O Obre.

La etapa es corta y encontraremos bares y restaurantes suficientes a pie de camino. Portosín es el mejor lugar para comprar alimentos o picar algo en sus bares, o algo más consistente en un restaurante.

Una de las curiosidades de la comarca de O Barbanza, tanto en la cara que mira a la ría de Muros y Noia como la que lo hace a la ría de Arousa, son los cruceiros de capela. Se trata de una tipología que incorpora en el fuste una hornacina con la imagen de un santo. Los veremos en varios lugares de la etapa.

Volvemos a percibir los valores naturales de la ría de Muros y Noia, pero en esta cara sur, desde Porto do Son y por la presencia de numerosos arenales, el sector está más urbanizado. Al modo de un permanente y lejano icono, el muradano Monte Louro nos acompañará gran parte de la jornada.

En todo momento, al este se alza la gran barrera de la Serra do Barbanza, una cordillera litoral que separa las rías de Muros-Noia y Arousa, y alcanza su techo en el monte Iroite (685 m). Sobre Porto do Son se eleva el monte Enxa (538 m), y en el tramo final rodearemos el monte San Lois (363 m) para llegar a Noia.

La primera variante consiste en bajar desde la capilla de la Atalaia al puerto no por el pueblo, sino por el quebrado borde marítimo con la playa da Sagrada, sus miradores y un monumento al Oleaje. La distancia es igual a la señalizada.

Otra variante nos evita el paso por Cans, y en su lugar baja a la AC-550 en O Empalme, continuando al frente por la misma carretera (DP-7101) hasta la playa de Agüieira, una de las mejores de la ría. Antes de llegar al río Cans y la duna, la bordeamos entre arbolado en su totalidad, alcanzando su aparcamiento. Desde él se regresa a la AC-550 (traza oficial). Solo son 500 m más, por lo que la calificamos de muy recomendable.

La tercera variante que sugerimos tiene que ver con el acceso y tránsito de Portosín, ya que desde O Pozo (AC-550) es posible bajar al extremo sur de la playa de Coira, y recorrerla entera hasta el pueblo (tramo de pasarelas), enlazando con el paseo marítimo que prosigue hasta el puerto, donde ya enlazamos con la traza histórica. Evitaremos pasos complicados por la AC-550, mucho asfalto y tramos urbanos. Ataja respecto al camino oficial, que aunque tiene por objetivo el paso por la iglesia, no es afortunado.

Recomendable Tomamos un café (Travesía da Igrexa, 1), bonito local que ofrece hasta 9 tablas diferentes de desayuno.

El principal monumento de la localidad, que ha crecido con el puerto deportivo, es la iglesia de San Sadurniño de Goiáns (s. XVII), que mantiene la capilla mayor románica. A su lado, muy al estilo gallego rodeado de casas y en un lugar de paso, permanece un antiguo cementerio.

El solitario alcornoque, que gallegos y portugueses denominamos sobreira, junto a la capilla de As Pardiñas desea que lo saludemos y, a cambio, nos protege con su sombra mientras hacemos un alto en el camino.

En el término de Noia llegaron a estar activas hasta 30 curtidurías en el siglo XVIII, una locura. La de Cadarso, en A Chaínza, fundada en 1700, fue una de las más importantes. Sus ruinas se están recuperando para fines sociales, entre ellos el nuevo albergue de peregrinos.

SOBRE NOIA:

El albergue de peregrinos, todo un lujo para este itinerario, está esperando por nosotros para que lo conozcamos y disfrutemos de sus modernas instalaciones (Nota: Apertura prevista en marzo de 2025). Debidamente acreditados es posible pernoctar dos noches. La localidad también cuenta con un amplio abanico de alojamientos para elegir; la presión turística no es elevada, ni siquiera en verano.

Uno de los objetos artesanos más característicos de la ría es el sombrero sancosmeiro, de paja pero muy elegante, que siguen usando las mujeres para faenar al sol. En Noia se puede adquirir uno auténtico, o una miniatura, en A Casa do Camiño (Rúa Pero Bochón, 2), que también vende productos gastronómicos gallegos.

Esta pequeña ciudad juega un papel fundamental en el Camino. De sus tiempos como “puerto apostólico” restan templos tan sobresalientes como los de San Martiño, de 1434, y Santa María a Nova, hoy convertido en museo de laudas gremiales del Medievo (más de 300). A citar también varias casas góticas, el convento de San Francisco, los jardines y alameda, el hospital de peregrinos o los paseos junto a la ría.

Tiene una preparación digna de ser probada: la empanada de maíz con berberechos. ¿Y qué tiene de particular? Pues que además de emplear el berberecho de la ría, con fama de ser el mejor de Galicia, este se hornea en la masa de la empanada aún vivo y con su concha. ¿¡Quééé!? Pues sí, los berberechos se abren al cocerse, y es así como la empanada tiene un sabor a mar irresistible.

En el mundo del dulce en Noia, aunque no será fácil, se puede intentar probar el calleiro. Se trata de una especie de pudín, elaborado con pan seco emborrachado con ron, anís o jerez, al que se añaden frutos secos, pasas o manzanas.

PARA CICLISTAS:

El trazado puede resultar un poco pesado para los bicigrinos, muchos de los cuales caerán rendidos ante la mucho más directa, rápida y previsible AC-550, realizando desde ella desvíos a alguna de las playas.

En bicicleta no se puede circular por las sendas marítimas, por ejemplo la que de Portosín conduce a la playa de Ornanda. No hay problema si se pone pie a tierra y empujamos la máquina.