Etapa exigente tanto por la distancia como por su perfil, con sucesivos repechos. El más fuerte comienza en el kilómetro 22 de la jornada: es la subida al portillo de la Lobera —collado por el cual atravesamos la sierra de Toloño—, con un desnivel positivo de 190 m en apenas 2 km.
Etapa 8A: La Puebla de Arganzón - Haro | Al Loro
A la salida de Estavillo tenemos la gran bifurcación del Camino Vasco del Interior: a mano izquierda, el ramal riojano hacia Haro y Santo Domingo de la Calzada; a la derecha, siguiendo de frente por la carretera, el ramal burgalés (también conocido como Vía de Bayona), hacia Miranda de Ebro y Burgos. | |
Berantevilla cuenta con bar, si bien probablemente estará cerrado a la hora en que pasaremos; en Estavillo hay un restaurante de precio medio-alto (lunes y martes cerrado); en Zambrana disponemos del bar de las piscinas, con terraza, a solo 80 metros del camino. Cerca del punto en que abandonamos la carretera N-124, a 300 metros de nuestra ruta, hay un área de servicio con restaurante. Salinillas de Buradón cuenta con un bar-restaurante a pie del camino, junto a la puerta de la muralla, y otro bar en la plaza. En el pueblo de Briñas y en la villa de Haro hallaremos todo tipo de servicios. | |
Una curiosidad de la etapa es que discurre por tres provincias, que a su vez corresponden a tres comunidades autónomas diferentes: arrancamos en el enclave de Treviño (provincia de Burgos, en Castilla-León), continuaremos por tierras de Álava (País Vasco) y a partir de Briñas entraremos en la comunidad de La Rioja. | |
Su iglesia —como la de Burgueta— está dedicada al santo medieval por antonomasia, San Martín de Tours; fue construida en el siglo XV y responde a la tipología de iglesia-fortaleza, utilizada en su día como torreón de defensa; en su interior se conserva un espléndido retablo renacentista del siglo XVI. | |
Poco después de Zambrana nuestra ruta avanza durante dos kilómetros por el arcén de la carretera N-124, con mucho tráfico; si bien el arcén es ancho, deberemos extremar la precaución y caminar en fila, separados al máximo de la calzada. | |
Desde el portillo de la Lobera divisaremos, a nuestros pies, el valle del Ebro y la inmensa extensión de viñedos de la Rioja Alta. | |
La bajada del portillo de la Lobera es tremenda, por una pista de gran pendiente y con mucha piedra suelta; atención a los primeros 500 metros, especialmente peligrosos para los ciclistas. | |
A la salida de la localidad avanzaremos en paralelo al cauce del río Ebro durante 1,6 kilómetros; lo atravesaremos por un puente medieval con cuatro arcos apuntados (el típico arco gótico) y otros tres de medio punto, que fue durante siglos la única vía de conexión con la vecina Haro. | |
Accedemos a la villa por el barrio de la Estación, donde se hallan las principales bodegas con denominación de origen Rioja: Cune, Viña Tondonia, Bodegas Bilbaínas, Muga, Ramón Bilbao, López de Heredia… Muchas de ellas ofrecen visitas turísticas, con degustación de sus vinos. | |
En el casco histórico destacan la plaza de la Paz, los palacios de los condes de Haro, de los Condestables y de Tejada, el Torreón —que alberga el Museo Riojano de Arte Contemporáneo— y la iglesia de Santo Tomás (de los siglos XVI y XVII, con portada plateresca y esbelta torre renacentista). | |
Cada 29 de junio, festividad de San Pedro, se celebra aquí la Batalla del Vino, fiesta de Interés Turístico Nacional; tras una misa en la ermita de San Felices, en pleno monte, la multitud de participantes —todos vestidos de blanco— se arrojan 40.000 litros de vino, cuyo color y olor acaban tiñendo tanto sus prendas como el ambiente; durante el resto del día los asistentes bailan y desfilan al compás de las charangas. | |
La mayoría de bares se concentra en la zona de La Herradura, núcleo de calles y plazas que constituye el epicentro del tapeo local. Destacan las tapas de pimientos, donde en ocasiones sale alguno muy picante… que solo reconocerás una vez lo hayas catado. |