Las otras compostelas: 70 diplomas de peregrinaciones repartidas por el mundo

En octubre del año pasado publicamos un artículo donde repasábamos los diferentes certificados jacobeos, no solo aquellos que podemos solicitar tras llegar a Compostela sino también otros diplomas que se conceden a lo largo de la ruta santiaguista. Numerosos lectores quedaron sorprendidos por el gran número de papelitos y souvenirs (en su día enumeramos 21 certificados diferentes), pero lo cierto es que gracias a vuestra colaboración hemos localizado muchos más, que vamos a incoporar a la relación. En su día os prometimos una segunda entrega con los diplomas específicos de otras rutas no necesariamente jacobeas, tanto por España como del resto del mundo: pues bien, sin pretender ser exhaustivos llevamos recontados un total de 70 documentos… y seguro que nos dejamos bastantes.

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Carta Peregrina de Sahagún, Lebaniega y Salvadorana.
Carta Peregrina de Sahagún, Lebaniega y Salvadorana.

El tema de la diversidad de diplomas fue muy comentado en el foro y en las redes sociales de Gronze, donde muchos expusisteis vuestra opinión sobre la conveniencia o no de estos documentos; así por ejemplo, el peregrino Xavier Riera indicaba con buen criterio: “Nunca he entendido el coleccionismo (...) ¿Qué utilidad tienen tantas compostelas y certificados, aparte de reforzar la vanidad? ¿Empapelar las paredes?”. Otros foros como el de Ivar también se hicieron eco del asunto: “Debo confesar que no puedo resistirme a obtener una credencial local en cada uno de los caminos que recorro; algunas son obras de arte, verdaderamente hermosas”, a quien alguien respondía: “Entiendo que estés orgulloso de tus logros, pero ¿no es solo otro trozo de papel más?”. También hubo comentarios respecto a la tipografía (“¿Por qué siempre letras góticas?”), o sobre la obsesión de algunos peregrinos por acaparar diplomas y sellos, que puede derivar en un comportamiento patológico, síntoma inequívoco de la incurable enfermedad jacomaníaca: “Debe existir un término médico para quienes padecen esta atracción no tan fatal”.

Listado de certificados jacobeos

En el anterior artículo, tras un apunte respecto de los salvoconductos y las cartas probatorias utilizadas desde la Edad Media, procedimos al inventario de los certificados jacobeos más comunes: entre aquellos que se entregan en Santiago destacamos, por supuesto, la Compostela, diploma por antonomasia que acredita haber cumplido la peregrinación, sin olvidar otros menos famosos como el Certificado de bienvenida, el de distancia, el de visita, la Cotolaya (al parecer solo fue otorgada en 2014), la Franciscana, la Perregrina (el diploma perruno) o la desenfadada Zapatona (que pasó a mejor vida en 2015); entre los certificados de paso enumeramos la Ayeguina, la Carta Peregrina de Sahagún y el Testimonium Transiti en Portugal; otros diplomas jacobeos serían la Fisterrana, la Muxiana, la Salvadorana o la Pedronía —hasta aquí los habituales—, pero también la Traslatio Xacobea, la Santiagueña Matritense, la Uclesiana, la Perdonanza y la Olvidada (ambas en Villafranca del Bierzo), la Jacobea Canaria o Galdense, el Certificado Universitario de Peregrinación o el Dual Pilgrim (tras realizar el Camino de Santiago y el Kumano Kodo, en Japón); también nos hicimos eco de modalidades específicas como son la dedicatoria in Vicarie Pro, inscripción que solicitan aquellos que caminan en nombre de familiares enfermos o difuntos, o la Compostela in memoriam, en homenaje a los peregrinos fallecidos durante la ruta. 

Pues bien, gracias a vuestras aportaciones hemos descubierto otros certificados todavía más singulares, tales como la Calceatense (emitida en Santo Domingo de la Calzada durante el Año Jubilar de 2019, que conmemoraba el milenario del nacimiento del santo), la Cruzferrata (una feliz ocurrencia de Tomás —el último templario— en Manjarín), la Templarina (entregada en 1999 en Ponferrada), la Santiaguista de Uclés (para aquellos que hayan partido de Uclés, en la provincia de Cuenca, donde tenía su sede la Orden de Santiago) o el documento que entregan en la parroquia de Santiago del barrio de Santa Lucía en Cartagena, por ser el lugar donde según la leyenda desembarcó el Apóstol en su viaje para evangelizar a los hispano-romanos.

