Camino de Santiago: La gestión del éxito

El Camino de Santiago ha seguido en 2016 la misma pauta de los 6 o 7 años anteriores: un fuerte aumento de los peregrinos extranjeros (9,7%) y un modesto incremento de los peregrinos españoles (1,5%). También, afortunadamente, el Camino Francés (aunque sigue creciendo) va perdiendo peso respecto a los demás, con un fuerte crecimiento del Camino Portugués y Camino Inglés, aumentos moderados del Camino del Norte y Primitivo, estancamiento de la Vía de la Plata, y retroceso del Camino Francés por Aragón.

¿Por qué tiene tanto éxito el Camino de Santiago? La respuesta es muy sencilla: tiene éxito porque es una de las experiencias más singulares y extraordinarias que existen en el mundo; de hecho, quizá es imposible encontrar en todo el planeta nada comparable al Camino de Santiago. Tiene éxito porque el Camino trasciende, para la mayoría de los peregrinos de largo recorrido, a lo que es un viaje; cada uno lo entiende y lo vive de una forma personal y propia, pero todos con una intensidad liberadora.

Entre los que afirman, desde hace más de veinte años, que el Camino está perdiendo su esencia a causa de la banalización y está a un paso de morir de éxito, y algunas administraciones que lo consideran un producto turístico a explotar sin miramientos… ¿no habrá un punto intermedio? El Camino no volverá a ser lo que fue en los años 80, y menos aún lo que fue en el siglo XII, de la misma forma que nadie, por mucho que lo desee, volverá a subirse a un tren de vapor. Ya lo dijo Lao-Tse: todo cambia, nada permanece. La masificación, la desprotección del entorno, la pérdida de patrimonio, los albergues piratas, la mala gestión de algunos albergues públicos, los precios abusivos, etc. deberían ser las preocupaciones de las administraciones, y no repartir premios o instalar stands para promocionar el Camino de Santiago en todo el mundo.

Los beneficios sociales del Camino son enormes: mueve más de 350 millones de euros anuales, una parte importante de los cuales benefician a pequeños negocios familiares de zonas rurales, las zonas más castigadas por la concentración en las grandes metrópolis de las industrias y del turismo convencional. Varios cientos de pequeños pueblos en España, e incluso algunos en Portugal y Francia, se han salvado de una decadencia sin solución gracias al paso continuo de peregrinos. Y el impacto ambiental del Camino en el territorio es muy bajo, incomparable con otras actividades de ocio.

El problema más complejo y urgente del Camino de Santiago hoy en día es la masificación en algunos tramos. Como el número de peregrinos, previsiblemente, no dejará de aumentar en los próximos años, nos guste más o menos, lo lógico es que se actúe ya desde los distintos ámbitos antes de que el problema, ya grave, pase a mayores. En base a nuestro conocimiento, damos algunas sugerencias para afrontar la masificación, sin más intención que la de incentivar la reflexión: