Etapa 33: O Pedrouzo - Santiago de Compostela | Al Loro

Distancia: 
19,4 km
Duración: 
4 h 30 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
2

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A excepción del tramo boscoso inicial, caminamos hoy por un territorio sometido a una intensa presión urbanística: aeropuerto, áreas residenciales, autovías, talleres…

La etapa no presenta desniveles relevantes, aunque sí algunas cuestas exigentes, así la de Amenal a Cimadevila o, a través de Vilamaior, la subida al Monte do Gozo, situado al final de una especie de altiplano.

Hoy encontramos servicios de restauración en prácticamente todas las localidades.

Los rituales del pasado, relacionados con la llegada a Compostela, se han perdido definitivamente: el primero se practicaba en el arroyo inmediato a Lavacolla, y consistía en un baño integral para no apestar al entrar en la basílica; el segundo, consistía en la carrera para saber quien llegaba antes al Monte do Gozo, siendo el triunfador declarado «rey de la peregrinación» por sus compañeros.

En el tramo final del Camino Francés, a las puertas de Compostela proliferan los tenderetes que ofrecen cosas curiosas; entre ellas, en Lavacolla nos ofrecerán unos sellos lacrados para que nuestra credencial sea la más guay del mundo.

El gallego Monxoi, del francés Montjoie, es el lugar desde el que se divisan por vez primera las torres de la catedral. Transformado por la construcción de un complejo residencial desmesurado, en el lugar permanecen las dos colinas que reivindican la historicidad: la más próxima al Camino es la más visitada, y de ella ha desaparecido el aparatoso monumento que la coronaba; al sur se localiza la gemela, a donde es aconsejable acercarse para hacerse una bella foto entre las dos estatuas de peregrinos, obra de Acuña, emocionados ante la visión.

Mucha atención al llegar a Santiago, pues están multando a los bicigrinos que circulan por las calles del casco antiguo sobre dos ruedas y, también, a quienes bajan en dirección prohibida por la Rúa de San Pedro.

SOBRE SANTIAGO DE COMPOSTELA:

El albergue más antiguo y de mayor capacidad es el albergue del Seminario Menor, de gestión privada. Se encuentra a unos 15 minutos a pie de la catedral. En los últimos años, la oferta de albergues en la capital gallega ha crecido exponencialmente.

Todos los albergues admiten una estancia de más de una noche.

La Oficina de Acogida al Peregrino (Rúa Carretas, 33), situada cerca de la catedral, es el lugar donde se expide la Compostela, documento que certifica que hemos realizado —como mínimo— los cien últimos kilómetros a pie, o bien los últimos doscientos en bicicleta; para comprobarlo se sirven de los sellos que hemos ido estampando en nuestra credencial durante toda la ruta, con la exigencia de poner al menos dos en cada una de las etapas de los últimos 100 km.

Una vez en Compostela, muchos peregrinos siguen su periplo hasta el océano como destino final de su ruta jacobea. En el camino hacia Fisterra y Muxía podemos seguir utilizando la misma credencial con la que llegamos a Santiago, si bien disponemos de una credencial específica y gratuita que entregan en la Oficina de Acogida al Peregrino. Debéis dirigiros a la oficina de turismo de la Xunta de Galicia, situada en el mismo recinto.

El casco histórico de la ciudad es uno de los mejor conservados de Europa. La catedral, donde está el sepulcro del apóstol Santiago, es toda ella monumental; a su entrada desde la plaza del Obradoiro encontramos el Pórtico de la Gloria, esculpido a finales del siglo XII y obra maestra del románico.

En la catedral (no se puede entrar con mochila), podemos asistir a la Misa del Peregrino (7:30, 9:30, 12:00 y 19:30), abrazar la imagen del Apóstol en el Altar Mayor (de 11:00 a 19:00), y bajar a la cripta donde se halla el sepulcro del Apóstol (de 7:00 a 20:30). La Misa más solemne es la de las 12:00.

Hay distintos tipos de visitas a la catedral, alguna gratuita. Podemos adquirir las entradas en la página de venta de entradas de la Catedral de Santiago.

El vuelo del Botafumeiro, un incensario de gran tamaño situado delante del altar mayor, forma parte de la liturgia y resulta un espectáculo digno de ver. Pesa 60 kilos y es mecido como un péndulo a gran velocidad gracias a la fuerza de ocho tiraboleiros, tirando de una cuerda mediante un mecanismo de poleas. No funciona siempre, sólo en misas solemnes, durante todo el Año Santo o cuando algún grupo o particular lo solicita (en general pagando, y no poco). Afortunadamente, casi cada día hay algún mecenas o grupo organizado que lo sufraga.

Quienes os quedéis en la ciudad uno o dos días, podéis seguir los consejos de los artículos de Antón Pombo: ¿Qué puede hacer un peregrino en Santiago? y Santiago, mucho más que la catedral.

No son pocos los peregrinos que celebran su llegada al Obradoiro con una mariscada. Alrededor de la catedral podremos encontrar muchos restaurantes especializados, aunque en éstos se suele pagar el precio de la cercanía al Apóstol. La calidad de los productos es sobresaliente en todas sus preparaciones: cocidos, en salpicón, a la plancha o rellenos, como las vieiras. Algunos de los restaurantes más cotizados son el Terra Nosa, el San Clemente, A Noiesa o el Códex.

Aprovechad al mediodía o antes de cenar para ir a tomar algo, pues en Santiago aún es costumbre servir tapa gratuita en cada consumición. Alrededor de la plaza del Obradoiro, en las Rúas do Franco, da Raiña y do Vilar, se encuentran algunos de los establecimientos más conocidos.

El dulce más famoso del Camino es, sin duda, la Tarta de Santiago. Se elabora con huevos y harina de almendra y la sirven en todos los restaurantes como postre. Si queremos alguna tarta para llevar a casa, podemos comprarlas en obradores tradicionales como Casa Mora, Confitería las Colonias, o en Delicatessen as Monxas.

El segundo lugar más visitado de Santiago de Compostela, tras la catedral, es el mercado de Abastos, en el casco antiguo, con amplia oferta de productos frescos y artesanales.