Fernando Lalanda (Madrid, 1957), insigne peregrino y el mayor coleccionista de credenciales, certificados y carteles jacobeos, ha documentado muchísimos diplomas históricos, algunos tan curiosos como la orla con versos que se entregaba en su día en Nájera, el facsímil impreso de las Glosas Emilianenses a quienes visitaban el monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja), un certificado de la Archicofradía del Glorioso Apóstol fechado en 1948, diferentes diplomas del Ministerio de Información y Turismo emitidos en 1965, 1971 y 1976 (el primero de ellos en latín, para el cual se exigía haber realizado el camino completo desde Roscesvalles), una pre-compostela multicolor que se entregó durante un tiempo en Sarria, o el certificado que todavía hoy reciben los peregrinos que comen en un mesón de Villalcázar de Sirga, que antaño estuvo regentado por el mesonero mayor del Camino de Santiago.

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Panel con 50 diplomas de Fernando Lalanda, el mayor experto en certificados y cartelería jacobea.
Panel con 50 diplomas de Fernando Lalanda, el mayor experto en certificados y cartelería jacobea.

Entre otras perlas raras, Lalanda destaca las e-compostelas personalizadas y numeradas, en latín o castellano, que durante 2007 pudieron descargarse desde la web de la Catedral de Santiago; el diploma Hertziano, otorgado en los Años Santos por la Unión de Radioaficionados Españoles; la Vetusta, certificado con sello de lacre que comercializaba una librería de la Rua Nova hasta 2012, cuando falleció su propietario, o el diploma expedido entre orujo y orujo durante la Fiesta del Aguardiente por la Serenísima Orden de la Alquitara en Portomarín.

Fernando Lalanda, a quien agradecemos su inestimable colaboración, nos aclara que el supuesto fake que indicábamos en el anterior artículo no sería tal: según este experto, la Compostelana sí existió, él mismo conserva un ejemplar firmado por el canónigo Troitiño en 1976; al parecer también Elías Valiña citaba este documento en su primera Guía Roja, la del Ministerio de Turismo. Su diseño, sello y tipo de papel presentaba ligeras diferencias con la posterior Compostela, y era el comprobante exigido para comer y cenar gratis durante tres días consecutivos en el Hospital Real, el actual Parador de los Reyes Católicos en la plaza del Obradoiro… Por supuesto, los poquísimos peregrinos de entonces, con el estómago vacío y poco dinero en el bolsillo, no dudaban en hacer uso de esta tradición. 

Una primicia de última hora: en breve dispondremos de un diploma que certificará nuestro paso como peregrinos por una de las ciudades más bellas del Camino Mozárabe, cuyo nombre no podemos desvelar; ahora mismo se está trabajando en el diseño del documento, que al parecer hará referencia a los Varones Apostólicos, primeros obispos cristianos de la Bética e íntimamente vinculados al origen de la leyenda jacobea. Os informaremos tan pronto comiencen a entregarlo.

Diplomas de otros caminos en la península

Hay muchos caminos de peregrinación que enlazan o comparten trazado con las diferentes rutas jacobeas; en ningún caso serían variantes, sino recorridos hermanados, cada uno con sus propias características, y la mayoría disponen de certificados específicos a su finalización. Haremos un repaso de los más conocidos, comenzando por España y Portugal:

La Salvadorana: certificado que acredita haber finalizado el Camino del Salvador, ruta histórica de peregrinación entre León y Oviedo, que dispone de una credencial propia. El diploma se recoge en la catedral ovetense; desde allí los que así lo deseen pueden continuar hacia Compostela, ya sea por el Camino Primitivo o enlazando con el del Norte.

La Lebaniega: documento que se entrega en el monasterio de Santo Toribio de Liébana (muy cerca de Potes, en Cantabria) a quienes finalizan alguno de los Caminos Lebaniegos, peregrinación que surgió en la Edad Media para venerar el mayor fragmento conocido del Lignum Crucis y que cuenta con su propio Jubileo; están señalizados mediante flechas y cruces rojas, y disponemos de dos credenciales específicas, una de la ruta cántabra (la más conocida, que se bifurca respecto del Camino del Norte poco después de San Vicente de la Barquera) y otra del Camino Lebaniego Castellano, cuyo recorrido arranca en la ciudad de Palencia.

La Ignaciana: diploma final del Camino Ignaciano, ruta de más de 600 kilómetros que une las localidades de Loiola (en Guipúzcoa) y Manresa (Barcelona), pasando por Logroño, Zaragoza, Lleida y el monasterio de Montserrat; rememora el itinerario seguido en 1522 por San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, en su viaje hacia Tierra Santa. La señalización es mediante flechas y símbolos solares de color naranja, que veremos en sentido inverso a lo largo del Camino Jacobeo del Ebro y durante varios tramos del Camino Catalán.

