Camino Primitivo: Asociaciones y Ayuntamientos tachan de insolidaria la campaña «LUGO KM 100»

La reacción no se hizo esperar. Protestaron airadamente asturianos y gallegos, tanto asociaciones jacobeas de tanto prestigio y larga trayectoria como la Astur-Galaica de Tineo o el Foro del Camino Primitivo de Galicia, como ayuntamientos y hosteleros. En público, pues no queremos imaginar lo que se habrá dicho en privado, se ha calificado esta promoción de «localista» (qué se esperaban de Galicia), «insolidaria» (hace ya mucho tiempo que cada uno anda a lo suyo, es el sistema amigos) y opuesta a la «universalidad de la ruta».

También se sumaron a la queja, ipso facto, alcalde y corporación de A Fonsagrada, primera villa gallega del Camino Primitivo, incidiendo en la falta de solidaridad de la capital provincial. Incluso los correligionarios del BNG fonsagradino criticaron duramente a sus compañeros lucenses, esgrimiendo aquella idea plasmada en el refrán que usaba Arzallus, el de que unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces, porque todos han trabajado juntos para promocionar el Camino Primitivo y que fuese declarado por la Unesco Patrimonio Mundial, para que ahora unos pocos intenten sacar tajada al margen.

Fijémonos especialmente en este párrafo del comunicado de los agraviados: «la reducción arbitraria a un mero recorrido de 100 km a pie la convierte en una simple ruta de senderismo desprovista de su valor espiritual, y reduce sus objetivos a una absurda cuestión comercial y especulativa que rompe completamente con su tradición secular».

Añaden que la medida provocará la masificación del tramo que comienza en Lugo y atraerá a una legión de turigrinos, que carecen de conciencia sobre el sentido de la peregrinación. Y como conclusión una directa en la frente: que más le valdría a Lugo mejorar la ruta en su término municipal, donde hay tramos abandonados a su suerte, pérdida de la traza histórica y descuido generalizado.

La concejala de turismo de Lugo, Maite Ferreiro, cuyo fuerte es indudable que no es el Camino de Santiago, como tanto recién llegado que aplica supuestas recetas de éxito comercial rápido a la ruta, replicó que ellos no quieren restar, sino sumar, y que de ningún modo van a rectificar, y a quien dios se la de San Pedro se la bendiga. Y añadimos nosotros con aires latinos: ¿si Sarria lo goza, por qué no Lugo? (viva el libre mercado).

Pues bien, vamos a analizar esta batallita astur-galaica más allá de lo que hace la prensa, que se limita a contar la película sin sacar consecuencias.

En primer lugar, no deja de ser curioso que el responsable de este desaguisado sea el BNG (Bloque Nacionalista Galego). Este partido nacionalista, que dice llevar en su ADN la esencia de Galicia, y afirma anteponer siempre los intereses del país a cualquiera otros, cuando toca el poder se olvida de sus principios y actúa, como cualquier otro, al servicio del cortoplacismo y el capital. Suponemos que esa esencia indeleble aludida es la de los pueblos prerromanos, acastillados en sus castros, que a menudo se liaban a garrotazos entre ellos; hete ahí el origen del feroz localismo e individualismo galaico, nación celta de Breogán, hasta que los romanos vinieron a poner un poco de orden y, de paso, a llevarse el oro. La misma medicina aplicaron a los astures, en esto no hubo diferencias sustanciales.

Lo de sostenella y no enmendalla también es una característica acendrada en el túzaro y puro galaico, aunque este gen sea carpetovetónico, ese no dar el brazo a torcer por más argumentos racionales, y ejemplos palmarios, que se le pongan ante las narices. Y es que algunos no solo están poseídos de la verdad, sino que se fían de asesores que en vez de peregrinos ven números y dólares.

Pero hay más. Porque el efecto Sarria ha sido a todas luces mal analizado, y de ello ha dado prueba un estudio que explica en detalle como el Km 100 castiga al punto de partida, y beneficia sobremanera, en forma de avalancha, al primer fin de etapa posterior, que es Portomarín en el caso del Camino Francés. No hay que tener muchas luces para saber que si una población está bien comunicada (tren, autobús), los peregrinos que a ella lleguen por la mañana se van a limitar a tomar las de Villadiego, y que como mucho consumirán un café con tostadas en la calle Mayor. La propia Asociación Amigos do Camiño na Comarca de Sarria lo certifica.

Deseamos nosotros sumar otra consecuencia indeseada que puede convertir en boomerang la iniciativa de las luminarias lucenses. Porque si el Camino Primitivo quedase reducido a 100 km, los usuarios se limitarían a realizar dos etapas por él, 46 km, de Lugo a San Romao da Retorta o Ferreira, y de alguno de estos dos lugares a Melide, sanseacabó, y luego ya estarían en el Camino Francés hasta Santiago. ¿Sería esta una experiencia gratificante para el peregrino? ¿qué de un Camino sin sus montañas y bosques, solo por la Terra Chá y directos a la autopista jacobea?, ¿qué de Alfonso II, Oviedo y su Cámara Santa, Grado, el monasterio de Cornellana, la histórica villa de Salas, Bodenaya, la meseta de La Espina, Tineo, la ruta de los hospitales, Pola de Allande, el interminable puerto del Palo, el embalse de Salime, Grandas con su maravilloso museo etnográfico, A Fonsagrada con su agua santa y segundo museo de etnografía, O Cádavo, Paradavella, la «catedral de Vilabade», Castroverde?, ¿qué clase de sucedáneo light para ya no turigrinos, sino para tontos del bote, nos están intentando vender estos cafres de Lugo?

El trágala de los caminos parcelados para beneficio de políticos sin escrúpulos, que en los de largo recorrido se ha justificado en la imposibilidad que muchos tienen para completar estas distancias, en itinerarios de medio recorrido (300 km desde Oviedo), y redondos como lo es el Primitivo, es un despropósito y un auténtico atentado contra el sentido de la peregrinación, pero a la vez una jugada peligrosa, porque el desprestigio de la experiencia puede ser tal que el tiro les salga por la culata. Máxime cuando la disculpa de estos indocumentados es atraer peregrinos que vengan «escapando de la masificación del Camino Francés» (esto por si no os habíais enterado, los de Sarria para allá).

No olvidemos, para concluir, que el fondo de la cuestión es la perversa normativa que, con obstinación y tozudez, sostiene el cabildo de la catedral de Santiago para la entrega de la Compostela. Ahí está la semilla del mal, al haber construido la ficción de un Camino completo en 100 km y no haber sabido ni querido superar la fase promocional de los años 80, dando pábulo a un Camino cada día más turístico y paquetizado por agencias en los últimos tramos, y todo ello manejado por quienes deberían velar más que nadie por la espiritualidad. De este laboratorio se ha propagado el letal virus que ya ha puesto en cuarentena a Sarria, y ahora ha afectado gravemente a Lugo. Pronto puede causar estragos también en Ourense (véase la web municipal de turismo, ya están infectados), Baamonde o Chantada, y en Tui frente a Porto. Así volveremos a la dorada época de los castros con media Galicia, la de los 100 km hacia Santiago, enfrentada a garrotazos a la otra mitad, la de los desheredados del pastel que acabarán alzándose, y al exterior.

De aquellos polvos estos lodos, llevamos años advirtiéndolo, para mayor gloria de la contabilidad turística, el cortoplacismo y el beneficio de los especuladores. Esto ya no hay quien lo soporte por más tiempo: os estáis cargando el Camino y la historia no os lo va a perdonar.