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Certificados ignacianos, a la izquierda el emitido en Manresa y a la derecha el de Loiola.
Certificados ignacianos, a la izquierda el emitido en Manresa y a la derecha el de Loiola.

Peregrinatio: documento propio de los caminos que llevan al santuario de Nossa Senhora de Fátima (Portugal), gran foco de peregrinación desde las apariciones de la Virgen en 1917; los diferentes itinerarios a Fátima están señalizados con flechas azules y hay tramos compartidos con las rutas jacobeas en tierras lusas, a veces en sentido contrario (distinguiremos ambos recorridos por el color de las flechas, setas en portugués).

La Guadalupense: certificado que se entrega tras haber realizado alguno de los caminos que conducen al monasterio de Santa María de Guadalupe, en la provincia de Cáceres, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La devoción a la Virgen de Guadalupe, Hispaniarium Regina y patrona de Extremadura, ha convertido este lugar en un gran centro de peregrinación, con su propio Año Santo o Jubileo. 

La Caravacensis: diploma que premia a quienes cumplen la peregrinación a Caravaca de la Cruz (Murcia), en cuya basílica se venera la famosa Cruz de Caravaca, y que desde 1998 goza del privilegio de celebrar su propio Año Jubilar in perpetuum (por cierto, este año 2024 es uno de ellos).   

La Urdetana: la reciben los que finalizan la peregrinación al santuario del Cristo de la Vera Cruz, en Urda (Toledo), localidad cercana al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

La Pajarera: se entrega a los que hacen el Camino de San Frutos, ruta de unos 80 kilómetros entre Segovia y la ermita de San Frutos, en el Parque Natural de las Hoces del río Duratón; el diploma fue creado en 2012 e incluye una ilustración a colores y un romance dedicado al santo anacoreta, rodeado de aves y con fama de ecologista. Podemos desviarnos hasta allí desde el Camino de Madrid, que pasa por Segovia.

La Teixida o Sanandresina: corresponde a la antiquísima peregrinación a San Andrés de Teixido, la más arraigada en Galicia, que finaliza ante esta capilla situada en un paraje fascinante frente al océano; el nombre le viene porque era un lugar poblado por tejos, árbol sagrado de los pueblos celtas y ligado a ritos funerarios, siendo famoso el refrán “A San Andrés de Teixido vai de morto quen non foi de vivo”. Veremos señales de esta ruta en algunos tramos del Camino Inglés, tras la salida de Ferrol, y por supuesto a lo largo del Camino del Mar, que arranca en Ribadeo.

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Bifurcación del camino a San Andrés de Teixido.
Bifurcación del camino a San Andrés de Teixido.

La Rociera: diploma que se entregó durante el Año Jubilar 2012-2013 a quienes peregrinaban al santuario de la Virgen del Rocío, situado a 16 kilómetros de Almonte (Huelva); las hermandades de esta popular romería, con muchos de sus miembros a caballo o en carretas, utilizan itinerarios señalizados con flechas verdes —el color de la bandera de Andalucía— que en algunos puntos coinciden o se cruzan con el Camino del Sur, ruta jacobea que une la ciudad de Huelva con Zafra, en Extremadura.

El Salvoconducto: credencial y a su vez diploma del Camino del Cid, conjunto de rutas histórico-turísticas que unen Vivar del Cid (Burgos) con Orihuela (Alicante); como en otros casos, este recorrido se cruza o comparte algún tramo con diferentes itinerarios jacobeos.

Otros certificados repartidos por el mundo

Desde época medieval las tres principales peregrinaciones del orbe cristiano han sido las que conducen a Jerusalén, Roma y Compostela. Como veremos a continuación, además de estas hay muchas otras rutas que ofrecen diplomas en reconocimiento a quienes las realizan:

La Custodia de Tierra Santa: la visita a Jerusalén, Belén y Nazaret ha sido durante siglos una meta soñada tanto para creyentes como para grandes viajeros; aunque parezca increíble, todavía hay quien llega allí tras recorrer miles de kilómetros a pie atravesando decenas de países, un reto hoy al alcance de muy pocos. Este diploma, junto a una medalla conmemorativa, lo entregan los frailes franciscanos encargados de custodiar los Santos Lugares (de ahí el nombre del documento), para lo cual deberemos avisar con dos semanas de antelación y registrarnos previamente; se concede a todo aquel que lo solicite, haya caminado o no, si bien se exige un donativo considerable. Existe también un Certificado de Peregrino, mucho más sencillo, que emite el Ministerio de Turismo de Israel y el Ayuntamiento de Jerusalén.

La Romea y su Testimonium: diploma que se entrega en Roma tras culminar la Vía Francígena, gran ruta de peregrinación de más de 2.000 kilómetros que recupera el camino seguido en el siglo X por el obispo Sigerico entre Canterbury (Reino Unido) y la Città Eterna, cruzando media Europa; el certificado se recoge en la sacristía de la basílica de San Pedro del Vaticano. Existe otro documento de menor interés que puede conseguirse en las oficinas de la Opera Romana Pellegrinaggi, situada en la plaza Pio XII.

La Assisiana o Testimonium Assisi: se recoge en la basílica de la villa de Assisi (en Umbria, Italia), punto intermedio del Camino de San Francesco; la ruta recorre diferentes escenarios de la vida de San Francisco de Asís, a lo largo de los 440 kilómetros que separan Roma de La Verna, aunque también puede hacerse en sentido inverso; al igual que la Compostela, se exige haber caminado como mínimo los últimos 100 km, o bien 200 km en bicicleta o a caballo. Los que no hayan completado la distancia reciben, en lugar del Testimonium, la Chartula Peregrini, más sencilla; también hay un recuerdo para los perros que nos acompañen en este camino: el Attestato, en el que aparece San Francisco con el lobo de Gubbio.

La Jacopea: certificado que obtendremos tras realizar el camino de San Jacopo in Toscana entre Firenze y Livorno, pasando por Lucca, Pisa y Pistoia, donde desde el siglo XII se custodia una reliquia de la mandíbula del apóstol Santiago; el diploma se recoge en el Battistero de San Giovanni, junto al duomo de Pistoia, mientras que en Livorno os entregarán el Testimonium.

La Aurea Jacopea: se otorga al final del recorrido del Camino de San Giacomo in Sicilia, ruta de 130 kilómetros que va de Caltagirone a Capizzi, en la isla de Sicilia; ha sido señalizado en 2021 y tanto sus flechas, credencial como el certificado están inspirados en el Camino de Santiago. 

No serían los únicos diplomas en Italia: tenemos también el del Cammino di San Benedetto (con final en Montecassino), el de Sant’Antonio (su meta es Padova), otras rutas señalizadas en Sicilia (como por ejemplo la Magna Via Francigena, que cubre 187 kilómetros entre Palermo y Agrigento), o el Cammino de Sanctu Jacu en Cerdeña (con 532 kilómetros entre Cagliari y Porto Torres, donde algunos peregrinos embarcan en ferry hacia Barcelona para continuar su periplo a Compostela, de forma similar a como se hacía en la Edad Media).  

La Carta de San Olav: diploma al final del Camino de San Olav, ruta de casi 700 kilómetros que une Oslo, la capital de Noruega, con la catedral de Nidaros en Trondheim; este camino tiene una réplica a pequeña escala entre Burgos y Covarrubias, fruto de la conmovedora historia de la princesa Kristina de Noruega, que llegó a estas tierras en 1257 para casarse con un hermano del rey Alfonso X de Castilla y falleció poco después por causa de la nostalgia de su país natal.

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A la izquierda, Assisiana del Camino de San Francesco; a la derecha, peregrina japonesa con su Carta de San Olav.
A la izquierda, Assisiana del Camino de San Francesco; a la derecha, peregrina japonesa con su Carta de San Olav.

La Rocastella: certificado que reconoce a quienes peregrinan al santuario de Rocamadour (Francia), donde se venera su Virgen negra y la tumba del eremita Amador; era un foco de peregrinación ya en la Edad Media y queda muy cerca del Camino de le Puy (en su día dedicamos un artículo a dicha variante). 

Diplome du Miquelot: se concede a los peregrinos que visitan la abadía del Mont-Sant-Michel, enclave bellísimo en la costa de Normandía (Francia).

Certificado de paso emitido por la Société Française des Amis de Saint-Jacques de Compostelle, en París; fundada en 1950, fue la primera asociación jacobea en época contemporánea, recogiendo la tradición de una cofradía que administraba un hospital de peregrinos desde el siglo XIII. Ofrecen la posibilidad de enviar el diploma por correo postal, para que no tengáis que llevarlo encima durante todo el periplo. 

Hungría: la Asociación Húngara del Camino de Santiago facilita un certificado en latín a quienes realizan el itinerario desde Budapest hasta Lébény, con unos 200 kilómetros; la iglesia de Szent Jacab de Lébény es la encargada de otorgar el diploma.

Eslovenia: la Asociación Eslovena de Amigos del Jakobova Pot ha recuperado el camino de Santiago desde su frontera con Croacia, pasando por la capital Ljubljana hasta las puertas de Trieste, por donde entra en Italia; es un itinerario de más de 200 kilómetros, para el cual han creado un certificado específico.

Países Bajos: en 2010-2011, con motivo del 25 aniversario de la asociación holandesa Genootschap van Sint Jacob, se realizó una peregrinación conmemorativa entre Galder, cerca de Breda, y Utrecht. El certificado se concedía tras un recorrido mínimo de 100 kilómetros y era facilitado por la iglesia Nicolaikerk en Utrecht.

Bélgica: los peregrinos flamencos disponen de un documento que hace las veces de carta dimisionaria y de diploma; la emite Vlaams Genootschap van Santiago de Compostela.

Diploma Ara Solis en Brasil: cerca de São Paulo arranca el Caminho do Sol, itinerario de 241 kilómetros que une Santana de Paranaíba con Águas de São Pedro; el recorrido, marcado con setas amarelas, es utilizado por muchos peregrinos locales como preparación antes de venir a España; el premio final es un certificado denominado Ara Solis (Altar del Sol), en recuerdo del lugar mágico que corona el Monte Facho, en Finisterre. Este gran país sudamericano cuenta con numerosos caminhos y trilhas de peregrinación, varios de los cuales disponen de documento acreditativo.

Certificado del Kumano Kodo, en Japón: red de itineararios bellísimos que conecta los tres grandes santuarios de Kumano Sanzan a través de la península de Kii en Honshu, la isla principal del país del sol naciente. Esta ruta de espiritualidad, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, está hermanada desde 1998 con el Camino de Santiago (con la opción de obtener el Certificado Dual para quienes realizan ambos trayectos).

Diploma del Shikoku Henro: corresponde a uno de los caminos de peregrinación más antiguos y populares de Japón, con 1.200 km a través de las cuatro antiguas provincias de la isla de Shikoku, visitando 88 templos y más de 20 lugares sagrados relacionados con la tradición budista; una vez finalizado el recorrido los peregrinos son nombrados embajadores del Henro, tal como consta en el diploma que se les entrega. La ruta quedó hermanada en 2015 con el Camino de Santiago.

Saigoku Kannon: ruta de más de 1.000 km cuyo objetivo es visitar los 33 templos dedicados a Kannon, la bodhisattva o deidad budista de la compasión. Esta peregrinación, la más antigua de Japón con más de 1.300 años de historia, pasa por Wakayama, Osaka y Kioto y finaliza en Gifu. Recientemente, en 2023, se ha firmado su hermanamiento con el Camino de Santiago.

Jeju Olle en Corea del Sur, país volcado desde hace décadas a la peregrinación jacobea: este camino, creado en 2006, recorre un total de 437 kilómetros rodeando la costa de Jeju, una isla volcánica declarada Patrimonio Mundial por la Unesco; la ruta nació gracias al esfuerzo de un grupo de voluntarios que recuperaron antiguos senderos entre paisajes bellísimos, donde se conjuga naturaleza y paz interior; desde 2021 existe un Certificado de Recorrido Mutuo que pueden solicitar aquellos que realicen el Jeju Olle en Corea y el Camino de Santiago.

Son muchos los ejemplos de rutas senderistas que mezclan itinerarios tradicionales, espiritualidad, visitas a monumentos, turismo de naturaleza y cierto grado de aventura: sería el caso del recientemente creado Sendero Sufí a lo largo de 800 kilómetros entre las ciudades de Estambul y Konya, en Turquía; el West Higland Way, ruta de 154 kilómetros por las tierras altas de Escocia, muy popular entre los amantes del trekking, o el antiquísimo Camino del Inca a las ruinas de Machu Picchu en Perú, caminata de cuatro días por la cordillera de los Andes, cuyo cupo está limitado a 500 excursionistas por jornada, siempre con guía y en grupos organizados. Desconocemos si estas rutas disponen de credencial, sellos y diploma acreditativo a su finalización…, pero si todavía no lo han hecho, ya están tardando.

Arquitecto, fotógrafo y redactor de guías

Comentarios
kerjean
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Parabéns Carlos Guiral pelo belo artigo! Showwwwww! Grato pela partilha!!!!
Fernando Iglesias
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Y esto no tendrá fin... cada X tiempo saldrán más No veo problema en ello, quiénes quieran un papelito lo pedirán y quienes no, pasarán de solicitarlo
Cristineta87
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Recorrí el West Highland Way en 2017 no había credencial ni nada parecido para sellar (creo que algo han sacado ahora) y al llegar a Fort William entrabas en una tienda y tenían los "diplomas" para rellenarlos tú misma, muy curioso.